Ana Iglesias: "Al entrar el que más me imponía era Jordi, pero al final el que más me impuso fue Pepe"
La madrileña de 24 años, ganadora de la octava edición de 'MasterChef', valora su paso por el concurso de TVE y la filtración de Saray. "No hay marcha atrás, tampoco le deseo lo peor", asegura.
Ha pasado todo el día colgada al teléfono respondiendo entrevistas. “Ya no sé ni lo que digo”, asegura Ana Iglesias, ganadora de la octava edición de MasterChef, probablemente la más atípica de las emitidas desde que arrancó el concurso en TVE el 10 de abril de 2013.
Atípica, no sólo polémica, aunque eso también. Porque ha sido la más vista, con más de tres millones de telespectadores pegados a la pantalla para ver la final emitida este lunes 6 de julio. Y eso que ya sabían quién saldría ganadora. Se encargó de filtrarlo en redes sociales Saray, que muchos conocerán por presentar a los tres jueces el plato Pájaro muerto. Expulsión en el quinto programa.
La suya fue la primera de las muchas polémicas de una edición en la que la ganadora, más allá de que se pudo poner en duda su selección por su relación con la influencer María Pombo, se ha mantenido siempre al margen de todo debate. Ella fue a ganar y lo consiguió.
Ana Iglesias se impuso en la final a Iván, del que confiesa es “la persona que más cariño” tiene dentro del programa. “Jugarme la final con él fue muy emocionante”, añade.
Él es uno de sus cocineros favoritos dentro del talent culinario. La madrileña de 24 años, licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas (ADE), no tiene problemas en enumerar a sus favoritos ni hablar libremente de su paso por el concurso. Aunque sigue sin entrar en polémicas deja ver entre líneas algunas de sus opiniones
Llegaste a la final relajada porque no esperabas ganar, ¿a quién veías como ganador?
No me lo esperaba, estuve tranquila y con mucha ilusión en todo momento y creo que eso se notó. Veía como ganador a Iván. Lo veía como el rival más fuerte pero por suerte no fue así. La suerte es que pude batirme con él y eso me gustó mucho.
Sales como ganadora de la edición más vista de MasterChef, con una cuota de pantalla del 30,3% en la final. ¿A qué achacas este éxito?
Creo que tuvo mucho que ver el confinamiento. La gente se inició en la cuarentena e hizo que luego ya no se pudiesen desenganchar y que quisiesen ver el final del programa, así que ha sido una alegría que dentro de todo lo malo, el confinamiento haya tenido eso bueno para MasterChef.
¿Crees que ha sido más al encierro obligatorio que el haber sido la edición más polémica?
Diría que ambas cosas han hecho que haya habido este revuelo de audiencia.
El casting también ha sido bastante especial. Tú misma ya eras conocida por tu firma de joyas —dosprimeras—, ¿crees que ha influido para que fueses seleccionada?
Para nada. Si he entrado ha sido por mi perfil y no por tener una marca de joyas, sino por cómo soy de perseverante y de luchadora, más que por tener una marca en sí.
Tu gran virtud ha sido mantenerte al margen de todas las polémicas de la edición, ¿ni siquiera te indignó un poco cuando Saray filtró el nombre del ganador en Twitter? ¿O sea, tu nombre?
Me da rabia por los espectadores, que no hayan podido ver quién es el ganador. Me da pena porque creo que a la gente le habría encantado, pero tampoco vamos a luchar por algo que ya ha pasado y no tiene marcha atrás.
De todas formas, ¿sabes que Saray podría enfrentarse a una pena de 100.000 euros? ¿Qué te parecería?
Al ser un programa de televisión es obvio que tenemos unos contratos de confidencialidad. Tampoco tengo mucha idea de cómo se va a gestionar... Aunque Saray haya dicho eso y no haya marcha atrás, tampoco le deseo lo peor, la verdad.
Hablando de Saray, ¿cómo se vivió dentro del programa la polémica del pájaro muerto que presentó al jurado? ¿Se armó el mismo revuelo que fuera?
Fue bastante impactante. No nos los esperábamos pero ella decidió hacerlo así y nosotros tampoco éramos quien para juzgar o intervenir en lo que hizo.
lo¿Impactó más por haber ocurrido nada más empezar el programa?
Sí. Cuando Saray se fue sólo habíamos estado en cuatro programas, todo era muy sorprendente, pero pasó y se quedó en el olvido porque del 4 al 13 pasaron un montón de cosas...
Entre otras, pasó un confinamiento. Estuvisteis 42 días en una casa antes de grabar el final. ¿Cómo fue la experiencia?
Creo que dentro del horror que fue pasar toda esta pandemia mundial, lo llevamos bastante bien. Nos apoyamos los unos a los otros para estar animados y conseguimos pasarlo fácil.
Las broncas de los jueces son habituales en MasterChef aunque tú has dicho que contigo se han portado muy bien...
Los jueces se han portado bien conmigo porque yo también me he portado bien en general. Creo que es eso. Si yo desprendía una buena actitud, atraía buenas valoraciones. Creo que se ha nutrido una cosa de la otra
Cuando llegaste al concurso, ¿te imponía algún miembro del jurado más que otro?
El que más me imponía era Jordi [Cruz] y al final creo que me impuso más Pepe [Rodríguez]. Con Jordi tuve una buena relación y eso hizo que no me impusiese tanto, y con Pepe que a lo mejor lo veía más... Me impresionaba mucho su cocina. Lo veía con más autoridad.
¿Y con Samantha Vallejo-Nágera?
Samantha me parece muy cercana, no tuve ningún momento esa sensación de ‘Dios mío, qué miedo’.
Pero es verdad que este año a Samantha se le ha criticado por haber gritado mucho, ¿no?
Ella es un poco gritona pero es muy auténtica. Al final es así y se la quiere así porque es muy auténtica. Tiene su puntito porque le gusta gritar.
Además del premio (obvio), ¿qué ha sido lo mejor que te llevas del concurso?
Toda la experiencia, los compañeros, los viajes, las lecciones aprendidas sobre la vida y la superación a mí misma. Superar ese miedo de hacer algo tan grande.
Te llevas también bastantes amigos...
Muchos, sí, me llevo sobre todo a Iván, a Luna, a Sito, a Fidel, a Rosa, a Juana... Ellos son mis favoritos.
Y se lleva también un premio de 100.000 euros en metálico, el contrato para la publicación de un libro de recetas y un máster en Cocina, Técnica y Producto impartido por Basque Culinary Center de San Sebastián. Las clases empezarán en octubre y mientras no tiene ningún plan previsto. Para este verano, se adaptará a lo que vaya surgiendo.