Àngels Barceló defiende que la sentencia "debe ser una oportunidad" para la política
"Para ello, la calma y la altura de miras van a ser fundamentales”.
“La sentencia debería actuar como catalizador, como una oportunidad para que la política encuentre las vías para el entendimiento y, para ello, la calma y la altura de miras van a ser fundamentales”. La periodista Àngels Barceló ha resaltado -en su comentario Imperiosa necesidad, en la Cadena Ser- la ocasión que se abre tras la sentencia del procés, que condena a los nueve líderes independentistas por sedición.
De este modo, Barceló alude a la altura de miras para encontrar, al fin, una solución política al conflicto en Cataluña: “La movilización de ayer era previsible e incluso entendible”, apunta Barceló, quien considera que “el apoyo a los políticos encarcelados y la incomprensión de la sentencia” es “el reflejo de la incomprensión de la gestión política”, algo que va más allá del mundo independentista.
“Pero dicho esto, la emoción debería contenerse a partir de ahora y dar paso al pragmatismo”, ha reclamado la periodista, quien cree “imperiosa la necesidad de que Cataluña se tranquilice y se tranquilice España en su relación con Cataluña”.
“Hay que entender que esto no va de venganzas sino de derecho, que esto no va de faroles sino de política real”, ha argumentado, antes de sentenciar que “sería un error pensar que la condena judicial zanja el problema”.
Imperiosa necesidad
Está siendo y va a ser pesada la digestión de la sentencia del juicio del procés. Nadie quisiera haber visto, nadie quisiera haber vivido, las imágenes de ayer en el aeropuerto de Barcelona o en la Via Laietana, pero empujar a la gente a la calle desde la presidencia de la Generalitat y otras instituciones y pedir a los Mossos d’Esquadra que actúen desde otras consejerías tiene estas consecuencias.
La movilización de ayer era previsible e incluso entendible. El apoyo a los políticos encarcelados y la incomprensión de una una sentencia que no es más que el reflejo de la incomprensión de la gestión política va más allá del mundo independentista. Pero dicho esto, la emoción debería contenerse a partir de ahora y dar paso al pragmatismo. Es imperiosa la necesidad de que Cataluña se tranquilice y se tranquilice España en su relación con Cataluña.
Claro que esto va de emociones, pero va también de encontrar una salida que permita recuperar la estabilidad y la fuerza de un territorio que ha sido siempre uno de los motores de este país. Para ello hay que entender que esto no va de venganzas sino de derecho, que esto no va de faroles sino de política real.
Antes que nada, los catalanes deben hablar entre ellos y entre ellos encontrar los únicos interlocutores que sean validos para la negociación, hay que borrar del diccionario la palabra traidor.
Ayer, la sentencia lo dejó claro, la declaración de independencia fue solo un señuelo un engaño para presionar al Estado. Los políticos independentistas diseñaron una farsa que arrastró a miles de personas, hay que asumir este punto de partida para empezar a trabajar. nada fue lo que dijeron que fue. Y por el otro lado sería un error pensar que la condena judicial zanja el problema. Sigue existiendo un importante bloque de la sociedad catalana, la mitad, la mitad más uno o la mitad menos uno, que sigue reivindicando la independencia, sin contar con ellos va a ser complicada la solución.
En estos días de emociones es importante que nadie de un paso en falso, un paso irreversible que impida avanzar en la búsqueda de una solución. La sentencia debería actuar de esta manera como catalizador, como una oportunidad, para que la política encuentre las vías para el entendimiento y para ello la calma y la altura de miras van a ser fundamentales.