Muertos, heridos y prisioneros: así fue la vía eslovena (por la que apuesta Torra)
Hoy en día Eslovenia es un país normalizado e integrado en la UE, pero el proceso no fue precisamente pacífico y hubo decenas de muertos.
"Los catalanes hemos perdido el miedo. No nos dan miedo. No hay marcha atrás en el camino a la libertad. Los eslovenos decidieron seguir adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir libres". Son las palabras del presidente de la Generalitat, Quim Torra, el pasado domingo en Bruselas en la presentación del Consejo por la República. Son también las palabras con las que el político catalán, lejos de calmar los ánimos, ha encendido a PSOE, PP, Ciudadanos y los comunes, que le han reprochado la gravedad de su afirmación.
"Son unas palabras que debemos calificar de imprudentes y, también, de alarmantes (...) Hace tan sólo tres días aconsejábamos al presidente Torra que contribuyera a serenar los ánimos, más que a tensarlos", reza el editorial de La Vanguardia este lunes. La preocupación ante lo "escalada verbal" que han mostrado dirigentes de la Generalitat catalana es evidente.
¿Pero cómo fue la vía eslovena? Eslovenia logró su independencia de Yugoslavia tras un breve conflicto bélico en 1991 que costó varias decenas de muertos. Pero el proceso no puede entenderse de manera aislada, sino en el marco de un proceso complejo y amplio, que es lo que fue la desintegración de Yugoslavia.
Para conocer esta historia de independencia hay que remontarse a 1990, año en el que el partido Demos ganó las primeras elecciones democráticas de Eslovenia, que entonces pertenecía a la República Federal Socialista de Yugoslavia. Demos, que era contrario al régimen comunista, planteó el 23 de diciembre de 1990 un referéndum independentista sin el apoyo del gobierno central. La consulta logró una participación del 93,2% y un 95% de los votantes dijeron 'sí' a la independencia.
El contexto histórico aquí es importante: por aquel entonces en Belgrado, la capital yugoslava, mandaba el dictador Slobodan Milosevic, a quien posteriormente se juzgó en La Haya por crímenes de guerra contra la humanidad y genocidio.
Tras esta consulta, Eslovenia declaró unilateralmente su independencia el 25 de junio de 1991, lo que provocó un enfrentamiento con las fuerzas armadas federales de Yugoslavia. Ese periodo se conoce como la "Guerra de los diez días". Murieron 74 personas, hubo cientos de heridos y miles de prisioneros. El conflicto acabó el 7 de julio con el acuerdo de Brioni, firmado en las Islas del mismo nombre por ambos contendientes gracias a la mediación internacional y que sentó las bases de una futura independencia.
El acuerdo, suscrito por Yugolavia, Eslovenia y Croacia, tenía el objetivo de crear un nuevo clima en el que fuera posible seguir negociando sobre el futuro de Yugoslavia. Tanto Eslovenia como Croacia aceptaron "suspender" todos los actos relacionados con la proclamación de la independencia durante tres meses. Once días después, el Ejército yugoslavo se retiró de Eslovenia. Pero el acuerdo de Brioni fue incapaz de detener la guerra en Croacia, mucho más sangrienta. Así pues, el pacto funcionó para Eslovenia, pero no para Croacia.