Si una coletilla acompaña a los Bafta, los premios del cine británico, es la de que son la antesala de los Oscar. En estos galardones, celebrados este domingo en el Royal Albert Hall de Londres, la película ganadora fue El poder del perro, que se llevó la estatuilla a Mejor película y a Mejor dirección para Jane Campion. No se la llevó Benedict Cumberbatch, protagonista del filme; se la arrebató Will Smith por El método Williams.
El actor británico, que lució un pin con la bandera de Ucrania, señaló que es necesario hacer “algo más que llevar una insignia”: “Tenemos que presionar a nuestros políticos”. Aseguró también que él mismo quiere formar parte del sistema de acogida de refugiados.
La propia ceremonia comenzó con unas palabras del presidente de la Academia de cine británica expresando la solidaridad de su institución con los “colegas” de la Academia ucraniana. “Nuestros pensamientos están con el pueblo de Ucrania, así como con los afectados por otros conflictos en todo el mundo”, añadió.
Más explícita fue la actriz Rebel Wilson, presentadora de la gala. Para dar paso a la actuación musical de Emilia Jones, explicó que habría dos intérpretes de lengua de signos sobre el escenario. “Y este es el gesto para Putin”, añadió Wilson, dedicándole al ruso una peineta.
El chascarrillo fue recibido con una ovación, pero el gesto fue pixelado para su emisión en televisión.
Sin Bafta para Almodóvar
El director manchego Pedro Almodóvar se quedó sin premio a Mejor película de habla no inglesa, categoría en la que estaba nominada Madres paralelas. El galardón fue para la japonesa Drive my car, de Ryūsuke Hamaguchi.
La gran derrotada de la noche fue Dune, que partía como favorita con once nominaciones que solo convirtió en cinco premios y en las categorías más técnicas
El drama de Ucrania, en 30 imágenes
Un refugiado trata de calentarse con un fuego en la frontera ucraniano-polaca
Una mujer adulta abraza a una pequeña a su llegada a la estación de Przemysl en Polonia, punto de entrada masiva de refugiado
Un núcleo de viviendas, derruidas a escombros tras un bombardeo sobre Bucha, cerca de Kiev
El cadáver calcinado de un hombre, en Bucha
Un mural en Cardiff (Gales), en apoyo del pueblo ucraniano
La mirada fija de una persona de avanzada edad en un refugio de la ciudad de Sievierodonetsk, en la región de Lugansk
Un grupo de civiles ucranianos colabora en el envío de armamento sobre un río tras el hundimiento de un puente
Un militar ucraniano saluda subido a un tanque
Un ciudadano se adentra en lo que era un club de ocio en Kiev para preparar cócteles molotov
Dos hermanas se abrazan en Berlín después de que tuvieran que abandonar Kiev
Los servicios de emergencia tratan de apagar el fuego tras el bombardeo ruso a la torre de televisión en Kiev
Una madre y su hijo esperan un tren para salir de Ucrania desde la estación de Leópolis (Lviv)
Refugiados ucranianos llegan a Polonia con lo que han podido rescatar de sus casas
Buena parte de la ciudad de Járkov, convertida en escombros por las bombas
Una refugiada ucraniana, espera con la mirada perdida en la frontera de Polonia
Vecinos de Zaporiyia preparan una reserva de cócteles molotov para combatir a los rusos
Una familia se abraza dentro de una tienda de campaña en Leópolis (Lviv)
Varios refugiados se hacinan en un improvisado centro de acogida junto a sus pocas pertenencias
Un refugio en Kiev sirve como almacén de cócteles molotov para combatir a las tropas rusas
Soldados ucranianos, en una morgue de Brovary
Destrozos en un edificio en Donetsk
Un hombre cruza un río en Kiev tras el derrumbe del puente
Una mujer trata de recoger lo que queda de una casa prácticamente destruida tras una explosión
Una familia de refugiados ucranianos camina por la frontera entre Moldavia y Ucrania
Refugiados ucranianos descansan, como pueden, en una estación de tren en Polonia
Una manta cubre el cadáver de una persona fallecida en el bombardeo de la plaza central de Járkov
En un punto de control en Brovary
Una refugiada ucraniana llega con sus pertenencias y su mascota a Hungría
Una refugiada ucraniana llega con sus pertenencias y su mascota a Hungría
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Uno de tantos peluches abandonados en la huida masiva de población de Kiev y otras ciudades