Dónde comer los mejores bocadillos de calamares de Madrid
Seis bares de visita obligatoria.
Uno de los mejores planes para hacer con amigos es quedar en la Plaza Mayor de Madrid —aunque encontrarás este plato en casi todos los bares de la capital— para comerte un bocata de calamares acompañado de una cerveza bien fría. Se trata una de las especialidades culinarias más típicas de la capital, que se cocina rebozando el molusco en harina y friéndolo en aceite de oliva para después colocarlo sobre un buen pan.
Si disfrutas con cada bocado de este plato tan representativo de Madrid, TripAdvisor ha realizado una selección de los mejores sitios en los que poder degustarlo. En algunos hacen su propia reinterpretación de la receta tradicional.
Bar La Campana
A escasos metros de la Plaza Mayor se encuentra el bar La Campana, un lugar castizo y tradicional donde poder disfrutar de una buena caña acompañada de un plato de olivas. Sus visitantes recomiendan probar el bocata de calamares, llegándolo a definir como el mejor de Madrid
Llaman la atención los refranes escritos en los azulejos de sus paredes. Una fantástica opción si estás paseando por el centro y quieres comer algo rápido, rico y económico.
La Ideal
También a muy pocos metros de la Plaza Mayor, el bar La Ideal se especializa en deliciosos bocatas de calamares. Un pequeño local lleno de encanto en el que también destacan sus bocadillos de tortilla o morcilla, además de sus raciones basadas en productos típicamente españoles. Sus principales puntos a favor son un pan crujiente y un servicio amable.
Restaurante Tablafina
A solo unos metros de la estación de Atocha encontramos el restaurante Tablafina, propuesta de NH Hotel Group. En este lugar apuestan por el tapeo español y el producto local. Sus clientes destacan la ración de bravas, el surtido de croquetas, la tabla de quesos o la ensaladilla, aunque por encima de todo llama la atención su interpretación del bocata de calamares con pan redondo acompañado con mayonesa de ajo negro. Propuesta gastronómica con denominación de origen.
Casa María
Otra de las zonas más conocidas de la ciudad para tapear con amigos o tomar una cerveza es el barrio de La Latina, sobre todo si vas un domingo por la mañana, cuando tendrás la opción de pasarte por el Rastro. Aquí encontramos Casa María, un singular espacio que plantea un equilibrio entre tradición y cocina moderna y un lugar donde poder disfrutar del arte. Es una buena opción para alejarse del barullo de los bares situados cerca de la Plaza Mayor y, a la vez, disfrutar del clásico bocata de calamares, realizado de la manera más tradicional.
B13
Madrid ofrece cada vez más opciones veganas. Una de ellas es el bar B13, en el que no ofrecen ningún producto de origen animal. Se caracteriza por sus pinchos de tortilla, aros de cebolla, platos combinados o postres veganos, pero también cabe destacar su bocata de calamares. Una deliciosa alternativa a la receta tradicional que deberías probar, aunque no seas vegano.
Ochenta Grados
En pleno corazón de Malasaña está Ochenta Grados, un restaurante en el que vivirás una experiencia creativa gracias a su cocina a baja temperatura. Así, procuran no preparar los alimentos a más de 80ºC para que no pierdan sus propiedades ni su sabor. Podríamos decir que también realizan su propia interpretación del bocata de calamares, presentado en pan de cristal recién horneado y acompañado de vinagreta de tomate seco y mayonesa de limón. Una opción diferente y muy original que no puedes dejar de probar si estás por la zona.
En la primera película de Almodóvar aparecen las protagonistas paseando entre los edificios de AZCA.
Junto a la M-30 se encuentran Las Colmenas. Estos edificios se convirtieron en un personaje más en el cuarto largometraje del director.
Una escena nocturna en Conde Duque segundos antes del famoso ¡Riégueme! de Tina (Carmen Maura).
En la Calle O'Donnell junto a la Maternidad del Hospital Gregorio Marañón (construido por Rafael Moneo 15 años después de la película) y con Torrespaña al fondo.
Una escena con un joven Antonio Banderas en la Plaza de la Villa, cuando el edificio era sede del Ayuntamiento de Madrid.
Una vacía Plaza Mayor fue el escenario de una de las escenas más famosas en el cine del director manchego.
La primera película con la que Almodóvar se llevó el Oscar fue rodada en su gran mayoría en Barcelona, aunque sus primeras escenas se rodaron en la capital, en concreto junto al Teatro de Bellas Artes en la calle Marqués de Casa Riera.
Una de las escenas más emotivas de Volver se rodó en un parque del madrileño distrito de Tetuán, junto a la calle Tenerife.
