Aumenta la tensión entre Moscú y la OTAN tras el aislamiento de Lituania al enclave ruso de Kaliningrado
Por su estratégica ubicación, ha sido una de las principales bases navales soviéticas del mar Báltico.
La decisión de Lituania de bloquear el tránsito parcial de mercancías hacia el enclave ruso de Kaliningrado, y que según sus autoridades responde a las sanciones de la Unión Europea (UE), ha provocado las protestas de Moscú y aviva las tensiones entre Rusia y la OTAN.
Además de tachar esta actuación de violación del derecho internacional por parte lituana, Moscú se queja de que las cargas bloqueadas constituyen entre un 40 y un 50% del total de las importaciones totales del territorio.
“Los pasajeros y los bienes que no están sujetos a las sanciones de la UE pueden seguir transitando el territorio lituano desde y hacia Kaliningrado”, ha señalado el Gobierno lituano en un comunicado.
Así, ha insistido en que Lituania “no ha introducido ninguna restricción unilateral, individual o adicional respecto a este tránsito”. “Lituania simplemente está implementando las sanciones de la UE, que tienen diferentes periodos y fechas de entrada en vigor”, recoge el texto.
Este mismo lunes, el Ministerio de Exteriores ruso ha convocado a la encargada de negocios de la Embajada de Lituania en Rusia, Virginia Umbrasene, a la que ha trasladado una firme “queja” por el bloqueo “sin previo aviso” del tráfico ferroviario hacia Lituania. Además, ha reclamado la “retirada inmediata” de las restricciones.
Moscú ha denunciado las “medidas provocativas” de las autoridades lituanas y ha alertado de que “violan las obligaciones internacionales” del país, por lo que ha advertido de que “se reserva el derecho a adoptar medidas para proteger sus intereses nacionales” si la situación sigue sin cambios.
Un punto estratégico
El enclave de Kaliningrado es un territorio ruso dentro de Europa que hace frontera con Polonia y Lituania, dos países miembros de la OTAN y la UE, donde se encuentra una base militar con armas nucleares y que desde hace años, es foco de tensiones geopolíticas entre el Rusia y la Alianza Atlántica.
Fue territorio alemán hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando la entonces Unión Soviética se lo apropió y le cambió el nombre de Könisberg por el de Kaliningrado, en honor al revolucionario Mijaíl Kalinin.
Con 15.100 km² de superficie, cuenta con una población de 482.443 habitantes (2019) y se encuentra aislada del resto del territorio ruso, con fronteras al norte y al este con Lituania y al sur con Polonia.
Kaliningrado es una ciudad portuaria de Europa Oriental, situada en la desembocadura del río Pregel, que desemboca en el lago del Vístula, que comunica a su vez con el mar Báltico por el estrecho de Baltiysk.
Esta vía permite la salida marítima a los puertos de Baltiysk y Kaliningrado en Rusia, así como a los puertos polacos de Elbląg , Braniewo , Tolkmicko, Frombork, Sztutowo, Krynica Morska y Nowa Pasłęka.
Por su estratégica ubicación, ha sido una de las principales bases navales soviéticas del mar Báltico, junto con Riga (la capital de Letonia) y la isla de Kronstadt, cerca de San Petersburgo.
Tras la disolución de la Unión Soviética y la independencia de Lituania, en 1991, Kaliningrado pasó a estar bajo la soberanía rusa y a la vez separado geográficamente del resto de Rusia.
Con la guerra de Ucrania, este área ha recuperado protagonismo, por ser punto de las divisiones cada vez más marcadas entre Occidente y Rusia y ser un área crucial para la ofensiva de Moscú contra Ucrania y para asegurar sus defensas contra cualquier hostilidad procedente de los países de la OTAN. De hecho el Kremlin ha ido desplegando armamento estratégico a lo largo de la guerra.
Vecino de Polonia, Kaliningrado está cada vez más militarizado en tanto que el Kremlin ha creado un colchón desde el mar Negro hasta este enclave ante el avance de la OTAN.
La Duma rusa aprobó en 2005 la creación de una zona económica especial en Kaliningrado de 25 años de duración.