La selección masculina de balonmano logra el bronce tras vencer a Egipto (33-31)
Raúl Entrerríos certifica con el último gol el broche de oro de una generación brillante.
Se lo merecía esta generación y lo ha conseguido. La selección española de balonmano ha logrado la medalla de bronce olímpica en los Juegos de Tokio tras vencer 33-31 a Egipto en un partido sufridísimo que ha sentenciado el gran Raúl Entrerríos con un último gol crucial que ha decantado el partido.
Los españoles han salido vencedores de un partido muy disputado contra los egipcios y que no se ha decidido hasta los minutos finales a su favor gracias a la defensa y las acciones de Alex Dujshebaev.
No empezó demasiado bien el asalto al bronce por parte de los jugadores de España. Algo erráticos en ataque, las pérdidas permitieron que el combinado norteafricano, haciendo daño en sus acciones individuales y en el juego en el pivote con Shebib, se asentara mejor pese a no poder contar con uno de sus mejores jugadores como Ali Zein.
Egipto cogió una pequeña renta, pero poco a poco la actual campeona de Europa, con paradas puntuales de Gonzalo Pérez de Vargas, se fue metiendo en el duelo con un parcial de 1-4 (5-6). España se mostraba muy efectiva en ataque, encontrando resquicios en el 6-0 de Roberto García Parrondo, pero Elahmar y Omar lograban mantener a los suyos con el partido igualado.
Sin embargo, el tramo final del primer tiempo fue positivo para los de Jordi Ribera. Las exclusiones rivales y Pérez de Vargas ayudaron a que España pudiese abrir una buena brecha de tres goles, que incluso podría haber sido mayor si se hubiese aprovechado mejor la posesión final.
Tras el descanso, los españoles volvieron a salir atascados en ataque y el retorno de las pérdidas hizo que Egipcio continuase siendo una amenaza. Las acciones de uno contra uno de los norteafricanos no encontraban respuesta en la defensa del equipo español y el marcador se volvía a equilibrar (23-23, min.42).
A España le costaba ahora más en ataque y necesitaba su mejor defensa para frenar a la primera línea de los de García Parrondo, que arriesgaban metiendo a uno más en pista en lugar de su portero Hendawy. Las paradas de este le dieron la opción a los suyos de ponerse por delante, pero un nuevo gol de Antonio García, el más inspirado en el segundo acto, y la aparición de Dujshebaev permitieron a España tener la delantera para los cinco minutos finales (28-29).
Era el momento de la defensa, pero también la de Alex Dujshebaev, que volvió a coger las riendas. Atrás se subió la intensidad defensiva y el gran capitán dio aire (28-30) para los minutos decisivos, sin un pilar defensivo como Guardiola, expulsado tras tres exclusiones.
Pero la campeona de Europa ya tenía la mirada puesta en el bronce y aguantó agarrada al brazo de Dujshebaev, autor de dos goles claves.
Este es el cuarto bronce del balonmano masculino en unos Juegos tras los de Atlanta′96, Sydney 2000 y Pekín 2008 y una preciada despedida para el capitán Raúl Entrerríos.
En declaraciones a TVE, el propio Entrerríos se ha mostrado “muy feliz” por el bronce. “Esto no se termina aquí”, ha dicho sobre el cierre de un ciclo de jugadores. “Hay jugadores como yo que dejamos paso a otros jóvenes que van entrando, esto es ley de vida. Esto no es el final de un ciclo, es la continuidad de otros muchos equipos”, ha asegurado.
Entrerríos, que se retira del balonmano, ha dicho que este de porte se lo”ha dado todo”. “Mi pasión, mi profesión. Una fuente inagotable de experiencias, de amistades, de grandes momentos. Para toda la vida. He tenido la suerte de estar con grandes jugadores y con grandes personas”.