Andrea Fernández: “La ley del aborto necesita revertir esos retrocesos que introdujo la derecha”
Entrevista con la secretaria de Igualdad del PSOE: “Las mujeres seguimos teniendo miedo a volver solas a casa”.
Días clave para el avance de los derechos de las mujeres. La semana que viene verá la luz en el Consejo de Ministros la nueva ley del aborto, en tanto que la ley del sí es sí pasará el trámite en la Comisión de Igualdad en el Congreso de los Diputados.
Todo ello en medio de una ola reaccionaria en todo el mundo, que podría acabar con el aborto por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Andrea Fernández (León, 1992) es la responsable de Igualdad del PSOE desde el pasado congreso de Valencia, llevando una de las carteras con más peso del principal partido del Gobierno.
Defiende que esa reforma del aborto es necesaria para revertir lo que hizo la derecha con Mariano Rajoy, permitiendo a partir de ahora de nuevo a las mujeres de 16 a 18 años interrumpir el embarazo sin permiso de los padres. Califica, además, de “positivo” el acuerdo entre los dos socios sobre la norma, aunque el texto todavía no está cerrado.
La próxima semana pasará en la Comisión de Igualdad del Congreso la ley del sí es sí. ¿Qué supone? ¿Cuándo verá la luz definitivamente?
Se aprobó en ponencia la semana anterior, con lo que tenemos ya un dictamen en el que se recogen los acuerdos a los que hemos llegado los grupos parlamentarios. La semana que viene celebraremos la comisión donde se debatirán las enmiendas que quedan pendientes. Posteriormente irá a Pleno. Señalar que el PSOE mantiene vivas enmiendas que tienen que ver con el proxenetismo y la tercería locativa porque apostamos por una redacción más ambiciosa, queremos que sea verdaderamente garantista y que persiga a los proxenetas. Queremos una mejora importante en el texto.
¿En esa mejora están de acuerdo sus socios de Gobierno y proponentes oficiales de la ley a través del Ministerio de Igualdad? ¿Por qué mantienen esas enmiendas?
Estamos trabajando en ello, venimos manteniendo conversaciones y reuniones varias semanas. El ánimo por todas las partes es de diálogo y acuerdo.
Hablando de enmiendas, ¿qué pide exactamente el PSOE para incorporar a esa ley?
Para nosotros el proxenetismo debería definirse como el lucro de la prostitución ajena. Actualmente la redacción exige un criterio de explotación, que es un concepto jurídico muy indeterminado, muy difícil de definir. Esto es lo que hace que no se produzcan sentencias en España en materia de proxenetismo. Con lo cual, acotar la definición y hacerla más clara nos permitirá tener más sentencias en esta materia. Además, no es un criterio único del PSOE, nos hemos apoyado en muchas asociaciones de mujeres juristas para esta redacción garantista.
¿Va a salir esta ley sólo con los socios de investidura o confía en que el PP pudiera llegar a un acuerdo ahora que ha cambiado de líder?
Aquí sí que comparto completamente el criterio de la ministra Irene Montero, que siempre habla de un gran acuerdo. La violencia sexual es una de esas lacras y uno de los grandes problemas democráticos que tenemos, porque los derechos de las mujeres son derechos civiles. Existe esa necesidad de que todos los grupos políticos nos pongamos de acuerdo en torno a cuestiones que perjudican a nuestra democracia. Ojalá lleguemos a un grandísimo acuerdo. El ánimo por parte de todas las fuerzas es negociador.
¿Con el PP tienen contactos discretos o negociaciones?
La verdad es que nosotras no sabemos en qué posición están ellos ahora mismo respecto a la ley, pero tengo la sensación de que el ánimo de trabajo es bueno. Ojalá sea así y tengamos una gran ley y un gran acuerdo. Además, es una muy buena ley, pionera y positiva.
Imagino que descarta que en ese gran acuerdo esté la ultraderecha, como pasó con el pacto de Estado contra la violencia de género.
La verdad es que desgraciadamente tenemos al ultranacionalismo representado en el Congreso. Ni está ni se les espera. Es verdad que es gente a la que le gusta mucho el debate, el enredo, los grandes planteamientos, pero a la hora de la verdad ni está ni se le espera.
El próximo martes va al Consejo de Ministros una nueva ley del aborto para intentar sortear un posible fallo del Constitucional contra la norma por un recurso del PP. ¿Qué espera de esa nueva norma?
