China, año 3: del primer fallecido por covid en Wuhan al miedo por el Año Nuevo ahora
Hace tres años China registró la primera víctima de una "neumonía atípica", el después archiconocido covid. La efeméride pilla al país en pleno brote de casos y con su mayor festejo.
11 de enero de 2020. Puede que la fecha no diga mucho, pero es el día exacto en que la pesadilla del covid se materializó ‘oficialmente’. Fue en aquel momento cuando China comunicó la primera muerte por un virus aún desconocido que provocaba una “neumonía atípica”, como se le llamó entonces.
La primera víctima mortal registrada era un hombre de 61 años, que se infectó y murió en el epicentro inicial de la epidemia, Wuhan, la capital de la provincia de Hubei con 11 millones de habitantes. Por aquel entonces había otras 40 personas diagnosticadas, y muchas incógnitas.
En primer lugar, aún se desconocía que pudiera haber contagios de humano a humano. Todos los casos estaban asociados a un mercado de pescados y mariscos en el que se vendían animales vivos, por lo que se suponía que el virus se transmitía desde un animal, y poco más. En segundo lugar, ya se sabía que se trataba de un coronavirus parecido al que provocó una epidemia de SARS (síndrome respiratorio agudo grave, por sus siglas en inglés) entre 2002 y 2004, pero se creía que, sólo en el peor de los casos, este nuevo coronavirus alcanzaría la magnitud de aquel primer brote de SARS, que produjo más de 700 muertes y quedó circunscrito a Asia.
El 12 de enero de 2020, un día después de comunicar el primer fallecido por el virus de Wuhan, China hizo pública la secuencia genética del virus causante; apenas horas más tarde, el 13 de enero, el coronavirus ya había traspasado fronteras, siendo detectado en Tailandia. El resto es ya historia.
El Año Nuevo lunar, de nuevo una piedra en el camino
Resulta irónico que lo que más preocupaba a China en aquel fatídico mes de enero de 2020 sea justamente lo mismo que ahora, tres años después: las próximas festividades del Año Nuevo chino, previstas entonces para el 25 de enero y ahora, para el próximo día 22.
Porque si China sorteó con relativo éxito los primeros zarpazos de lo que después se conocería como la pandemia por covid, este 2023, con la recién reapertura del país y un pico de casos sin precedentes allí –junto con su consiguiente colapso hospitalario–, China parte de una posición mucho más vulnerable.
Ya ha comenzado en el país asiático la fiesta de la primavera o ‘chunyun’, un periodo de 40 días que coincide con el cambio de año lunar, y que esta temporada bate récords de viajes desde 2020, después de tres años de cierres estrictos. Las autoridades chinas prevén que los desplazamientos superen los 2.100 millones en el país, lo que supone la mayor migración anual del mundo, pero aún por debajo de los 3.000 millones de desplazamientos que se alcanzaban en años previos a la pandemia.
Desde este domingo 8 de enero, con el fin oficial de la política china de ‘cero covid’, ya no se obliga a guardar cuarentena a los viajeros que entren al país. Se han cumplido así 1.016 días con la draconiana política de ‘cero covid’ en vigor. Ahora el covid pasa a ser considerado una enfermedad de categoría B –en lugar de A–, que incluye pruebas PCR voluntarias en territorio nacional, diagnósticos clasificados y tratamiento de la enfermedad según la severidad de esta.
Según los datos que recoge Bloomberg, el Ministerio de Transporte chino estima que sólo el sábado se produjeron 34,7 millones de desplazamientos, un 39% más que en una jornada similar de 2022 y el mayor dato diario desde 2020, aunque aún representa apenas el 51% de lo que supuso el primer día de viajes de 2019.
China aún preocupa: los datos siguen sin cuadrar...
A pesar de que las autoridades chinas aseguran que en algunas zonas del país ya ha pasado el pico de la epidemia, la gente no compra del todo esta versión, y los datos epidemiológicos (o la falta de ellos) siguen siendo preocupantes. Mientras las imágenes de hospitales y funerarias a rebosar han dado la vuelta al mundo estas semanas, China sólo reconoce a unas pocas decenas de fallecidos por covid desde diciembre, entre una y cinco muertes diarias en la última semana.
De acuerdo con los datos que ofrece China, el país ‘sólo’ ha tenido 5.200 muertes por covid desde que surgió la pandemia, una cifra que la Organización Mundial de la Salud (OMS) eleva a 31.000, aunque ambas podrían quedarse cortas con el impacto de la última ola. La consultora Airfinity, reconocida por sus estudios sobre coronavirus, estimó hace unas semanas que con el fin de la estrategia de ‘cero covid’ China podría registrar entre 167 y 279 millones de casos, lo cual daría como resultado hasta 2 millones de muertes. Medios como el Financial Times publicaron también que en los primeros días de diciembre, en el peor estallido de contagios en el país, hasta 37 millones de personas –el 2,6% de la población– se infectaron de covid en un solo día.
La OMS ha instado en varias ocasiones a China a ser transparente con los datos. Con todo, la última información que el país asiático ha transmitido a la OMS apunta a que no se han generado nuevas variantes del SARS-CoV-2 con la última explosión de infecciones, y que el 97,5% de los casos están producidos por mutaciones ya conocidas en Occidente.
Para los agoreros, la OMS ha recalcado este mismo martes que “no se prevé que el actual brote en China vaya a tener un impacto significativo en la situación epidemiológica de covid-19 en la región europea”, aunque ha animado a los países a “anticipar, detectar y responder” ante lo que en cualquier momento puede volver a convertirse en emergencia.
... Y lo peor puede estar por llegar a la zona rural
Mientras tanto, las autoridades sanitarias chinas insisten en que lo peor ha pasado en las zonas más pobladas del país, pero también admiten que ahora les preocupan las áreas rurales. Según publican medios nacionales e internacionales, en la provincia de Henan, una de las más pobladas del país, casi el 90% de los habitantes ya se habían infectado antes del 6 de enero, y la pandemia mostraría “una tendencia a la baja” en la región, de acuerdo con el Ejecutivo provincial.
Las autoridades de Sichuan también publicaron a finales de diciembre que el 63% de su población había estado ya expuesta al virus, mientras que en la isla de Hainan, de 9,2 millones de habitantes, se cree que el 50% de la población se habría contagiado. También en Pekín y Tianjin, la ola ya “alcanzó su pico” a finales de diciembre, según el epidemiólogo jefe del Centro de Control de Enfermedades de China, Wu Zunyou.
En cambio, en las zonas rurales la situación es otra, y es precisamente ahí adonde se dirigen los millones de personas que viajan estos días a visitar a sus familias por el Año Nuevo lunar. Son, en su mayoría, trabajadores que emigraron del campo a la ciudad, y que cada año vuelven a la casa familiar para celebrar esta festividad.
Según recoge EFE, a mediados de diciembre, el Consejo de Estado ya pidió a los gobiernos locales que diesen prioridad a los servicios de salud de las zonas rurales “para proteger a la población”, teniendo en cuenta “su relativa escasez de recursos médicos” y la alta movilidad durante las vacaciones. Las autoridades sanitarias chinas también han advertido a las áreas rurales que se preparen para la expansión del virus, pues se espera que el golpe a estas zonas más remotas y desprotegidas llegue en las próximas semanas.