Así fue la detención del hijo de 'El Chapo' que tuvo que ser liberado para evitar una matanza
"Ya no quiero que haya desmadres".
El Gobierno de México presentó este miércoles un detallado informe sobre el operativo en Culiacán del pasado 17 de octubre contra Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, reconociendo errores y divulgando vídeos inéditos del momento de la captura fallida que detonó una ola de violencia.
La operación desató una violenta respuesta por parte del Cártel de Sinaloa, que evidenciaba una minuciosa estrategia por parte de la organización criminal: al menos se estima que participaron 300 sicarios, que atacaron a los efectivos militares y policiales. Murieron por lo menos ocho personas, cinco de ellas en el bando del clan narcotraficante. Finalmente, la organización logró la liberación del hijo de El Chapo.
Entre los distintos vídeos que mostró el Gobierno este miércoles destaca el momento en el que las autoridades detienen a Ovidio Guzmán en un aparcamiento de Culiacán.
En la grabación se observa que a las 15.17 hora en Ciudad de México (14.17 hora en Culiacán y 20.17 GMT) -cuando la ciudad ya se encontraba en pleno caos- Guzmán sale al estacionamiento desde el inmueble en el que se encontraba acorralado con las manos en la cabeza y, tras ser puesto contra la pared, realiza una llamada telefónica en la que pide a uno de sus hermanos que cesen la violencia.
“Ya paren todo oiga, ya me entregué, ya paren todo, por favor. Ya paren todo, ya tranquilos, ya ni modo. Dígales que se retiren. Pero ya dígales, ya no quiero que haya desmadres. ¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, se escucha decir a Ovidio Guzmán en el vídeo.
Previamente, antes de la llamada, una mujer que le acompañaba se mostró visiblemente nerviosa, pidiendo explicaciones a los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional.
Estos le piden que se tranquilice y le dicen que no son miembros de grupos criminales.
Según el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, una media hora después del suceso del vídeo se informó al presidente, Andrés Manuel López Obrador, de lo que estaba ocurriendo.
Horas después, el hijo del líder del poderoso cártel de Sinaloa fue puesto en libertad a fin de evitar una posible masacre de civiles a manos de la organización criminal.
“Resumen de afectaciones”: ocho muertos
De acuerdo con el “resumen de afectaciones” oficial, hubo ocho muertos: un civil, un miembro de la Guardia Nacional, un interno de un centro penitenciario de Culiacán (en el que se produjo un motín promovido por personas ligadas al cártel) y cinco agresores, además de 19 heridos; lo que disminuye la cifra de 14 fallecidos que anteriormente se había reportado.
Además, se escaparon una cincuentena de presos del penitenciario y dos oficiales y nueve soldados fueron secuestrados por los criminales y soltados en diferentes puntos de la ciudad tras la liberación del hijo de El Chapo.
Fuera de la ciudad, los sicarios establecieron retenes, donde secuestraron a un oficial y a un soldado que estaban fuera de servicio, además de atacar el puesto de vigilancia de una estación de ferrocarril en el que se llevaron a cuatro soldados que revisaban vagones.
Paralelamente, una caseta de peaje fue ocupada por cerca de 150 criminales que secuestraron a cuatro militares, y los sicarios rodearon varias bases de operaciones militares en Culiacán.
“Acción precipitada”
En un acto nunca antes visto en gobiernos anteriores, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, detalló los pormenores de la operación desde la orden emitida en un juzgado de Estados Unidos en abril de 2018, al tiempo que reconoció los fallos en el operativo.
“Esos violentos acontecimientos fueron propiciados por una acción precipitada, cabe reconocerlo con toda honestidad, merece ciertamente una crítica”, dijo Durazo entonando el “mea culpa”.
Pero seguidamente se mostró firme y convencido de la estrategia de seguridad del actual Gobierno, argumentando que “en materia de seguridad no es prudente sobredimensionar las circunstancias” y que “un tropiezo táctico no invalida la estrategia en su totalidad”.
“Son dos cosas distintas (el operativo de Culiacán y la estrategia), sin afán de justificar, siempre hay probabilidades de que un operativo de esta naturaleza salga mal, a pesar de la extraordinaria experiencia de quienes lo llevaron a cabo”, zanjó.
Respecto de la liberación, Durazo apuntó que, de haber querido un enfrentamiento con el cártel, el Ejército y la Guardia Nacional hubiesen salido victoriosos.
“Habríamos ganado, ¿pero a qué costo?”, preguntó, al tiempo que respaldaba su estrategia de combatir al crimen organizado por otros medios.
Cresencio Sandoval precisó cuatro puntos estratégicos cercanos al domicilio donde detuvieron a Guzmán en los que los efectivos del Ejército y la Guardia Nacional debían situarse. No obstante, reconoció que se vieron sobrepasados.
“Más elementos militares”
En este sentido, el experto en seguridad Juan Carlos Montero aseguró que el operativo “estuvo bien diseñado, pero requería de más elementos militares”.
“Los delincuentes ganaron cada punto en los que el Ejército y la Guardia Nacional buscaron posicionarse”, apuntó.
Lo que le lleva a pensar que “o bien ya estaban advertidos de todo el operativo con todos los detalles para ganar cada punto antes o bien hubo pocos efectivos del Gobierno”.
Según el informe, en los cuatro puntos del círculo externo de seguridad había distribuidos un total de 99 agentes de Sedena y la Guardia Nacional.
Adicionalmente, en el círculo interno de seguridad había un total de 46 elementos de Sedena y Guardia Nacional.
Mientras, se estima que hubo unos 300 sicarios que participaron en los distintos ataques en la ciudad.
Pese a los errores, Montero, profesor e investigador en la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey aseguró que “es muy destacable que este Gobierno esté dando la cara, y más cuando está reconociendo un error”.
Reproches a la cobertura mediática
Tras la presentación del informe, López Obrador reprochó la cobertura que hicieron los medios de comunicación ese día y criticó a la prensa por exigir información sobre lo que estaba ocurriendo en Culiacán esa tarde.
“Todo esto se desenvuelve en horas, estamos hablando de casi el inicio de una guerra que finaliza en cuatro o cinco horas. Querían que de inmediato se informara cuando estábamos atendiendo el problema”, afeó el mandatario.
López Obrador explicó que para la prensa “lo más importantes es la nota”, pero para el Gobierno “lo más importante es el interés de los ciudadanos y la paz”.