Cinco destinos rurales cercanos y sosegados para superar el mes de enero
Son las recomendaciones recogidas en el libro 'Guía de la España Rural' del comunicador medioambiental Javier Rico.
Comienza el año, dejamos atrás otras extrañas navidades y toca hacer frente a la famosa ‘cuesta de enero’. Pues antes de que el 17 de enero el Blue Monday, el lunes más triste del año, se apodere de nuestras emociones, ¿qué tal si pensamos en una escapada, cercana y tranquila, que anime estos días?
Una de las propuestas más atractivas y asequibles son los “viajes cercanos, sosegados e integrados en la España rural” que el periodista ambiental Javier Rico lanza en su Guía de la España rural (Ed. Geoplaneta), con recomendaciones repartidas en cada mes del año. “Es una manera de contribuir a la desestacionalización del turismo, de demostrar que cualquier época es buena para una escapada al medio rural. Además, de esta manera nos acoplamos a los ciclos de la naturaleza y de los pueblos, de la tierra y el mar, y a las actividades que genera”, asegura el autor.
En el mes de enero, Rico nos hace viajar desde el País Vasco hasta las Islas Canarias, pasando por Castilla-La Mancha o Andalucía, en busca de bellos escenarios naturales, de paisajes rurales irremplazables y de tradiciones indisolublemente unidos a esta época del año.
La cascada de 222 metros que forma el salto del Nervión es el gran atractivo natural de este rincón de la provincia alavesa. El mes de enero garantiza ver en su máximo esplendor este salto del río, pues es una época de abundantes lluvias.
Pero este destino ofrece otras posibilidades para disfrutar de la naturaleza y el mundo rural. Se pueden recorrer las rutas del queso Idiazábal, un queso con denominación de origen famoso en el mundo entero, o del vino txacolí, el vino blanco elaborado en el País Vasco, además de descubrir las poblaciones de Artzniega, Orduña y Amurrio
La antigua línea de ferrocarril que unía Linares (Jaen) con Puente Genil (Córdoba) ha dado lugar al Camino Natural del Aceite, una ruta cicloturística de 120 kilómetros, prácticamente llana, que discurre entre mares de olivos.
Otros de los atractivos de completar este itinerario es poder catar algunos de los mejores aceites de oliva virgen extra de nuestro país y disfrutar del sorprendente barroco cordobés, del que la población de Zuheros es uno de sus emblemas.
En el norte de la provincia de Cuenca, el invierno tiñe el paisaje de color rojo fuego gracias a las ramas de las mimbreras. En el pueblo de Cañamares, epicentro de la Ruta del Mimbre, situado a orillas del río Escabas, haces de mimbre se amontonan alrededor de sus casas.
El agua es la gran protagonista de esta ruta: remontar hoces, cañones y cortados son las propuestas de turismo activo de este destino. La oferta se completa con otras actividades más tranquilas, como es descubrimiento de los oficios tradicionales de ganchería, alfafería o mimbrería.
Puede que un ligero manto de nieve cubra el paisaje de la Sierra de las Nieves durante el mes de enero. Una bonita postal que se adorna con uno de los abetos más especiales de la península Ibérica: el pinsapo. Y es que en todo el planeta sólo se encuentran bosques de estos árboles en las sierras de Málaga.
En el extremo opuesto, el jardín botánico con mayor variedad de cáctus del municipio de Casarabonela. Éste junto a Alozaina, Guaro, Ojén, El Burgo, Istán, Monda, Yunquera y Tolox forman la ruta de los pueblos blancos de la Sierra de las Nieves, perfectos para perderse en sus calles.
Fuerteventura es mucho más que playa y sol. En el interior de la isla, el Parque Rural de Betancuria es un magnífico museo al aire libre de la cultura majorera, entre molinos de gofio, platos de queso majorero, senderos entre barrancos, acantilados y aves únicas.
Este destino tiene otra sorpresa guardada: las agraciadas playas de arena y piedra negra del Ajuy, otro de los pueblos, además de Betancuria, que forman parte de este parque regional. Ajuy está declarado monumento natural y está considerado el enclave más antiguo del archipiélago canario.