Casi un millón de personas vive en riesgo por inundación en la costa española
La Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía son las zonas más afectadas.
Casi un millón de personas en España vive en zonas de inundación recurrente como consecuencia de la crisis climática. La situación, lejos de mejorar, irá a peor en los próximos años.
Pese al negacionismo al que todavía se aferran muchos líderes mundiales, lo cierto es que los daños causados por desastres naturales en el mundo han aumentado, desde 1980, un 900%. No hace falta irse al Polo Norte para notar los efectos del deshielo, ni a Etiopía para sufrir la sequía. Basta con mirar al Levante para palpar una realidad que impacta en la vida de miles de individuos.
Las inundaciones son en España la catástrofe natural que más daños genera a todos los niveles: físico, económico, en el medio ambiente y sobre el patrimonio cultural. En la actualidad, 977.000 personas viven con la amenaza de que sus casas se aneguen por lluvias torrenciales, cliclogénesis o tormentas, no por subida del nivel del mar.
La Comunidad Valenciana es, sin duda, la más perjudicada, con 380.000 habitantes afectados. Le siguen Cataluña, con 190.000, y Andalucía, con 130.000. Son los datos que arroja el informe ‘Población en riesgo de Inundación en España en la franja de los primeros 10 Kilómetros de costa’, elaborado por el Observatorio de Sostenibilidad en el Consejo General de los Colegios de Mediadores de Seguros.
El estudio señala que, en porcentaje sobre el total de superficie construida a diez kilómetros de la costa, el peligro es mayor en Cádiz, Gerona, Valencia y Asturias si se toma como referencia un periodo de diez años. Sin embargo, en un plazo de cien, Valencia volvería a situarse a la cabeza.
No son las únicas regiones afectadas. El documento destaca 14 puntos de alto riesgo. Las zonas marcadas en rojo oscuro indican que se inundará al menos una vez en los próximos diez años; en rojo claro, en 50 años; en naranja, en cien años; y en amarillo en 500 años.
“El cambio climático exacerba fenómenos extremos, efectos cada vez más intensos”, señala Raúl Estévez, responsable de estudios geográficos del Observatorio de Sostenibilidad.
En la mayoría de ocasiones estos desastres no pueden preverse, pero sí es factible desarrollar medidas que frenen el impacto de la catástrofe. Para ello, el informe recomienda poner en marcha estrategias de comunicación inmediata a los ciudadanos, en especial a los propietarios de viviendas y negocios en riesgo, de manera que se minimicen los efectos, revisar planes de urbanización ya aprobados en zona afectadas y proponer soluciones basadas en la naturaleza. Por ejemplo, aumentando la dimensión de los cauces o, en definitiva, construyendo ciudades más permeables. Pero, sobre todo, apunta Fernando Prieto,director del Observatorio, “mejorando la rendición de cuentas de los Gobiernos y comprendiendo el cambio climático con herramientas y medidas presupuestarias”.
Por último, el estudio recuerda la Directiva europea aprobada en 2007 sobre inundaciones y destaca sus efectos positivos, pero señala que es necesario un esfuerzo por parte de los Estados Miembros en lo referente al acceso del ciudadano a la información, y reconoce “la importancia de considerar estos fenómenos en la ordenación territorial”.