Aprovechar mejor el talento femenino tras la pandemia
La incorporación plena de las mujeres al mercado laboral significaría un incremento del 15% del producto interior bruto.
Con motivo de la celebración del Día de la Mujer, todos los años salimos a las calles para recordar que las mujeres seguimos siendo el eslabón débil de la economía, la sociedad y las relaciones personales. Este año será diferente, pero si cabe más reivindicativo.
La crisis sanitaria, social y económica provocada por el coronavirus ha demostrado tener un sesgo de género. Los empleos de los sectores más golpeados por esta crisis están ocupados mayoritariamente por mujeres, como el sector del turismo y los viajes. Por eso, la perspectiva de género va a ser esencial en la respuesta a la pandemia y a la crisis económica y social.
El avance experimentado por la mujer en los últimos años es innegable, pero no es, ni de lejos, suficiente. Todavía queda mucho camino por recorrer para romper las barreras que sufren las mujeres en el ámbito laboral, como el suelo pegajoso o el techo de cristal, y que las condena a permanecer en la base de la pirámide económica o les impide acceder a un cargo directivo.
Basta este dato para demostrar que no es una cuestión solo ideológica, que se trata de una triste realidad: el empleo femenino en el sector turístico representa el 54% del total. Sin embargo, solo el 5% de los cargos directivos de las empresas turísticas son mujeres.
Se trata de una precariedad laboral que atrapa a las mujeres y que se refleja en la brecha salarial, en la parcialidad o en la falta de mujeres en los consejos de administración que siguen teniendo un claro sesgo de género. Esa tendencia debemos transformarla. Tenemos que poner en valor y visibilizar las trayectorias profesionales de las mujeres.
El Gobierno de España es feminista, sí. Y no sólo por el número de mujeres que ejercen cargos de responsabilidad. Somos feministas no solo por una cuestión de justicia social, también económica porque la incorporación plena de las mujeres al mercado laboral significaría un incremento del 15% del PIB en el caso de España.
Estamos plenamente comprometidos con la igualdad de género y uno de los ejes en los que está articulada la acción del Gobierno es la agenda feminista en todos los ámbitos: económico, laboral, social, formativo y científico.
Por ese compromiso con la igualdad hemos adoptado actuaciones para avanzar en la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad y hemos regulado para implantar los planes de igualdad y evitar la brecha salarial.
La agenda feminista del Gobierno también está recogida en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como un objetivo transversal. Son muchos los programas dirigidos a reducir la brecha de género, pero creo que la formación y el capital humano juegan un papel fundamental.
Quisiera destacar un ejemplo: el trabajo que realiza la Escuela de Organización Industrial, que depende del Ministerio de dirijo. Este organismo ofrece el programa Talentia 360 Mujer Directiva dirigido a impulsar la promoción profesional de las mujeres, fomentar su liderazgo, facilitar la visibilización del talento femenino e incrementar el número de mujeres en los puestos de toma de decisiones. O el programa Desafío Mujer Rural que nace para impulsar el emprendimiento femenino rural, con actuaciones de sensibilización, jornadas de difusión, mentorización, Coaching y desarrollo de una plataforma de comercio electrónico.
Nuestra prioridad es reducir las barreras estructurales que lastran el acceso de las mujeres al mercado laboral en igualdad de derechos y condiciones; elevar la tasa de empleo femenina; mejorar, fortalecer y reorganizar el sistema de cuidados de larga duración; elevar el potencial educativo y la igualdad de oportunidades y, con ello, la capacidad de crecimiento a largo plazo.
Como dijo Simone de Beauvoir, “no se nace mujer: se llega a serlo”, una de las frases feministas más revolucionarias de todos los tiempos. Contamos con un enorme talento femenino y no lo podemos desaprovechar. Solo si lo incorporamos plenamente, avanzaremos hacia una sociedad más próspera, sostenible e inclusiva.
Celebramos un 8 de marzo distinto, pero quiero recordar que todos los días del año son 8 de marzo porque todos los días podemos y debemos hacer algo que permita seguir avanzando hacia la plena igualdad entre hombres y mujeres.
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