Zubizarreta: "Hemos saturado al seguidor de fútbol"
El mítico portero analiza la creación de la Superliga y la evolución de su deporte.
Antes de que La Roja fuese La Roja y de que el tiquitaca enamorase a medio mundo, España era también otra España. Y, seguramente, el fútbol era otro fútbol. Eran los años de ‘la furia’, de la maldición de cuartos, de la mala suerte, del ‘jugamos mejor que nunca, perdimos como siempre’. En aquella época, esos finales de los 80 y los 90 que pese a todo sentaron las bases de todo lo que vino después, hubo una figura perenne en la portería: Andoni Zubizarreta.
El cancerbero vasco, titular en el Dream Team del Barça de Cruyff y dueño de los palos de la selección en 126 partidos, se retiró en 1998 tras disputar cuatro Mundiales y tres Eurocopas y ganar, entre otros títulos, seis Ligas y una Copa de Europa. Luego fue director deportivo del Athletic, del Barcelona y del Olympique de Marsella.
Ahora, un poco más apartado de la vorágine de los grandes clubes, Zubizarreta observa con curiosidad los movimientos para crear la polémica Superliga Europea y disfruta del fútbol como comentarista.
¿Qué te parece la idea de la Superliga europea?
No lo tengo claro. Llevábamos muchos años con el runrún de que algo así iba a pasar. No me creo que esto haya salido así sin que esa propuesta o ese proyecto tenga más apoyos de los que se han visto, que han sido muy pocos o ninguno, más que ellos mismos. No creo que se hayan lanzado a un proyecto así sin tener algo más atado. Por otro lado, siempre estamos con la evolución del fútbol y al final es un deporte con unas reglas muy básicas, prácticamente es el mismo deporte que se jugaba hace cien años. Y siempre se ha dicho eso, que el fútbol tiene que evolucionar, que cambiar, que adaptarse... Pero no sé si esta es la mejor forma. Estoy expectante por ver cómo sigue caminando esto. Ahora se ha dado una primera reacción de decir que esto es una barbaridad, donde yo también estaría. Mi primera reacción hubiera sido esa. Ahora, esto es como ser portero: te pones ahí detrás, miras el juego y dices: ‘¿Qué más va a pasar? ¿Qué más se va a mover aquí?’ Porque algunas cosas se tienen que mover.
¿Crees que, como ha dicho Florentino Pérez, el fútbol ha perdido interés y ya no engancha tanto a los jóvenes?
Tal vez lo que tenemos es una saturación de fútbol porque tenemos fútbol de lunes a domingo prácticamente y ya no sabes qué es Liga, qué es Copa, qué es Europa League o qué es no sé qué. Igual hemos saturado al fútbol y al seguidor del fútbol de tal manera que igual ha perdido interés. También con otras situaciones como partidos que empiezan un sábado a las 12 el mediodía para acabar un domingo a las 12 de la noche, cuando el sábado a las 12 era el horario típico de casa, el de los chavales, el de los clubes locales.. Y, sin embargo, hemos ido abrumando a todo ese mercado. La sensación que yo tengo es, más que de desinterés, de sobreexplotación.
¿Qué ha cambiado en el fútbol desde que te retiraste hace 23 años?
Hubo un cambio significativo, que coincidió con el final de mi carrera, que fue cuando las camisetas pasaron a tener dueño. Parece una tontería, pero siempre habíamos hablado del ‘10’ de Pelé o Maradona y, aunque no llevase el nombre, siempre nos parecía que esa camiseta era la suya. Tú jugabas con el ‘1’, con el que habían jugado Iribar, Lezama o Carmelo. Te ponías esa camiseta que se habían puesto ellos. Antes la camiseta era propiedad del club y luego pasó a ser compartida entre el club y el jugador.
