Blinken acusa a los talibán de violar el acuerdo de Doha al cobijar a Al-Zawahiri
Y acusa a los talibán de haber traicionado las “repetidas” garantías al mundo de que no permitirían que el territorio afgano fuese usado por terroristas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha acusado este lunes al régimen talibán de Afganistán de violar “gravemente” el acuerdo de Doha al haber cobijado en Kabul al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahir.
En un comunicado, Blinken también ha acusado a los talibán de haber traicionado las “repetidas” garantías al mundo de que no permitirían que el territorio afgano fuese usado por terroristas para amenazar la seguridad de otros países.
“En vista de la falta de voluntad o incapacidad de los talibán para respetar sus compromisos, seguiremos apoyando al pueblo afgano con ayuda humanitaria y defendiendo la protección de sus derechos humanos, especialmente de las mujeres y niñas”, ha indicado el secretario de Estado.
Estados Unidos mató este fin de semana al líder de Al Qaeda Ayman al-Zawahir, quien se encontraba al frente del grupo terrorista desde el asesinato de Osama bin Laden en 2011, en una operación antiterrorista llevada a cabo por un dron en Kabul.
En una comparecencia televisada desde el balcón de la Sala Azul de la Casa Blanca a última hora del lunes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho que con la muerte de Al-Zawahiri “se ha hecho justicia” y que el mundo ya no debe temer a este “asesino despiadado y constante”.
El mandatario se ha dirigido a “todos aquellos alrededor del mundo que quieren dañar a EEUU” y les ha asegurado que su país permanecerá siempre alerta y listo para actuar cuando se trate de defender la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.
Al-Zawahiri fue asesinado en la mañana del domingo en una residencia de Kabul, concretamente a las 6.18 hora local (1.48 GMT), cuando se encontraba en el balcón de la residencia en que se alojaba y un dron le disparó dos misiles Hellfire.
Según la Casa Blanca, únicamente el líder de Al Qaeda falleció en la operación, y no hubo ningún daño colateral, ni tan siquiera los miembros de su familia que con él se alojaban, algo en lo que el propio Biden había insistido en varias ocasiones y que había puesto como una de las condiciones para proceder con el ataque.