Sabemos que la ley del aborto necesita algunas mejoras, por ejemplo respecto a los derechos de las mujeres de 16 años. Además, tenemos algunos problemas para garantizar el derecho al aborto. Precisamente por eso el PSOE impulsó una proposición de ley, que ya está en vigor, con una reforma del Código Penal para evitar el acoso de grupos ultracatólicos en las puertas de las clínicas. Con esto quiero decir que el PSOE siempre está en la defensa de los derechos de las mujeres. La ley del aborto necesita revertir esos retrocesos que introdujo la derecha cuando gobernaba. Pero creemos que la ley del aborto actual es buena.
La ley del aborto incluirá finalmente las bajas por menstruación incapacitante, ¿qué supondrá esta medida? ¿Cómo valora el acuerdo entre la parte socialistas y la de UP?
Aunque aún se está trabajando en el texto, el acuerdo es muy positivo. Será una buena reforma de la ley del aborto porque recupera el derecho de las menores de 16 a 18 años a abortar sin consentimiento paterno. Recordemos que la supresión de este derecho representa una aberración sin precedentes porque somete a estas mujeres a una tutela por parte de sus progenitores que no se exige para ninguna otra intervención médica. El hecho de que las mujeres de 16 a 18 años perdieran la autonomía sobre sus cuerpos solo para poder abortar demuestra que lo que le importa a la derecha más reaccionaria no es la vida sino el control de las mujeres.
Por cierto, en EEUU se ha conocido un borrador por el que el Tribunal Supremo puede tumbar el derecho al aborto. ¿Qué le parece? ¿Hay peligro de retroceso en los derechos de las mujeres?
La era Trump marcó un precedente, que ha seguido en otros lugares, también en Europa, representado por Vox. Al final lo que llamamos extrema derecha tiene ese efecto: no son políticas que producen grandes transformaciones a priori, sino que poco a poco van inclinando el tablero introduciendo términos de debate que no están presentes en la sociedad. Y esta adulteración acaba teniendo efectos. Es un ejemplo de ello. Es increíble que en EEUU, el llamado país de la libertad, en 2022 esta sentencia se vaya a realizar. Respecto al aborto, hay una relfexión importante que hacer: el debate no es si el derecho debe existir o no, sino si se produce de manera segura y con garantías sanitarias. Porque sabemos que el aborto se va a producir haya o no coberturas y leyes. Lo que estamos haciendo es exponer a las mujeres a violencia, inseguridad. Estos tienen que ser los términos del debate para que sea riguroso.
En su tierra, Castilla y León, se acaba de formar el primer Gobierno autonómico con la ultraderecha. Una de las primeras medidas puestas sobre la mesa es una ley de violencia intrafamiliar, ¿qué supone?
Es a lo que me refería con el ejemplo de EEUU, el ultranacionalismo no tiene ningún interés en hacer políticas públicas. Cuando hablamos de pactos, hay que revisar el contenido. Si vemos los del PSOE con UP, buscan ampliar derechos, que hay un proyecto de país serio, para mejorar ámbitos en los que no se está funcionando. Y, sobre todo, busca ampliar en materia de derechos sociales, que nos hacen pioneros en materia de libertades. Si analizamos el de PP y Vox en Castilla y León, lo que vemos es cerrazón, retroceso, control de la vida de la gente. Es un ejercicio objetivo que podemos hacer. Efectivamente en Castilla y León no tienen ningún tipo de interés de abordar ningún tipo de violencia, lo que quieren es precisamente marcar el debate en materia de violencia de género. Y no es un debate abierto socialmente, ya que está muy aceptado que la violencia de género existe y que hay que abordarla de manera rigurosa y a través de políticas públicas. No obstante, lo que me preocupa es el PP. ¿Por qué el Partido Popular renuncia a grandes consensos democráticos en los que sí estuvo? Me gustaría recordar que en la ley de 2004 estuvo el PP y se aprobó por unanimidad. Me preocupa mucho dónde está el PP en todo esto, porque la derecha moderada es la que puede parar esto. Lo está señalando gente como Anne Applebaum, necesitamos derechas europeístas y socialmente homologables para evitar que estos planteamientos calen en la sociedad. Porque, además, ir más atrás nos va a costar mucho después.
El Gobierno de Castilla y León es el menos paritario de las autonomías. Una reflexión, ¿representa a la sociedad esa poca presencia de las mujeres? ¿No tienen nada que decir?
Tanto León como Castilla son tierras maravillosas, son lugares donde la gente para nada defiende estos planteamientos. Es un lugar al que invito a todo el mundo a conocer, porque lo último que vamos a consentir los castellanos y los leoneses es que se dé esta imagen de nuestra tierra. Es una tierra maravillosa y acogedora, la cuna del cooperativismo. Quiero remarcarlo, somos un lugar, sobre todo, solidario. No tiene nada que ver con esto, no somos machistas. Al final, es una manera de ir desequilibrando un tablero en el que todos cabíamos, que era una España que apostaba por la igualdad y avanzaba. Todos los derechos que tienen que ver con el feminismo y las reivindicaciones de las mujeres son los primeros a atacar, porque son los que más cuestionan estructuras muy conservadoras.
