Bronquiolitis: cuándo acudir al hospital y cuándo no

Bronquiolitis: cuándo acudir al hospital y cuándo no

La mayoría de los casos son leves y pueden ser tratados en casa, pero hay que saber detectar cuándo es necesario ir a urgencias.

Photo taken in Ukrainets, UkraineYana Tatevosian / EyeEm via Getty Images

La bronquiolitis está despertando mucha preocupación en estos días debido al pico de casos. Se trata de una infección aguda de las vías respiratorias inferiores, más frecuente en niños menores de un año, como define la Asociación Española de Pediatría.

Sus síntomas pueden ser diversos. Como explica Quirón Salud en su web, “suele comenzar como un resfriado, con moco nasal, tos y, a veces, fiebre. Después de uno o dos días, la tos empeora y el niño tiene una respiración más agitada. Algunos de ellos pueden tener, además, dificultad para respirar y ruidos en el pecho como pitos o silbidos”.

Ante la duda de cuáles son los síntomas de alerta para saber cuándo ir a urgencias con el niños, la Asociación Española de Pediatría dio unas claves en este documento, en el que recordó que su tratamiento “se basa fundamentalmente en medidas de apoyo o de soporte, no siendo necesario el uso de fármacos de forma rutinaria”.

Según la AEP, la mayoría de los casos son leves y pueden ser tratados en casa y controlados en Atención Primaria. “Sin embargo, algunos niños pueden progresar hacia formas más graves, requiriendo valoración e ingreso hospitalario”, agregan.

Estos son los criterios que hacen recomendable acudir a un centro hospitalario:

  • Rechazo de alimento o intolerancia digestiva (ingesta aproximada
  • Deshidratación
  • Letargia
  • Historia de apnea
  • Taquipnea para su edad
  • Dificultad respiratoria moderada o grave (quejido, aleteo nasal, tiraje o cianosis)
  • Saturación de oxígeno
  • Enfermedad grave según la escala utilizada
  • Diagnóstico dudoso.
  • Edad
  • Comorbilidades
  • Inicio de la sintomatología
  • Situación socioeconómica del entorno, factores geográficos y dificultad de transporte
  • Capacidad de los padres o cuidadores para evaluar la gravedad del niño

El Departamento de Salud de la Generalitat ha compartido además unas claves para saber en qué casos es necesaria una atención médica urgente:

  • Si el niño respira muy rápido
  • Tiene que hacer mucho esfuerzo por respirar (se le hunde el pecho, mueve mucho el abdomen, emite un gemido al respirar)
  • Está adormilado o irritable
  • Rechaza los alimentos o tiene dificultades para ingerirlos
  • Vomita y tiene los pañales demasiado secos (podría ser síntoma de deshidratación)
  • Presenta fiebre muy alta
  • Tiene la piel, los labios o la lengua de un color azulado
  • Realiza pausas respiratorias.

En cuanto al cuidado en el domicilio, las principales pautas de la AEP son las siguientes:

  • Desobstrucción de la vía aérea superior con lavados de suero fisiológico y aspiración, sobre todo antes de las tomas
  • La postura del lactante en la cuna debe ser en decúbito supino, con ligera hiperextensión de la cabeza y una elevación de +30°
  • Temperatura ambiental no superior a 20 °C
  • Evitar irritantes ambientales como el humo del tabaco
  • Asegurar que toma líquidos por boca: si no los tolera ofrecer pequeñas cantidades frecuentemente
  • Vigilar posibles signos de empeoramiento o alarma: dificultad para respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, del trabajo respiratorio, agitación, mal color, pausas de apnea, rechazo del alimento o vómitos. En estos casos acudirá a urgencias con la mayor brevedad posible
  • Controlar la temperatura varias veces al día
  • No deberá ir a la guardería hasta la desaparición completa de los síntomas
  • Procurar un ambiente tranquilo: no molestar al lactante con maniobras bruscas, en la medida de lo posible, ponerle ropa cómoda y amplia, evitando el excesivo arropamiento
  • Si la evolución es buena, se recomienda control sistemático por Pediatría a las 24-48 horas.