¿Arderá en la controversia el final de 'Juego de Tronos'?
Después del súper controvertido último capítulo de Juego de Tronos, a día de hoy hay una petición de más de 300.000 fans para que se grabe nuevamente la octava temporada. Es obvio esto no va a pasar, pero es representativo de la furia que las decisiones recientes de los productores y escritores de la serie han provocado en los fans, especialmente tras el incendiario episodio de este domingo, el penúltimo capítulo de la serie de televisión más popular de la década.
Spoilers a continuación, así que si no has visto el último capítulo deja de leer. Contra todas las recomendaciones de sus consejeros y a pesar de que los habitantes de Desembarco del Rey se habían rendido, Daenerys, la Madre de Dragones, arrasó despiadadamente con la población inocente de la ciudad, prendiéndoles fuego vía Drogon, su único dragón sobreviviente. Si esto lo hubiera hecho, digamos Cersei, pues hubiera sido acorde con el personaje, pero estamos hablando de Daenerys, la supuesta heroína de la serie durante ocho temporadas. La indignación no se hizo esperar. Los fans acusaron a los creadores David Benioff y D.B. Weiss de traicionar al personaje, de volverla loca de un momento a otro para terminar la serie en dos temporadas muy apresuradas. Puede ser… Quizá les urgía terminar para empezar lo que debe ser un muy lucrativo contrato con Disney para una nueva trilogía de películas de Star Wars.
Mientras tanto otros fans defienden el capítulo pasado clamando que las profecías se cumplieron. Dany se volvió loca como su padre. ¿Pero realmente está “loca”? La locura de su familia de alguna forma la eximiría de culpa. Y claro que para masacrar a inocentes se requiere de un grado de locura. Pero al mismo tiempo fue una demostración estratégica y brutal de parte de Daenerys, para que no le quedara duda a Jon Nieve, a Tyrion o a nadie de que ella es la verdadera heredera al Trono de Hierro y de que es ella la que tiene el poder sobre el dragón (que vendría a ser el equivalente de un arma de destrucción masiva, como una bomba atómica). Entonces, yo no llamaría a Daenerys “loca”, cuando lo que hizo fue un movimiento estratégico para preservar el poder, como el de Cersei al poner en riesgo a su población usándolos como escudo humano contra un dragón. Cersei es tan responsable de la tragedia como Daenerys. Aunque esto se prestaría a una discusión interminable…
Definitivamente el proceso por el que Daenerys llega a este momento no fue bien manejado esta temporada. Mucha gente dice que la clave de la tiranía de Daenerys ya podía verse en cómo Dany hacía justicia con ciertos opositores, pero estamos hablando de una serie con tintes medievales, en las que la piedad y la compasión no le reditúan a un monarca. El posible descenso a la locura y a la tiranía ha sido endeble, como también lo ha sido el insípido romance con Jon Nieve, que ha sido más contado que realmente sentido. La historia de amor ha dejado mucho que desear, pero es muy conveniente melodramáticamente para lo que los creadores quieren hacer. La realidad es que la historia de Jon Nieve y Daenerys ya se ha convertido en una tremenda telenovela, con la revelación final de que Jon Nieve no es un bastardo, sino un gran heredero al trono, tipo Cenicienta o Blancanieves.
Lástima que este desarrollo dramático no se hizo mejor porque el planteamiento de Juego de Tronos es interesante. Al final siempre ha sido una serie que crítica al poder y los compromisos y los horrores que se tienen que hacer para obtenerlo. Durante 8 temporadas hemos seguido una fábula heroica en la que queremos que una muchacha llegue a un trono y sea una reina, en el marco de un mundo actual en el que los reyes ya son figuras decorativas y muchas veces penosas y ridículas. Y los reyes, sin el título pero con el poder, como Xi Jinping y Vladimir Putin, son unos tiranos.
Quienquiera que se siente en el Trono de Hierro o que pretenda sentarse en él estará dispuesto a todo: Stannis Baratheon quemó a su propia hija como sacrificio, ahora Daenerys quema a una ciudad llena de inocentes. Daenerys clama tener una visión utópica que la justifica, empezar de nuevo, empezar de cero, como Stalin, Hitler y Mao la tuvieron, y para empezar de nuevo hay que purificar. Y aunque, reitero que no se construyó bien a nivel emocional el proceso para que ella llegara a este punto, es una aportación brillante de los creadores desatar la furia de la reina y mostrar escenas tan crudas y brutales como las de cualquier película de guerra que se pueda evocar. Escenas que reflejan el apocalipsis de Siria, Iraq, Ruanda, Vietnam y las guerras mundiales, por mencionar sólo algunas. Juego de Tronos continúa fiel a su desmitificación de las historias heroicas. Varias personas en redes mencionaron los bombardeos aliados a Dresden y la bomba de Hiroshima. Claro que para ese momento ni los alemanes ni los japoneses se habían rendido, a diferencia de los habitantes de Desembarco del Rey que ya habían tocado la campana.
Hay que recordar que también Cersei traicionó a Daenerys al decirle que su ejército se iba a unir a la batalla contra los Caminantes Blancos, y que el ejército de dothrakis y de los inmaculados fueron carne de cañón de los Caminantes Blancos. Daenerys le cobra a Cersei con sangre. ¿Seguirían esas tropas de salvajes y de fanáticos a una reina débil? Al mismo tiempo, y tratando de ver una lógica en la atrocidad de la Reina de Dragones, le da una oportunidad a sus ejércitos de cometer atrocidades, que era una práctica común desde la antigüedad y en la historia europea, continuando hasta Napoleón y la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, Daenerys destruye un centro de poder y de posible oposición a su reinado, y a miles de personas de cuyas lealtades no podía estar segura. Literalmente, Daenerys tira su bomba atómica. Esto de ninguna forma es una apología de Daenerys, sino un recordatorio de que calificar su conducta sólo como “se volvió loca”, no aplica. En todo caso, sigue siendo una estratega y también una criminal de guerra, si es que ese término aplica en el mundo barbárico de Juego de Tronos.
