Australia pide perdón por silenciar el acoso y los abusos sexuales en el Parlamento
El primer ministro Scott Morrison ha reconocido que muchas denuncias se silenciaron por miedo a las consecuencias electorales.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, pidió este martes perdón a las víctimas de acoso, maltratos y agresiones sexuales en el Parlamento y reconoció que muchas denuncias fueron silenciadas por el miedo a las consecuencias electorales.
En un discurso en el Parlamento, Morrison expresó sus disculpas en presencia de Brittany Higgings, la exasesora del Partido Liberal que denunció el año pasado haber sido violada en la sede del Parlamento, lo que provocó que otras mujeres se atrevieran también a presentar más denuncias.
″(...) ella tuvo el valor de hablar, y por eso estamos aquí. Lamentamos todas estas cosas, y al hacerlo, cada uno de nosotros asume la responsabilidad de un cambio”, dijo Morrison, del Partido Liberal.
Las disculpas de Morrison, junto a las del líder de la oposición, el laborista Anthony Albanese, y ambas cámaras del Parlamento, se dan en respuesta a las 28 recomendaciones emitidas en noviembre pasado por la comisionada de Discriminación Sexual, Kate Jenkins, que lideró una investigación sobre la cultura laboral en la sede del Legislativo.
Higgings no fue la única
Higgins, quien se convirtió en un icono de las reinvidicaciones de las mujeres, formó parte de un reducido grupo que atendió la sesión parlamentaria se sentó en la galería del Parlamento de Camberra con restricciones por la covid-19.
Además estuvo presente en la galería parlamentaria otra exasesora gubernamental, Rachelle Miller, quien asegura haber sido víctima de maltrato verbal y en una ocasión físico por parte del exministro de Educación Alan Tudge.
Tudge, quien previamente mantuvo una relación extramarital con Miller, niega esta denuncia, aunque se ha apartado del cargo mientras se investigan estos hechos, en momentos cruciales para el Gobierno de Morrison de cara a los comicios de este año en los que busca la reelección.
Miller declaró a la cadena pública australiana ABC que se sintió “reivindicada por las disculpas presentadas” en el Parlamento porque “por fin, se reconocía” lo que había denunciado desde hace tiempo, que “esta cultura es inaceptable”.