Arde Jerusalén por el desalojo de residentes palestinos para beneficiar a colonos israelíes
Centenares de heridos y detenidos en un choque en pleno Ramadán que desestabiliza de nuevo a la ciudad triplemente santa.
Más de 300 heridos y cerca de 500 arrestados es el balance del terrible fin de semana vivido en Jerusalén. Las protestas de los ciudadanos palestinos de la parte ocupada de la ciudad, reprimidas por soldados de Israel -la fuerza ocupante- han dejado escenas de detenciones masivas, gases lacrimógenos, granadas paralizantes, cañones de agua, cargas a caballo y cierres de partes de la Ciudad Vieja, que ha exaltado los ánimos no sólo en la capital triplemente santa, sino en la vecina Cisjordania y en Gaza, los otros territorios palestinos. Estambul, París o Nueva York han vivido manifestaciones solidarias con los palestinos, en una corriente de solidaridad.
¿Pero qué ha encendido la mecha esta vez, en este conflicto largo de siete décadas? Los roces, habituales, comenzaron por las limitaciones impuestas por Israel al rezo en la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar santo en importancia para los musulmanes, en plena celebración del Ramadán. Y, sobre eso, todo estalló al conocerse que este lunes la justicia decidiría sobre la ocupación de una vivienda palestina por parte de colonos judíos, que echaría a la calle a cuatro familias legítimas residentes en ese bloque, tomado por ultraortodoxos, alegando que la zona, el carismático barrio de Sheikh Jarrah, era judía antes de la guerra de 1948, cuando se creó el estado de Israel.
Ante los disturbios, tratando de calmar los ánimos, se ha decidido atrasar un mes la decisión, pero la tensión sigue ahí. Los colonos -parte de los 600.000 que hay en el este de Jerusalén y en Cisjordania, zona palestina ocupada según Naciones Unidas- reivindican esta zona entre otras cosas por la cercanía de la tumba de Simón El Justo, un sumo sacerdote del siglo II antes de Cristo. Un barrio en el que hay, por ejemplo, representaciones diplomáticas ante el Gobierno palestino, como la legación del Cuarteto para Oriente Medio o el consulado español.
Este fin de semana, y según la Media Luna Roja, más de 200 personas resultaron heridas durante los ataques militares contra los manifestantes que se quejaban de esta ocupación, varios de los cuales quedaron atrapados dentro de la mezquita de Al Aqsa sin acceso a atención médica. Al menos 15 de ellos perdieron un ojo por la represión y se calcula que entre los afectados hay al menos 37 menores, según datos de UNICEF. Hay un bebé de un año herido, también. Además, UNICEF denuncia que se ha impedido a las ambulancias acceder a la zona de la protesta y evacuar a los heridos y que un centro de salud ha sido alcanzado y registrado.
Israel, por su parte, indicó que un soldado resultó herido este sábado y otros 17 la noche anterior.
Las protestas explotaron el viernes después de que a un grupo de palestinos se les impidieran entrar en el día más sagrado para el Islam al complejo de la mezquita Al Aqsa, una decisión muy sensible que no es nueva pero que ha generado choques peores a los de los últimos años.
La policía israelí dijo que había usado la fuerza para “restaurar el orden”, debido a los “disturbios de miles de fieles” después de las oraciones vespertinas.
El complejo de la Explanada de las Mezquitas es también el sitio más sagrado del judaísmo, conocido por sus fieles como Monte del Templo, y justo ayer y hoy será el epicentro de las celebraciones del llamado Día de Jerusalén, los israelíes conmemoran el momento en el que en 1967 ocuparon por completo la ciudad y la hicieron, más tarde, su capital ”única e indivisible”. Por tanto, hoy se esperan nuevos enfrentamientos en la zona.
Una portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que Washington estaba “profundamente preocupado por el aumento de las tensiones”.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz de Medio Oriente, Tor Vennesland, instó a todas las partes a “respetar el status quo de los lugares sagrados en la Ciudad Vieja de Jerusalén en aras de la paz y la estabilidad”.
La ONU ha dicho que Israel debería suspender cualquier desalojo y emplear “la máxima moderación en el uso de la fuerza” contra los manifestantes.