La Juventus de Cristiano, con doblete, somete al Barça y le condena a un cruce más duro en octavos
Al Barcelona le valía un 0-2 para mantener el primer puesto.
Debacle relativa del Barça en Europa. Ya estaba clasificado para octavos de la Champions League, pero su sonada derrota 0-3 contra la Juventus de Cristiano Ronaldo le condena a ser segundo de grupo. Y a cruzarse, casi seguro, con alguno de los peores rivales posibles. A los de Koeman les valía perder por 0-2, pero no.
El esperado duelo Messi-Ronaldo se saldó sobradamente a favor del portugués, que anotó dos goles, los dos de penalti, en el 12′ y en el 51′. McKennie marcó otro, en el 19′. Es la primera derrota de los culés en casa en la Liga de Campeones desde 2013.
El Barça tardó media hora en comparecer en el partido y lo pagó caro. En un encuentro de duelos, el clásico de Messi y Cristiano Ronaldo; de excompañeros (De Jong y de Ligt) y de jugadores con camisetas intercambiadas en verano (Pjanic-Arthur); los azulgranas siguen caminando por el alambre, ahora también en Europa.
Cinco, diez minutos... 0-1, quince minutos..., 0-2, veinte minutos para el Juventus... El Barcelona se desangró. Sin alma, sin ideas y sin un plan, el equipo de Ronald Koeman parecía tener aun la cabeza en Cádiz, donde vivió su último batacazo, y le daba igual el cambio de escenario, de once o de competición.
Puso Koeman a Araujo por Mingueza, a Pjanic por Busquets, dejó fuera a Coutinho y a Braithwaite y le dio galones a los jóvenes Pedri y Trincao. Pero nada cambió, Griezmann volvió a su versión gris y el Juventus tuvo claro que el escenario era ideal para sacar algo positivo y, si se terciaba, darle la vuelta a la situación y acabar primero del grupo, como ocurrió.
Y además, las circunstancias no ayudaron a los barcelonistas, después de dos tímidos avisos (Cristiano y Danilo), una jugada entre Araujo y Cristiano dentro del área acabó en penalti, ante el estupor del uruguayo y la incredulidad de todos sus compañeros.
Araujo pugnó con el portugués y éste cayó después de una carga que pareció legal. Cristiano anotó desde el punto de penalti (minuto 13) y adelantó a su equipo (0-1).
Sin tiempo para reaccionar, el Juventus se sintió cada vez más cómodo, cada vez con un fútbol más fluido ante un temeroso Barça. Después de una jugada coral, Weston McKennie remató solo ante Ter Stegen para marcar el segundo. Solo habían pasado 20 minutos.
El 0-2 sirvió para que los de Koeman espabilaran. Tuvieron más el balón y llegaron más a la meta de Buffon, sobre todo porque Messi decidió tirar de orgullo y tomar las riendas de la situación. El argentino lideró y fue el que tuvo las mejores ocasiones para los suyos, primero después de un remate que salvó el meta (min. 22) y después en una acción que le sirvió Alba (min. 36).
Reaccionaron los de Koeman, porque peor no podían estar. El control era del Barça, pero a los piamonteses les iba bien la situación porque tenían más opciones y mucho campo por delante para Morata y Cristiano. Prácticamente en la última jugada del primer tiempo, Messi remató en una jugada en la que Ramsey derribó al argentino y que mereció una revisión del VAR, pero que acabó en nada. Se fue Koeman al vestuario cariacontecido, sin saber muy bien qué hacer.
Nada nuevo tras el descanso
No aprendió el Barça de sus errores y salió al segundo tiempo de nuevo destensado. Protagonizó Messi un tímido intento (min.47), pero otro penalti transformado por Cristiano Ronaldo, esta vez después de una mano de Lenglet que precisó revisión por parte del árbitro, supuso el 0-3 (min. 52) y el principio del fin, porque este resultado le daba la primera plaza del grupo a los juventinos.
Pero el Barça, poco acostumbrado a ello, tiró de casta. Necesitaba dos goles y quedaba mucho tiempo y lo intentó, en parte porque el equipo de Pirlo le invitó a ello. El problema es que su fútbol no da para más.
Ni con Braithwaite ni con Riqui Puig, nada cambió, pese a los intentos de Leo Messi. Incluso el Juventus pudo aumentar su ventaja -a Bonucci le anularon un gol por fuera de juego en el 75-. Al final, los barcelonistas serán segundos y necesitan recuperarse, porque se ha demostrado que Europa ya no es su refugio, después de haber ganado los cinco primeros partidos.