¿Se podría producir un Gobierno así en España?
Le corresponde contestar a Feijóo. Desde luego, espero que no y que este nuevo PP sepa actuar y valorar los riesgos para este país. Espero ese ejercicio de responsabilidad, aunque francamente cada vez tengo más dudas.
Esta semana se ha producido un debate en el Congreso sobre feminismo entre Irene Montero y Macarena Olona, que será la candidata en Andalucía. ¿La ve como vicepresidenta allí? ¿Qué cree que podría hacer?
La veo como vicepresidenta en caso de que ambas formaciones sumaran, pero espero que no. Y creo que Juan Espadas tiene muchas posibilidades de ser la primera opción porque confío mucho en que la sociedad andaluza apueste por una alternativa progresista y de izquierdas. Tiene un proyecto ilusionante y pretende ampliar libertades y mejorar el bienestar. El discurso de Olona en el Congreso fue vergonzoso. Es ir a la Cámara a plantear cuestiones que no tienen nada que ver con sacar adelante políticas públicas, leyes o solucionar problemas. El PSOE va a estar ahí, porque el tiempo corre y estamos para trabajar.
¿Qué contesta cuando escucha que el Ministerio de Igualdad es un chiringuito y se gastan 20.000 millones de euros?
En España tenemos una víctima por violencia machista cada dos semanas, las vidas de las mujeres importan. Tenemos la fortuna de contar con una sociedad española que ha apostado por un Gobierno progresista que está trabajando. Que la mitad de la población se encuentre en una situación de desigualdad justifica perfectamente que exista el Ministerio.
Parece que se está perdiendo el miedo a Vox. ¿Qué supone que esté la ultraderecha en un Gobierno?
Primero: no tienen ninguna hoja de ruta política, no van a hacer nada por la ciudadanía, no tienen un plan de acción. Les escuchamos expresiones altisonantes, pero nunca ponen sobre la mesa una solución. Por lo tanto, son gobiernos inoperantes como el de Castilla y León. En segundo lugar: vemos un aumento de la crispación, de la violencia verbal. Tenemos que valorar qué efectos tiene en la sociedad.
El porcentaje donde más ha aumentado la violencia de género es entre menores de 18 años. ¿Por qué?
Me gusta decir que confío mucho en los jóvenes, creo que el futuro será mejor que el presente. La labor que se hace en todos los centros educativos para hablar de igualdad es muy buena. Entre las chicas particularmente vemos cómo crece el interés por el feminismo y la igualdad. Eso es una buena noticia. En parte, el aumento de esa visibilidad de la violencia tiene que ver con que se habla más, se denuncia más. Es un tema más presente. No obstante, hay que vigilar muchísimo lo que sucede entre los jóvenes porque, no es incompatible con lo que acabo de decir, la presencia del ultranacionalismo hace que entre especialmente los jóvenes varones se genere esa desconfianza y atrincheramientos en privilegios. Por eso, hay que exigir una responsabilidad muy grande a los políticos de este país porque tenemos mucha influencia.
La Constitución española es machista porque en la Jefatura del Estado prevalece el varón sobre la mujer. Ustedes, que están en el poder, acaban de hacer una serie de cambios en la estructura de la corona y se han olvidado de tocar ese artículo. ¿Por qué?
Una reforma constitucional requiere amplias mayorías y procesos muy profundos y costosos en negociación, ahora mismo el momento en nuestro país exige que la atención esté puesta en cosas que tienen más que ver con la vida de las personas, más allá de lo que pase con la sucesión. Estoy segura de que nunca más se va a producir en esos términos y esa reforma en algún momento tendrá que llegar.
La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, se negó a posar sólo con hombres en un acto.
Me parece que tenemos una vicepresidenta maravillosa, valiente y que nos va a ayudar a dar muchísimos pasos adelante en lo que tiene que ver con la presencia de las mujeres en el espacio público. Que una mujer en una posición de poder decida renunciar a esa foto en defensa de todas es valiente. Lo que sí creo es que hay que abrir una reflexión que les corresponde especialmente a los varones sobre cómo puede ser posible que la primera persona que decida dar ese paso sea una mujer y no ellos mismos.
El presidente de la patronal, Antonio Garmendi, lo ha calificado de postureo.
Entiendo que esté dolido, que te dejen en evidencia nunca es agradable.
¿Cuándo saldrá la ley trans?
Estamos a expensas de lo que decida el Gobierno.