El juego ha evolucionado, evidentemente, se juega más rápido y el juego va cambiando. Pero lo que ha cambiado más son los elementos de alrededor: lo tecnológico, con drones, la calidad de la imagen... Vamos a retransmisiones donde todo está concentrado en torno al balón, antes teníamos tiros muy largos de campo y ahora se centra en el gesto técnico, en el control, en el caño. Todas esas cuestiones han pasado a tener una notoriedad enorme porque también están pensadas para ese nuevo público que lo que ve son momentos y acciones. Son como ‘likes’. Lo que era el juego más largo, la distancia entre líneas y demás ha ido perdiendo presencia. Por lo demás, la preparación del jugador no tiene nada que ver: la alimentación, los descansos, los viajes, la recuperación... es como la noche y el día.
En este fútbol de ahora, ¿un portero como tú, con las características que tenías, tendría hueco un equipo grande?
Yo quiero pensar que sí. Sobre mí mismo quiero pensar que sí. A nosotros nos tocó ese cambio. En el momento en que ya no se podía coger el balón después de una cesión se nos obligó a adaptarnos a otra forma de jugar. Hasta entonces las manos eran el elemento que marcaba un poco la diferencia. Ahora ya sabemos que los porteros tienen que jugar con los pies. Pero los jóvenes que tenían 10 o 12 años cuando yo acababa mi carrera ya jugaban así. Te adaptas a aquello que has hecho habitualmente. Se han ido adaptando, pero todo parte del mismo principio: el portero tiene que darte seguridad y parar lo que tiene que parar. Te sirve poco un portero con una eficacia en la posesión del balón del 100% si luego te falla en la parte de parar.
Quedan menos de dos meses para la Eurocopa. ¿Qué podemos esperar de la selección? ¿Nos podemos hacer ilusiones o es mejor ser cautos?
Tenemos un problema: venimos de una época de abundancia con dos Eurocopas, un Mundial y dominar el fútbol mundial con jugadores que marcaban puestos. La transición después de eso siempre es difícil. Creo que Luis [Enrique] está intentando darle campo a muchos jugadores, mostrando que la posibilidad de estar en la selección es real. Pero eso lo ha hecho siempre, cuando era entrenador del Barça B ya lo hacía. Y eso abre las posibilidades a más jugadores. Pero, aunque pensamos que somos modernos, estamos muy ordenados mentalmente en lo que ha sido clásico en el fútbol: un once más o menos recitable con cinco o seis jugadores que eran el núcleo fuerte. Y Luis está trabajando con un elemento más abierto que, curiosamente, es más de lo que trae el fútbol moderno. Nuestra mentalidad clásica nos pide recitar un once, aunque en este momento el seleccionador necesita una búsqueda general de soluciones.
Pero, ¿España será un rival temible?
No creo que a nadie le guste jugar contra España. Las diferencias se han reducido respecto a todos los equipos. No hay ninguna selección en este momento que domine el panorama mundial. Sí, Francia ha sido campeona del mundo y tiene un equipo con muy buenos jugadores, pero sería un equipo contra el que podríamos competir tranquilamente.
Hablabas antes de la selección de Luis Aragonés y Vicente del Bosque, que maravilló al mundo. ¿Qué queda de aquello en el equipo actual, si es que queda algo?
Una intención de ser un equipo que juega con el balón, de tener la pelota y atacar con ella desde el juego posicional. Luego ya con más evoluciones, transiciones más rápidas, con movimientos diferentes porque la calidad de los jugadores ha cambiado. Pero queda esa percepción de que la selección va a querer ser protagonista. No va a darle el balón al rival para jugar al contraataque, que también se podría. No digo que sea ni bueno ni malo. Francia ha sido campeona del mundo así, con una estructura defensiva potente, una transición y unos jugadores de arriba rapidísimos. Y hay que tener mucha capacidad para hacer eso. Yo creo que Luis intenta darle más soluciones.
España siempre ha tenido en la portería un referente estable durante años: Iribar, Arconada, tú mismo, Casillas... ¿qué le ha faltado a De Gea, que parecía el señalado, para coger ese testigo y asentarse?
