‘Celtiberia way’: Que se lo digan a Shakespeare
La obra creada con los restos del Azor transformados en chatarra se convierte de nuevo estos días, con el debate sobre la exhumación de los restos del dictador, en una alegoría del desguace del franquismo. Por partes. Paso a paso. Pieza a pieza.
_____
Hay un terreno fértil para el drama; un escenario ideal para hacer, actuar, para representar la vida, para re-presentar los hechos, sean éstos reales o no. (Que se lo digan a Shakespeare).
Hay un instante de magia en el proceso de creación artística, un instante en que se dispara la imaginación, que puede aparecerse en cualquier lugar. (Que se lo digan a Cervantes).
Y hay otros muchos instantes que requieren de una atmósfera, un entorno y un contexto cargados de referencias para desencadenar la creación. (Que se lo digan a Orson Welles, el más Shakesperiano de los cineastas, que también rodó El Quijote).
Es la confrontación creativa con la realidad lo que siempre ha sabido explicar cómo somos, saliendo a rescatarnos poniéndonos delante de un espejo, poniéndonos en medio del escenario.
Porque "el artista no crea, reúne; no inventa, recuerda; no retrata, transforma"*.
Es esta tensión creativa la que nos cuenta cosas, aunque sólo fuera provocados por la belleza con la que está concebida o la potencia con la que está dramatizada. (Que se lo digan a Velázquez o a Goya, a Lorca o a Buñuel, a Serrat o a Fernando Sánchez Castillo).
Como bien sabemos en este rincón del planeta, en esta isla entre el atlántico y el mediterráneo, en esta aldea bárbara también conocida como Celtiberia, siempre se nos ha dado muy bien expresarnos artísticamente, probablemente nuestra mejor baza en los últimos dos mil años.
Así que una forma de lanzar una mirada al mundo que nos rodea, una forma de seguirle la pista, la huella, identificarlo y definirlo, podría ser a través de cualquiera de las formas de expresión artística. Que es mucho lo que nos puede contar de nosotros mismos. (Que se lo digan a Shakespeare).
*Augusto Monterroso.
Más fotos sobre el 'Síndrome de Guernica':
Síguenos también en el Facebook de El HuffPost Blogs