La ayusización de Almeida
Cómo el alcalde de Madrid ha dejado de lado el consenso por su papel como portavoz nacional del PP.
“Te has equivocado. No vas a poder ser el portavoz de todos”. Esta confesión se la hizo en privado un concejal de la oposición a José Luis Martínez-Almeida cuando se enteró de que se convertía en el ‘número tres’ del PP tras meses de haber elogiado su papel de “bálsamo” durante la primera ola de la pandemia y su labor tejiendo consensos en el Ayuntamiento de Madrid. Todo ha cambiado.
Una sensación que se ha extendido entre toda la oposición: Almeida ya no es ese alcalde de todos en el que se convirtió durante los meses más duros. Ya no reconocen al hombre que llamaba a la unidad desde el consistorio de Madrid y que evitaba confrontar con el resto de administraciones frente a la actitud guerrillera de Pablo Casado y de Isabel Díaz Ayuso.
Desde que ejerce como portavoz nacional del Partido Popular, ha dejado las palabras que confortaban hasta la izquierda para dedicarse a proteger a la presidenta de Madrid y hacer de escudero de Casado. Ya no habla de los madrileños en plural, ahora prefiere los dúplex en televisión para arreciar contra Pedro Sánchez, Fernando Simón y Salvador Illa. La ciudad de Madrid, zona cero del coronavirus en Europa, ha destruido ese oasis de unidad. O fue simplemente eso: un espejismo.
El alcalde logró impulsar en los meses más duros los llamados Acuerdos de la Villa, 352 medidas pactadas por todos para reactivar Madrid. En la foto estuvieron, además de Almeida y Villacís (Cs), los portavoces del PSOE, Pepu Hernández, de Más Madrid, Marta Higueras, y de Vox, Javier Ortega Smith. Algo impensable ahora de cara a los próximos presupuestos municipales.
Pero, por medio, se ha cruzado la llamada de Génova 13. Casado lo reclamó para dar un giro al partido al calor de su ascendencia mediática y política. Los dos son muy amigos y el líder buscaba un perfil diferente ante las cámaras que borrara la imagen del ala dura y de dirigentes como Cayetana Álvarez de Toledo. Era el nuevo rostro fresco en mitad de agosto. Pero ese nuevo papel le ha llevado a alejarse día a día de su anterior retrato: críticas al Gobierno constantes y, además, tener que dar la cara por aspectos tan sombríos del PP como la operación Kitchen.
Otra misión le puso Casado: proteger a Isabel Díaz Ayuso. Hasta ese momento había conseguido distanciarse de la presidenta regional y de su estilo de pelea constante. Pero desde entonces se puso a su lado y la secundó hasta en los momentos de pulso delirantes con el Gobierno central que llevaron a la aplicación del estado de alarma en la región. Con ella vivió ese estilo inspirado en el procés de confrontación con La Moncloa y de amenaza del incumplimiento de las leyes, respaldando también la segregación por barrios en la ciudad.
Para diversos cargos del PSOE-M y de Más Madrid consultados por El HuffPost, Almeida está mostrando su “verdadera cara” ahora. En los dos grupos municipales sostienen además que esa unidad también se logró gracias al papel de la oposición, muy diferente, por ejemplo, a la que hace la derecha en el Congreso de los Diputados.
“Ha derrochado el capital político que había conseguido en pocos meses. Era un alcalde listo, ágil. Ahora es el portavoz de Casado, su mamporrero, el que critica a Illa. Ha perdido todo, se hablaba de él como un nuevo Gallardón”, dice un edil sentado frente a él en el Pleno. Y creen también en la oposición que esto empezará a calar a nivel nacional, después de estos meses de gran imagen. La gente lo paraba allá donde fuera en España para hacerse fotos.
Ese consenso ha explotado por ese papel de Almeida, pero también por otras iniciativas, como, por ejemplo, la retirada de la placa de Largo Caballero en Madrid. El alcalde llegó a decir que no ve polémica en esto, un gesto también hacia Vox. Además, hay quejas sobre su gestión de BiciMad o la falta de implementación de la tarjeta familiar.
Pero a la vez que critican este giro de Almeida, muchos en la oposición ven también un nuevo escenario: “Casado nos ha dado una oportunidad, estamos en la obligación de aprovecharla”, dicen fuentes socialistas. Y es que concejales del PSOE y de Más Madrid creen que la imagen de Almeida va a acabar quemándose por su papel a nivel nacional y aleja el temor que se instaló hace unos meses de la creación de un líder transversal y con una proyección para aguantar varias legislaturas en el Palacio de Cibeles.
“¿Para quemarlo?”, se ríen en Génova sobre lo que dice la oposición respecto al nombramiento de Almeida. Y dicen tajantes fuentes de la dirección nacional del Partido Popular: “En absoluto. Si algo está demostrando, es que está haciendo ambos papeles perfectamente”.
Fuentes del entorno de Almeida rebaten los argumentos de la izquierda sobre este giro: “Es un mantra, intentan recuperar la iniciativa después de la gestión de la pandemia. ¿Otros Acuerdos de la Villa? Ya están, ya no se pueden hacer más, lo que se puede hacer es aplicarlos”. Y recuerdan fuentes municipales que la semana pasada el alcalde se reunió con representantes de todos los grupos para hablar de su ejecución y para convocar reuniones periódicas.
Desde el círculo del alcalde rechazan que esté dejando al lado su papel como principal regidor: “Desde que acabó el estado de alarma ha hecho cuarenta visitas a distritos, las hacemos sin prensa. Recorre los barrios, apenas se hace eco, son visitas de trabajo”. Lo que pasa, señalan, es que los medios preguntan por temas nacionales por su condición de portavoz del PP a nivel nacional en cada acto. Pero, aseguran las fuentes, está en Cibeles desde antes de las nueve de la mañana hasta después de las diez de la noche.
Lo que está claro es que Almeida si quiere sacar los presupuestos tendrá que volver a confiar en Vox, su socio de investidura. PSOE y Más País no están por la labor. Todo ello en un clima de desconfianza tras el hachazo de Pablo Casado a Santiago Abascal durante la moción de censura, aunque por ahora no ha habido grandes consecuencias.
Uno de los ediles de Vox en Madrid indica esto sobre la situación y el viraje de Almeida: “A mí es que siempre me ha parecido igual, porque le conozco de antes, ni me explico esa imagen de eficacia durante el confinamiento, ni me explico ahora que a alguien le extrañe ese cambio de imagen”. “Antes podía parecer “Alcalde de todos”, por encima casi de los partidos, y ahora se le identifica como parte. Creo que su nombramiento como portavoz nacional del PP ha sido un error”, añade.
Para luego decir al hilo: “En el último pleno se escenificó un distanciamiento, porque apoyamos varias iniciativas de la izquierda, simplemente porque eran buenas para la ciudad y nuestro lema es “apoyar todo aquello que creamos es bueno para los madrileños, lo presente quien lo presente”. No estaba preparado, aunque el alcalde y el equipo de gobierno sí pensaron que lo hacíamos como venganza por la actitud de Casado con Abascal en la moción de censura. Pronto lo veremos en la negociación de los Presupuestos”.