Así habrían cambiado las cosas en 'Juego de tronos' si Jaime Lannister no hubiera empujado a Bran Stark

SPOILERS: si no quieres saber nada de lo que pasa en el segundo episodio de la octava temporada de Juego de Tronos, no sigas leyendo.

Uno de los momentos más comentados del estreno de la octava temporada de la Juego de Tronos fue la mirada entre Jaime Lannister y Bran Stark en su reencuentro siete temporadas después.

Jaime Lannister (Nikolaj Coster-Waldau) llegó a Invernalia para cumplir su juramento de luchar por los vivos y su mirada se cruzó con la de Bran Stark (Isaac Hempstead Wright) al otro lado del patio al final del episodio. En su cara puede leerse una expresión de: “Oh, mierda”.

Jaime tiene razones para estar tenso. Para empezar, él es el motivo por el que los Stark y los Lannister se llevan mal. En el primer episodio de la serie, Jaime empuja a Bran por la ventana de una torre para silenciar al pequeño, que le ha pillado en pleno acto sexual con su hermana melliza Cersei (Lena Headey). Se trata de un secreto importante, no solo por el incesto, sino también porque Cersei entonces estaba casada con el rey Robert Baratheon.

Bran sobrevive a la caída, pero se queda paralítico, por lo que Jaime tiene que mandar a un asesino a terminar el trabajo con una daga de acero valyrio que supuestamente pertenece a Tyrion Lannister (Peter Dinklage). Por ello, la madre de Bran, Catelyn (Michelle Fairley), culpa a toda la familia Lannister.

Cuando Catelyn captura a Jamie al final de la temporada 1, este le confirma que Bran no se cayó de la torre, sino que él lo empujó.

“Esperaba que la caída lo matara”, afirma Jaime, sin revelar en ningún momento el motivo de su terrible acto. (A esas alturas, no muchos personajes estaban al tanto de su incesto con Cersei).

En el segundo episodio de la octava temporada, Jaime y Bran por fin hablan cara a cara sobre el incidente que ocasiona uno de los conflictos principales de Juego de Tronos.

“Las cosas que se hacen por amor...”, dice Bran de forma ominosa delante de todo el mundo durante el juicio al que someten a Jaime al inicio del episodio. Aunque no le cuenta a nadie el pequeño secreto, Bran, en su gran sabiduría, sí que le revela a Jaime que su empujón le llevó a convertirse en el Cuervo de tres ojos.

“Siento mucho lo que os hice”, le dice Jaime a Bran justo antes de añadir que ya no es esa persona.

“Aún lo seríais, de no haberme defenestrado, y yo aún sería Brandon Stark”, responde Bran. “Ahora soy otra cosa”.

Jaime es uno de los personajes que más ha evolucionado a lo largo de la serie, de ser el Matarreyes a convertirse en un verdadero héroe por sus interacciones con Brienne de Tarth (Gwendoline Christie), Tyrion y Bronn (Jerome Flynn). Y aunque Cersei lo tiene siempre muy controlado, Jaime la acaba abandonando al final de la temporada 7 cuando esta miente en su promesa de mandar a sus tropas al Norte para luchar en la Gran Guerra entre los vivos y los muertos.

Evidentemente, la situación de Bran es muy distinta. Tras los sucesos de la temporada 1, se embarcó en una aventura épica con Hodor (Kristian Nairn) y compañía hasta convertirse en el clarividente Cuervo de tres ojos. Sus nuevas habilidades hacen que el incidente con Jaime sea un poco menos importante.

Entonces, ¿por qué estaba Bran esperando a Jaime en medio del frío de Invernalia? ¿Qué quiere de su enemigo mortal?

Ayuda, al parecer.

Bran no le contó a nadie la verdad sobre su caída de la torre porque es consciente de que el Norte necesita a Jaime en la guerra contra los muertos. Y, si sabe de las visiones de Bran, quizás Jaime sepa que desempeñará un papel importante de esa guerra (como proteger a Bran y a sus hermanos, quizás).

Aun así, Jaime no puede evitar que se le note el miedo a que Bran les cuente a los Siete Reinos la verdad después de sobrevivir al Rey de la Noche.

Bran le responde como solo él puede: “¿Cómo podéis saber que habrá un después?”.

Touché.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.