¿Le gustaría que saliera pronto?
Estamos esperando a que llegue al Congreso para que la podamos ver y valorar.
¿Cómo está la relación con los socios de Gobierno en este tema tras todas las trifulcas?
Con nuestros socios de Gobierno ahora mismo, particularmente con el Ministerio de Igualdad, estamos trabajando en otras cuestiones, así empezamos la entrevista, y son cuestiones muy importantes porque tienen que ver con una de las formas de violencia contra las mujeres que está practicamente sin abordar en este país, que es la prostitución y la trata de mujeres. No olvidemos que España es uno de los países que más sexo de paga registra en Europa.
El PSOE prometió en el congreso de Valencia el abolicionismo de la prostiticución, ¿cómo se hará en fondo y forma? ¿O se va a incluir en la ley del sí es sí?
En la ley del sí es sí trabajaremos por incorporar estas enmiendas de un calado muy importante, pero además estamos preparando una ley integral contra la trata, que va a ser muy ambiciosa en materia de tráfico de mujeres.
¿En esa ley irá la abolición de la prostitución? ¿Quién la va a elaborar?
La abolición de la prostitución es algo que va más allá de una ley. Las enmiendas son claramente abolicionistas y la ley de trata también va a ser abolicionista. Son muchos escenarios para trabajar. La ley la elaborará el Gobierno, con la participación de muchos ministerios.
Cuando sale este tema, siempre alguien dice por qué una mujer en su libre derecho no puede ejercer la prostitución.
Creo que un debate que tiene que ver con valores tan importantes para la democracia como la dignidad, la integridad y la igualdad no se puede valorar en términos de libertad individual, sino que hay que atender a los términos estructurales. No es baladí ni casualidad que seamos las mujeres las que más ejerzan la prostitución. Es evidente que hay una estructura de dominación. Desde ahí tenemos que abordarlo. El otro marco es pernicioso.
Decía que los datos son altísimos en España, ¿por qué es un país tan de prostitución?
Hay quienes califican a España como el prostíbulo de Europa. Tiene que ver mucho con el ocio que existe en este país y con un elemento cultural muy importante. Todo eso lo tenemos que cambiar. Podemos hacerlo porque, además, es un país donde siempre han calado las políticas de igualdad. La sociedad española es abierta, igualitaria y se indigna con las injusticias. Es un debate que tenemos ganado socialmente.
Desde la derecha se utiliza muchas veces de manera despectiva el término feminista, como por parte de Díaz Ayuso.
Hay gente desgraciadamente que en política decide hacer lo fácil y está muy interesada en la crispación. Viven de generar debates facilones, absurdos, planteamientos ridiculizantes del contrario. Todo eso tiene que ver con el movimiento en el tablero hacia posiciones radicales. Lo que le pediría a personas como Ayuso es que moderaran sus formas porque cada vez que ellos ganan perdemos todos.
Una autocrítica, ¿en qué está fallando el Estado para que sigamos teniendo esas cifras tan brutales de mujeres asesinadas?
En esto soy muy crítica. Creo que la ley integral contra la violencia de género, que se ha demostrado un rotundísimo éxito y ha sido imitada por muchos países, hay un último tramo al que nos hemos acostumbrado y efectivamente necesitamos un diagnóstico y poner mucho la mirada en esas víctimas. Hay elementos que están fallando. Tiene que ver con esa inevitabilidad, de que esto ya es normal y todos lo aceptamos. Eso no puede ser. No podemos acostumbrarnos a que las mujeres corramos el riesgo de ser asesinadas por el simple hecho de serlo.
Seguimos leyendo noticias como la de hace unos días de una violación grupal en Málaga. ¿Cómo hay que actuar para evitar esto?
Necesitamos muchísima educación sexual. Y, sobre todo, uno de los grandes retos es el consumo de pornografía. Es la imagen de una sexualidad absolutamente distorsionada, violenta, de consumo rápido y que tiene un efecto indudable. Hay un debate acerca de la protección de los menores en ese tipo de contenidos.
¿Habría que regular ese tipo de contenidos de alguna manera?
Rotundamente sí. Deberíamos enfrentarnos a ese debate, que es complejo y complicado desde el punto de vista jurídico. Pero es un debate necesario y que hay que tener. La pornografía tiene una traducción en los comportamientos sexuales.
¿Una mujer en pleno 2022 en España tiene todavía miedo de ir sola por la noche por la calle?
Hombre, por supuesto que las mujeres seguimos teniendo miedo a volver solas a casa. Por supuesto que se producen situaciones de inseguridad. No obstante, también es importante remarcar que la mayoría de las agresiones sexuales se producen en el entorno familiar.