"Bienvenidos a la política de sofá", por Marta Flich
No es lo mismo ser político que hacer política. Para hacer política hay que levantarse del sofá.
La política real te puede gustar más o menos pero estamos de acuerdo en que es necesaria. Es necesario discutir sobre las recetas para determinados momentos económicos, determinadas necesidades sociales. Hay que propiciar debates de altura en las instituciones por representantes elegidos y por tanto legitimados para poder dialogar sobre esto. A poder ser con datos reales y con soluciones que no sean demagógicas.
Sé que es mucho pedir pero debería ser una aspiración garantizada. Estamos ante un momento histórico que va a redefinir por ejemplo, el modelo energético Europeo y probablemente mundial. Momentos económicos que necesitan reformulaciones para reducir la desigualdad. Soluciones con valor añadido.
Política a lo grande. Desde luego estamos viendo calidad y altura en esas respuestas. Eso alivia. En las antípodas podemos observar otra política. La política del click desde el sofá. Son políticos, algunos atornillados a una silla que cojea, otros que quieren perpetuarse, que desde el sofá de su casa y desde la vagueza que inspiran las RRSS creen hacer activismo escribiendo tuits que denotan lo ocioso de su momento profesional.
No digo que no sea una herramienta importante. Creo que las RRSS lo son, porque es una ventana para que alguien en primera persona pueda comentar a un patio inmenso donde se puede informar y aclarar cositas. Pero esto sucede ya muy pocas veces.
En general, el caos es enemigo del progreso. Son pocos de estos agitadores los que usan las RRSS de forma útil y constructiva para los ciudadanos. La gran mayoría han entendido esta herramienta como una escupidera de patio de colegio. Y con cada valoración, con cada ataque, con cada comentario van diciendo mucho más de ellos mismos que de quien insultan.