Así contaron los medios la Operación Nécora
Fue el primer golpe contra el narcotráfico en Galicia.
El 12 de junio de 1990 la sociedad gallega se veía sacudida por el primer gran golpe contra el narcotráfico en Galicia. De madrugada y acompañado por dos fiscales, el juez Baltasar Garzón llegó a Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) dispuesto a detener a los grandes capos en una operación en la que participaron 350 agentes. Eran los primeros pasos públicos de la Operación Nécora, aunque el plan llevaba meses gestándose gracias a la colaboración de varios "arrepentidos".
En su penúltimo episodio, Fariña, la serie de Antena 3 basada en el libro del mismo nombre de Nacho Carretero emitido el 2 de mayo, mostraba cómo se desarrollaron los primeros coletazos y cómo las detenciones pillaron a los narcos desprevenidos y en pijama. Esta noche termina la temporada con un capítulo que aborda esta operación como un punto de inflexión en el tratamiento del narcotráfico en Galicia, tanto por parte de las instituciones como de una sociedad harta de las consecuencias que la droga dejaba en los jóvenes gallegos.
Al día siguiente, el 13 de junio, los medios recogieron la macro operación como un duro golpe al narcotráfico gallego y a su conexión con los carteles colombianos. Así lo relataba El País, que hacía referencia a que el equipo liderado por el juez Garzón había desmantelado "la terminal española del 'cartel de Medellín'. Entre los detenidos faltaba Sito Miñanco, fugado a Panamá y que sería detenido un año más tarde, en 1991, en Pozuelo de Alarcón y que acumula un largo historial de condenas y puestas en libertad continuas.
En 1993 comenzó a celebrarse el juicio de la operación. Un evento tremendamente mediático, en el que los acusados dejaron perlas memorables que demostraban su chulería y la sensación de seguir manteniéndose intocables.
Buena muestra de ello son las declaraciones de un indignado Laureno Oubiña que declaró que no sabía "ni leer ni escribir" e insistió en que todo lo manejaba su mujer, Esther Lago. El capo afirmó que de lo único que entendía era de tractores y de faser —hacer- vino. Incluso llego a reconocer que había agredido a Ricardo Portabales, uno de los arrepentidos: "Le pegué dos hostias y una patada en el culo".
También Manuel Charlín intentó desentenderse por completo de las acusaciones que lo señalaban como uno de los grandes nombres del contrabando y de ser el patriarca de uno de los grandes clanes del narcortráfico gallego. "¿Pero clan de qué? Si no soy ni el clan de mi familia", espetó Charlín a los magistrados tal y como se puede ver en estas imágenes de archivo de la Televisión de Galicia (TVG). El juicio se siguió con especial atención en la ría de Arousa, por donde hasta hacía poco campaban a sus anchas los contrabandistas.
En septiembre de 1994 Oubiña y Charlín fueron condenados por delito fiscal, pero absueltos por tráfico de drogas. El primero dejó la cárcel en septiembre de ese mismo año, aunque fue procesado posteriormente en otras operaciones. Por su parte, a Charlín le duró la libertad tan solo unos días y fue condenado de nuevo en 1999 por lo que estuvo en la cárcel hasta 2010.