Boric, el primer presidente de Chile que rechaza vivir en una zona acomodada
Tampoco ha hecho un Mujica: su residencial oficial, de 500 metros, será una casona patrimonial ubicada en el barrio Yungay, una zona histórica de Santiago.
El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, eligió como su residencial oficial una casona patrimonial ubicada en el barrio Yungay, en el norte de la céntrica localidad de Santiago, lo que lo convertirá en el primer mandatario de la democracia que no vive en la zona acomodada de la capital.
Después de meses de rumores y según trascendió en medios locales, el ahora diputado y ex líder estudiantil se trasladará junto a su pareja y primera dama, Irina Karamanos, a una vivienda de 500 metros cuadrados en este histórico y turístico barrio.
Desde que fue elegido en la segunda vuelta el pasado 19 de diciembre, Boric había descartado como su residencia el pequeño departamento que alquila junto a Karamanos en el también céntrico barrio de Bellas Artes por no cumplir los parámetros mínimos de seguridad.
También barajó durante algunas semanas vivir en el palacio de La Moneda, la sede de Gobierno, pese a que lleva más de 70 años deshabitada como residencia oficial.
Se trata de la primera vez desde el retorno a la democracia en 1990 que un jefe de Estado no tiene casa en propiedad y que alquila una fuera de las comunas (barrios) con mayores recursos de la capital, como Las Condes, Providencia y La Reina, en el denominado “Oriente de Santiago”.
Chile es de los pocos países de la región que no cuenta con una residencia oficial, como la Quinta de Olivos (Argentina) o el Palacio de la Alvorada (Brasil).
A comienzos de este siglo, se pensó construir una casa presidencial estable, en la zona de Cerrillos, pero el proyecto terminó fracasando.
Cambio generacional y de izquierdas
Con 35 años y más de 4,6 millones de votos, Boric se convirtió el pasado diciembre en el presidente electo más joven y más votado de la historia chilena.
Bregado en las luchas estudiantiles y defensor acérrimo del proceso constituyente en el que está inmerso Chile, Boric promete una profunda agenda de cambios para construir un Estado de bienestar similar al europeo y acabar con la acuciante desigualdad socioeconómica que gatillaron las graves revueltas de 2019.
Su Gobierno será el más izquierdista desde el del derrocado Salvador Allende (1970-1973) y su gabinete es el primero con más mujeres que hombres de todo América.