La advertencia de Chicote al conocer la calidad de la comida de los ancianos: "Todos tenemos familiares y nos hacemos mayores"
”Mi madre murió con 77 años. Entró en la residencia con 49 kilos y falleció al año y medio con 25”.
Alberto Chicote ha vuelto a poner el foco de ¿Te lo vas a comer? en la mala calidad del servicio de comida que se le ofrece a las personas mayores en las residencias españolas y en los servicios a domicilio.
El cocinero ahondó en una realidad que pocos ciudadanos más que las que lo sufren en primera persona conocen. Y todo, con una advertencia: hagamos que esto cambie. “Todos tenemos familiares mayores y todos nos hacemos mayores”, recordó en uno de los comentarios en sus redes sociales mientras se emitía el programa.
El presentador conversó con un grupo de mujeres cuyos padres viven o han vivido en una residencia de la Comunidad de Madrid y están inmersas en una lucha para denunciar la “falta de nutrición severa”.
Unas de las entrevistadas aseguró que su madre “entró con 48 kilos y, ocho meses después, pesa 50”, una situación que conlleva serias consecuencias para una persona mayor: “Antes caminaba y ahora ya no porque la dejan sentada todo el tiempo”
El presentador recaba testimonios aún más graves: “Mi madre murió con 77 años. Entró en la residencia con 49 kilos y falleció al año y medio con 25”, expuso la hija de otra residente. Todas coinciden en denunciar que estos lugares “son campos de exterminio sin cámara de gas”, “peor que una perrera, porque a los animales les tratan mejor”. Una de las afectadas ha presentado varias quejas a la Comunidad de Madrid y en el Defensor del Pueblo. Sin respuesta.
Chicote habla también con otras de las protagonistas de este servicio madrileño. Sol Félix e Inés García trabajan en la cocina de una de las residencias públicas de la comunidad y, pese a ser conscientes de que se pueden estar jugando su puesto de trabajo, confesaron al cocinero que antes de entrar a trabajar, se santiguan “porque nunca sé lo que me voy a encontrar”. “No hay ni cantidad ni calidad en los productos utilizados”, añadieron.
Además de mostrar cómo tienen que alimentar con nueve calabacines a más de 75 personas, una de las cosas más chocantes para ambas, y para Chicote, es encontrar el producto que se ofrece a los ancianos congelado. “Usamos el horno para descongelar. Tenemos que buscar nuestras mañas porque no les podemos dejar sin comer”, expuso una de las cocineras.
Para saber las consecuencias de llevar a cabo este procedimiento, el presentador se traslada a la Escuela Superior de Hostelería de Madrid para hablar con Juan Julián Fernández, jefe de estudios del centro. “Les están llenando el estómago, están comiendo pero no les están nutriendo”, concluyó este profesional después de escuchar los testimonios recabados por Chicote.
El presentador también se desplazó a Málaga para conocer los servicios de comida a domicilio que ofrece el Consistorio. Allí conversó con Carmen y Rafi, dos hermanas que renunciaron al servicio por la deficiente calidad. “Lo que viene en el menú no tiene nada que ver con las bandejas que te sirven”, narraron al presentador, que decidió visitar al delegado del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento para mostrarle esta realidad y trasladarle las quejas.
Raúl Jiménez, teniente de alcalde, con los tuppers delante, admitió casi sin palabras que no conoce dónde se cocinan los alimentos que envían a casa de los usuarios pero defendió que tiene “la tranquilidad de que se trata de una empresa de prestigio”.
El Ayuntamiento de la capital de la Costa del Sol publicó durante la emisión un comunicado sobre el tema.
Los telespectadores constataron esta realidad en las redes sociales. Decenas de tuiteros comentaron en directo cómo han experimentado en primera persona estas experiencias y la frustración ante esta realidad.