Cinco razones por las que 'Friends' no tiene ningún sentido
¿Tramas demasiado divertidas? ¿Personajes increíblemente graciosos? ¿Una vida excesivamente fácil?
Se cumplen diez años de la emisión del último capítulo de Friends, la serie que hizo historia y mantuvo a millones de fans de todo el mundo delante de la tele durante la década que duró.
Es posible que los más jóvenes no entiendan el porqué de la idolatría a una sitcom protagonizada por seis amigos que viven en Nueva York. Es probable que ellos nunca se rían con las ocurrencias de Ross, no entiendan que Monica y Rachel fueran dos influencers de finales de los 90 —todo lo que llevaban se convertía en tendencia—, no se sientan identificados con la cómica relación de Joey y Chandler, y no flipen con las locuras de Phoebe.
Puede que los treintañeros y cuarentañeros hayamos magnificado a esos seis personajes y que, como ocurrió con Verano Azul o Médico de familia, con el paso de los años Friends haya quedado desfasada e incluso provoque el sonrojo de los que la consideramos parte fundamental de nuestra vida.
Quizá va siendo hora de reconocer que algunas cosas que adorábamos de esta serie hoy puede que no parezcan tan geniales... ¿O sí?
1. Una amistad demasiado edulcorada
Durante las diez temporadas que dura la serie, la relación de los seis protagonistas no sufre ningún altibajo, es más, con el tiempo es cada vez más estrecha, cómplice y madura. ¿Y quién se cree que un grupo de seis personas permanece fiel e inalterable durante tanto tiempo? ¿Cómo que no ha aparecido una pareja que ha separado a uno de ellos? ¿Cómo que ninguno de ellos ha decidido cambiar de país o de ciudad porque se ha quedado sin trabajo?
Ya, pero la vida dentro de esos dos apartamentos de Nueva York en los que transcurre el día a día de los protagonistas es tan idílica, en una bonita ciudad, sin problemas de dinero y sabiendo que tus sueños pueden hacerse realidad, que la amistad entre ellos solo puede ir a más. ¿A quién no le hubiese gustado vivir durante unos años con sus mejores amigos de la universidad sin preocuparse de nada más que de pasárselo bien?
2. La principal historia de amor es interminable y previsible
En la primera temporada descubrimos que Ross lleva enamorado de Rachel desde… desde siempre. El primer beso entre ellos tiene lugar en el capítulo cinco de la primera temporada: en la puerta del Central Perk, bajo la lluvia y con la canción de U2 With or without you como banda sonora.
A partir de ahí y hasta el final —o sea, diez años después— la relación entre los dos es un ir y venir: cuando ella quiere estar con él, él tiene una nueva novia. Y cuando él quiere estar con ella, ella tiene una nueva pareja o le surgen mil dudas. Sí, la historia termina siendo un poco cansina.
Ya, pero desde el primer capítulo sabemos —queremos y deseamos— que terminarán juntos. Porque el amor siempre triunfa y eso es casi una verdad universal en las series. ¡Y nos encanta porque para eso es ficción!
3. No existen las redes sociales ni los smartphones
Cuando comenzaron a emitir Friends, allá por 1994, no existían redes sociales. Y una década después, cuando finalizó, ni Facebook, ni Twitter eran lo que son ahora —Instagram aún ni existía—. Y sí, puede ser que echemos de menos que los protagonistas suban una foto de alguna fiesta o de sus vacaciones, comenten sus estilismos en Facebook o utilicen Tinder para ligar.
Ya, ¿pero qué papel jugaría entonces el Central Perk, la cafetería en la que los personajes pasan gran parte de su tiempo? Allí se reúnen, conocen a gente, ligan, resuelven sus problemas… Central Perk es la red social de los chicos de Friends y no necesitan más.
4. Los actores no eran ni son grandes estrellas
Ninguno de los seis actores era famoso cuando comenzó a emitirse Friends… Y de hecho, salvo la excepción de Jennifer Aniston, ninguno ha vuelto a repetir el éxito de su personaje en esta serie.
Ya, pero no podemos olvidar que, a medida que la sitcom iba cosechando éxitos en todo el mundo, se hicieron habituales la participación y los cameos de grandes estrellas de Hollywood: Brad Pitt, Bruce Willis, Elle McPherson, Julia Roberts, George Clooney, Reese Witherspoon, Sean Penn… Muchos de los rostros más famosos del cine tuvieron su pequeño papel en la serie.
5. Los personajes son poco creíbles
Los perfiles de los personajes resultan algo estereotipados. Ross, el científico ingenuo y pedante. Rachel, la chica mona que termina trabajando en moda. Monica, la madura y obsesiva que ejerce de ‘madre’. Chandler, el que a priori no tiene un papel destacado en el grupo pero su mordaz sentido del humor es indispensable. Joey, el guaperas un poco simplón. Y Phoebe, la extravagante y bondadosa. No son perfectos pero en la serie lo parecen y eso resta credibilidad.
Ya, pero todos ellos nos han dejado escenas memorables que pasarán a la historia de la televisión por las carcajadas que han provocado en sus seguidores.
¿Quién no se acuerda de Ross, su cita y su problema con los pantalones de cuero y el calor? ¿Y de Joey con el pavo en la cabeza el día de Acción de Gracias? ¿O del capítulo en el que se descubre que la ordenada Monica tiene un armario lleno de trastos descolocados? ¿O del “mis ojos, mis ojos” de Phoebe cuando descubre a Monica y Chandler besándose? ¿O de una embarazadísima Rachel desesperada porque el bebé no sale? ¿O de Chandler y su cara de circunstancias porque nadie sabe en qué trabaja?
Y la lista puede alargarse hasta el infinito. Porque sí, sobre todo nos hizo y nos hace reír. ¿La vemos otra vez?