Barnier descarta comenzar a negociar la futura relación del Reino Unido y la UE
Reconoce que no puede iniciarse la segunda fase de debate si la primera -derechos de los ciudadanos, frontera irlandesa y acuerdo financiero- sigue atrancada.
El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, afirmó hoy que no recomendará a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete comenzar la segunda etapa de negociación, centrada en la futura relación con el Reino Unido, ante la falta de avances en la primera fase.
"No estoy en situación, dado el estado actual de las cosas, de proponer al Consejo Europeo la semana próxima abrir las discusiones sobre la futura relación", dijo el político francés en una rueda de prensa al término de la quinta ronda de negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE.
La primera etapa de las conversaciones se centra en los derechos de los ciudadanos, la frontera irlandesa y el acuerdo financiero entre Londres y Bruselas.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los países que permanecerán en la Unión tras la marcha británica habían previsto que para octubre se habrían alcanzado progresos suficientes en esas tres cuestiones y podría comenzar el debate sobre la futura relación entre la UE y el Reino Unido, pero las negociaciones han ido a un ritmo más lento del esperado.
"Esta semana hemos trabajado con un espíritu constructivo, hemos clarificado ciertos puntos pero, sin embargo, no hemos dado grandes pasos adelante", aseguró hoy Barnier. De hecho, constató que las conversaciones sobre el acuerdo financiero se encuentran en un "impás extremadamente preocupante".
"En su discurso de Florencia (el 22 de septiembre), Theresa May (primera ministra británica) afirmó que el Reino Unido honrará los compromisos adoptados como miembro de la Unión y este es un compromiso importante. Esta semana, sin embargo, el Reino Unido nos ha dicho que todavía no estaba preparado para precisar estos compromisos. Por lo tanto, no ha habido negociación sobre este tema", añadió. Así, el negociador reconoció que se han contentado "con discusiones técnicas, útiles, pero técnicas".
También manifestó su esperanza de que "con voluntad política" se puedan conseguir avances en los dos próximos meses, días después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señalara que será necesario "reflexionar hacia dónde nos dirigimos" en las negociaciones, si no existe un progreso suficiente antes de diciembre.
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CONFIANZA DE LONDRES
Por su parte, el ministro británico para el Brexit, David Davis, confió en que los jefes de Estado y de Gobierno de los países que seguirán en la Unión den luz verde al inicio de la segunda etapa de las conversaciones durante la cumbre europea del 19 y 20 de octubre, pese a las declaraciones de Barnier.
"Espero que los líderes de los Veintisiete proporcionen a Michel los medios para explorar formas de avanzar", declaró, y resaltó que pasar a la segunda fase interesa tanto al Reino Unido como al club comunitario.
Sobre la posibilidad de que no se alcance un acuerdo con Bruselas, el ministro británico afirmó que su Gobierno debe estar preparado para opciones alternativas, aunque admitió que no es lo deseable.
"Claramente este proceso de negociación tiene como objetivo conseguir un pacto para ambas partes y ese es el premio al que aspiramos pero, si eso no es posible, el Gobierno debe estar listo para las alternativas", comentó Davis.
Ayer miércoles, la primera ministra británica ya anunció que dedicará nuevos recursos económicos para que el Reino Unido prepare planes de contingencia que incluyan la posibilidad de abandonar la Unión sin un acuerdo.
Mientras tanto, Barnier subrayó que no lograr un pacto de salida sería "un muy mal acuerdo". "Para ser claros, por nuestra parte, estaremos listos para hacer frente a cualquier eventualidad", agregó el excomisario galo, si bien mostró su convencimiento de que "con voluntad y sobre la base de los compromisos de May en Florencia podremos salir de este impás".
Antes del inicio de la rueda de prensa, el protagonismo fue para una activista contraria al Brexit y disfrazada de una versión europea de Supergirl, que llamó la atención de las cámaras y que después abandonó la sala de prensa.