La vacunación de la selección española de cara la Eurocopa, que previsiblemente aprobará este martes el ministerio de Sanidad, sigue trayendo cola.
La decisión ha indignado a gran parte de la sociedad, que piensa que los futbolistas no deberían ser prioritarios en el calendario de vacunación y que hay otros grupos vulnerables, como algunos enfermos crónicos, que todavía no han recibido el pinchazo.
Entre esos indignados está Blas Cantó, representante de España en Eurovisión, que ha respondido en Twitter a las últimas palabras del ministro de Cultura. José Manuel Rodríguez Uribes apoya la decisión y dice que “está justificada” porque es para “60 personas que nos representan en una competición internacional”.
El cantante cree que esta no es justificación ninguna ya que en Eurovisión, otra competición internacional, no se vacunó nadie de la delegación española, al contrario que en otros países que participaron en el festival. Además, Cantó ha reivindicado que sean las personas de mayor edad las prioritarias en la estrategia de vacunación.
″#LosMayoresPrimero. A nosotros no nos vacunó nadie en una competición internacional. Ministerio de CULTURA Y DEPORTE. De nada.”, reza el tuit del artista. Cantó recuerda que Uribes no sólo es ministro de Deporte, sino también de Cultura.
Si se aprueba su vacunación, los jugadores de la selección española de fútbol recibirán una inyección de Janssen, que solo requiere una dosis. Con esta marca hay que esperar dos semanas para generar anticuerpos, por lo que el equipo debutaría en la Eurocopa sin estar todavía inmunizado.
El coronavirus mata: esta es la prueba gráfica
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
El cuerpo de una persona muerta por Covid, cubierta en su cama de un asilo de Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Dos empleados de una funeraria retiran el cuerpo de una víctima de COVID-19 de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Una empleada de funeraria, tratando un cuerpo, el 17 de noviembre de 2020 en Barcelona.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.
Un empleado del crematorio recoge las cenizas de un fallecido por covid en el tatatorio de Mémora, Girona.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
Familiares de un fallecido por Covid. en el tanatorio Mémora de Girona, el 29 de noviembre de 2020.
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El cuerpo de un anciano víctima del coronavirus, descansa tapado con una sábana sobre una cama en un centro de mayores en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Una persona duerme en una cama a unos pocos pasos de un cadáver, envuelto en bolsas protectoras y tendido en el piso de un centro de mayores, en Barcelona, el 19 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar infecciones, dos trabajadores de una funeraria preparan el cuerpo de un anciano fallecido por COVID-19 antes de retirarlo de un centro de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Con trajes de protección para evitar contagios, empleados funerarios sacan el cuerpo de una persona mayor fallecida a causa del coronavirus tras retirarlo de una residencia de ancianos, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Empleados de una funeraria trasladan el cuerpo de un anciano fallecido por coronavirus en una camilla tras retirarlo de una residencia de mayores, en Barcelona, el 13 de noviembre de 2020.
Marina Gómez, empleada de una funeraria, maneja el cadávez de una víctima del coronavirus en la morgue de su empresa, Mémora, en Barcelona, el 16 de noviembre de 2020.
Un trabajador de una funeraria prepara un féretro de una víctima del COVID-19 antes de su incineración, en un tanatorio de la empresa Mémora, en Girona, el 19 de noviembre de 2020.