Seguramente que el fútbol ha cambiado para los porteros. Antes, los porteros eran titulares y lo jugaban todo o eran suplentes y no jugaban nada. Ahora hay más reparto de minutos, más reparto de partidos, unos juegan la Liga y la Champions y otros la Copa... Antes, el titular, por mucho que se equivocase uno, dos, tres partidos, generalmente continuaba jugando. Ahora, sin embargo, a dos partidos que no estás muy fino el entrenador te cambia. Ha cambiado la mentalidad y eso ha afectado, sobre todo, a De Gea y a Kepa. Antes, para que el portero mantuviera la concentración, la seguridad, la tranquilidad, había esa complicidad con el entrenador de: ‘Bueno, hoy has jugado mal, hoy te han hecho el gol x pero no pasa nada, eres el titular y jugarás el partido siguiente’. Ahora eso ha cambiado porque hay una parte del portero que es vista como un jugador de campo. Y los jugadores de campo rotan.
La selección de Javier Clemente, de la que eras capitán, se ha quedado con la fama de ser muy defensiva, de que jugaba al patadón. ¿Crees que es merecida?
No creo que sea justa. Pero queda bien decir que fuimos a Dublín a jugar con cinco centrales. Y, sin embargo, ganamos 1-3. Un equipo que hace tres goles en el campo del máximo rival de su grupo... pues hombre, no debe de ser muy defensivo. Con el Athletic de Javi Clemente fuimos campeones de Liga con una media de dos goles por partido. No suele responder a un equipo defensivo. Luego la gente entra en los matices de que si muchos goles eran de estrategia. Pues sí, pero como en todos los equipos del mundo. Como ha hecho el Barça cuando ha necesitado un gol de falta de Messi o Cristiano en el Real Madrid.
Entonces, ¿qué le faltó a aquella selección para llegar a éxitos mayores?
Esa es una pregunta que siempre nos hemos hecho en el avión cuando volvíamos a España. Nosotros fuimos segundos en la Eurocopa del 84 y parece que ese equipo se ha perdido en la memoria. Fue segundo cuando no era favorito y, sin embargo, no tuvo recibimientos, reconocimientos. Nada de nada. Desapareció. En el mundial del 86 lo hicimos todo para ganar a Bélgica en cuartos y a partir de ahí entramos en esa dinámica. Siempre parecía que nos eliminaban en nuestro mejor partido. Supongo que nos faltó concretar eso, el juego, las oportunidades y las posibilidades en goles, que es lo que hace la diferencia. Y seguramente eso tiene que ver con algo de convicción, de haber ganado anteriormente.
Respecto al Barça: ¿crees que Koeman debería seguir siendo el entrenador la temporada que viene?
Soy poco contundente: eso es responsabilidad de quien dirige. Laporta es un nuevo presidente, no es el mismo que contrató a Ronald, aunque creo que la relación entre ellos es correcta, buena. A partir de ahí, todos los que hemos estado en el fútbol sabemos que muchas veces dependemos del último resultado. Parecía que todo estaba muy bien en el Barça, perdieron contra el Real Madrid, parecía que todo estaba mal, pero ganaron la Copa y parece que todo vuelve a estar bien. Ronald está haciendo un trabajo extraordinario. Cogió al equipo en una situación complicada, con la marcha de Luis Suárez, el problema de Leo, con un montón de chicos jóvenes y está haciendo un trabajo extraordinario. Por diciembre no parecía que el equipo estuviese para competir por títulos y ahora tiene uno, la Liga la puede disputar... y eso me parece que es excelente.
¿Crees que Messi va a seguir?
Creo que en su cabeza debe de tener su decisión más o menos tomada. Estamos a finales de abril y él no es un chico de 19 años. Tiene que tenerlo más o menos pensado. A partir de ahí hay un montón de cosas que influyen que yo no conozco. Leo es un jugador de fútbol que tiene más conexiones con los jugadores de antes que con los jugadores del futuro. Él está implicado, está haciendo equipo, es el capitán y la felicidad del otro día es una felicidad auténtica. Se ha ganado el derecho a decidir.