Sánchez-Casado: dos horas para (casi) nada
El PP rechaza renovar los órganos constitucionales y apoyar los presupuestos.
Desde el 17 de febrero Pedro Sánchez y Pablo Casado no se veían las caras en La Moncloa. El morador actual y el aspirante a inquilino. Y este 2 de septiembre, arranque del curso político, ha tenido lugar este First date pandémico de casi dos horas. Una cita fracasada y sin ningún gran acuerdo.
A las diez de la mañana llegaba el líder del PP, el presidente lo esperaba en la escalinata. Choque de codos, distancia de seguridad... y política. Mascarillas oscuras con la bandera de España (la de Casado a la derecha y la de Sánchez a la izquierda). Corbatas azul y granate (imaginen a quién corresponde cada una).
El resultado: Casado ha rechazado aprobar los presupuestos generales y renovar los órganos constitucionales en lo que queda de legislatura (poniendo como excusa a Podemos). Moncloa ha calificado de “decepcionante” el resultado y, en palabras de la portavoz, María Jesús Montero, el PP sigue en el “frentismo y en la confrontación”. Bloqueo y obstruccionismo ‘popular’ a tenor del Ejecutivo en un momento de “emergencia”.
Sánchez ha arrancado con el popular una ronda de contactos con los principales partidos con varios objetivos, siendo el principal sacar adelante los presupuestos generales del Estado -vitales para que la legislatura aguante-. El ‘no’ de Casado ya estaba anunciado, y en La Moncloa trabajan con el escenario de unas cuentas gracias a Ciudadanos -a pesar del enfado de Pablo Iglesias mirando a ERC-.
La historia de Sánchez y Casado se ha escrito hasta ahora de manera muy breve: no se entienden. A pesar de vivir la situación más difícil en el país desde la Guerra Civil, el PP optó por un modelo de oposición muy duro, intentando romper el Gobierno durante el estado de alarma. Votó incluso en contra de las dos últimas prórrogas, alimentando teorías sobre un mayor número de muertos y poniendo zancadillas en Europa. Un PP con aires de Vox durante estos meses que ahora Casado quiere corregir con un supuesto viraje hacia el centro y a la gestión con rostros como Ana Pastor, Cuca Gamarra y José Luis Martínez-Almeida. Cayetana Álvarez de Toledo ya es vintage.
“La respuesta la han visto, Casado utiliza los datos de la pandemia para desgastar al Gobierno a través de las falsedades”, ha señalado la ministra Montero tras la reunión.
En su comparencia, Casado ha dicho que no salía para nada satisfecho y que las cosas están mal. Ha intentado tapar sus ‘noes’ a los presupuestos y a las instituciones constitucionales diciendo que puede haber posibles acuerdos a futuro -sin poner fechas- sobre un pacto de Sanidad, reformas legales y una Agencia Nacional para controlar los fondos.
La indignación del Gobierno se ha evidenciado en el propio rostro de Montero, que ha criticado que el PP no puede “borrarse” de sus obligaciones constitucionales. Las comparecencias de la ministra portavoz y de Casado después de la reunión, por separado, han dibujados dos encuentros muy distintos.
De hecho, Montero ha llegado a calificar de “elementos secundarios” e instrumentales los principios de acuerdo que ha querido vender Casado como la agencia para controlar los fondos europeos o el llamado pacto Cajal por la Sanidad.
A pesar del ‘no’ de Casado a los presupuestos, Montero ha contestado con un rotundo “sí” sobre si el Gobierno piensa sacar adelantes las cuentas públicas para este año. De hecho, Sánchez se va a ver también con Ciudadanos, proclive a negociar, este mismo miércoles y el jueves pasarán por la Moncloa el PNV y Esquerra, además de reuniones telemáticas con los grupos más pequeños.
Montero ha cargado durísimamente contra Casado al entender que se ha borrado de sus obligaciones como partido constitucional rechazando renovar los órganos constitucionales como el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo, RTVE y una parte del Tribunal Constitucional.
El argumento del PP para el ‘no’ es la presencia de Unidas Podemos, al entender que no se puede negociar con un partido republicano y que quiere romper el régimen constitucional del 78. Casado ha hablado de “comunistas” y de defensores de Maduro.
Ha recordado en este punto Casado que ya ofreció a Sánchez la gobernabilidad con sus votos si no pactaba con Podemos. “La pelota está en su tejado”, ha apostillado el líder de los populares. Desde La Moncloa se ha vuelto a defender la legitimidad de un Gobierno de coalición elegido por la soberanía nacional y se ha denunciado los intentos del PP con sus “falsedades” para intentar tumbar al Ejecutivo rojo-morado.
“El PP ha dicho ‘no’ a la despolitización de la pandemia”, ha sentenciado en la rueda de prensa Montero, que le ha afeado a Génova que intenta utilizarla para sacar réditos.
En el Gobierno se preguntan que si ahora no pacta el PP en esta situación, ¿cuándo lo hará? Pero además ven “incoherente” al Partido Popular en su postura intentando crear modificaciones legales cuando votaron ‘no’ al estado de alarma.
Desde el Partido Popular creen que los socialistas ya tienen los votos atados para los Presupuestos, incluso Casado ha dicho que podría lograr 176 y no hace falta el PP. Los presupuestos generales del Estado son clave para que la legislatura aguante. Intentan los populares que caiga así Moncloa, pero rechazan públicamente pedir elecciones anticipadas.
El giro a la moderación esbozado por Casado con su nuevo equipo no ha aparecido hoy. Dos horas para (casi) nada.