Por otra parte, y en el otro extremo de Daenerys, está Jon Nieve, cuya admirable conducta ética y moral lo ha hecho un gran héroe frente al público, pero cuyas dudas constantemente lo llevan a extremos paralizantes y peligrosos. En el Juego de Tronos, la inocencia se castiga: eso le pasó a Ned Stark y al mismo Jon, cuando fue asesinado y sólo gracias a Melisandre pudo volver a la vida. De hecho, Jon Nieve ha tenido que ser rescatado varias veces, tanto por Sansa como por Daenerys, y en la batalla contra los Caminantes Blancos, por Arya. La serie cuestiona constantemente si Jon Nieve es el líder que ese mundo necesita.
Hay que recordar que a partir de la temporada 7 Juego de Tronos ya no está basada en los libros de George R.R. Martin, ya que él no los ha terminado de escribir y entonces los creadores han tenido que escribir sobre un esbozo de cómo Martin les dijo que terminarían los libros. De hecho, esta semana hubo otra polémica porque un actor de la serie dijo que Martin ya había terminado los libros pero que había acordado con HBO no publicarlos para no acabar con el suspense. Martin salió inmediatamente a desmentir el rumor, pero pues no sabemos... Sonaría lógico. Pero el caso es que la serie ya no se basa en la intrincada saga de Martin, sino en una sinopsis que le dio a los creadores.
Así, la profundidad psicológica que tenían los personajes se ha ido perdiendo desde la temporada pasada. Ya comentamos el endeble romance de Jon y Daenerys. Pero son muchas cosas más: ¿Cómo explicar la repentina estupidez de Meñique al no darse cuenta que Sansa y Arya tramaban contra él? ¿El ridículo plan de ir a capturar a un zombi para demostrarle a Cersei su existencia y en el proceso perder un dragón que convenientemente se convierte en un arma del Rey de la Noche? ¿El hecho de que muchos de los personajes principales sobrevivieran a la arremetida de los Caminantes Blancos? ¿El cursi interludio del romance entre Jamie y Sir (antes Lady) Brienne? ¿La disminución en los roles de Tyrion y el ahora difunto Varys? Todo ha sido extremadamente entretenido, pero no muy lógico.
Hay que reconocer también que si Juego de Tronos nos hubiera pintado más claramente el paso al lado oscuro de Daenerys, no nos hubieran sorprendido e impactado tanto las acciones de la Reina de Dragones. Y quizá no hubiera sido tan impactante e inesperado lo qué pasó.
Uno de los momentos más brillantes del capítulo ocurrió cuando el programa toma el punto de vista de Arya junto a las víctimas de la masacre de Daenerys. Los productores comentaron que hicieron esto porque en una película de guerra o de acción raramente se toma el punto de vista de las víctimas del conflicto, y aquí es lo que vemos durante casi 40 minutos de acción y horror, una obra maestra de dirección por parte de Miguel Sapochnik. Previamente se introduce en el capítulo a una pequeña niña y posteriormente a su madre, que nos ayudan a ubicar la desesperación y la indefensión de los civiles ante un salvaje ataque de esta magnitud. Y aunque esperamos que se salven, no, terminan incineradas como la mayoría de los habitantes, con la niña sosteniendo un caballo de juguete en la mano.
Y más allá del tema Daenerys, Las Campanas, el nombre del capítulo estuvo lleno de momentos memorables: la aventura de Arya, un personaje que sí ha sido manejado magistralmente por los creadores, y su sabia decisión final de desistir en la venganza contra Cersei, aconsejada por su mentor El Perro. La batalla final entre El Perro y su odiado hermano La Montaña fue perfecta. Y aunque muchos fans hubieran querido ver un castigo más cruel, más digno o más majestuoso para Cersei, el ver sepultadas sus ambiciones aplastadas por el castillo que tanto peleó por mantener fue impactante. Eso sí, al lado de su incestuoso y enamorado hermano, Jaime. Mucha gente también quería que Jaime se hubiera rehabilitado y se hubiera quedado al lado de Brienne, pero eso hubiera estado fuera de personaje. Jamie muere enamorado de su hermana y junto a ella, como lo estuvo desde el primer capítulo.
¿Qué pasará este domingo? El mundo está en suspenso. ¿Cuál será la explicación del acto barbárico de Daenerys? Siempre queda la opción de que ella haya perdido el control y de que Drogon haya sido el que quemó a la gente sin hacer caso a su reina. Es broma, obviamente. Todo el mundo espera que Daenerys y quizá Jon Nieve mueran, que Sansa y Tyrion se queden con el poder y que Arya siga con sus aventuras. Pero a estas alturas y con las sorpresas que nos ha dado Juego de Tronos esta temporada todo es posible.
Con todo y sus inconsistencias, Juego de Tronos sigue siendo la mejor serie de televisión de la década, una serie de televisión de fantasía en la que los seres humanos son más letales que cualquier dragón o criatura de ultratumba, la serie más realista sobre el costo de ser un héroe.
Y sin embargo queda la duda no sólo sobre el destino de los personajes, sino sobre si Juego de Tronos podrá tener un final tan grandioso como lo ha sido la serie completa, o si estará destinada a vivir entre esas series cuyos finales han dejado insatisfechos a los fans, sumidos en la controversia y en la polémica, como lo fueron los finales de Lost, Los Sopranos, Dexter y otras. Este domingo lo sabremos.