Qué es la alcohorexia y cómo detectarla
Afecta especialmente a mujeres universitarias de entre 18 y 24 años, según la experta Fátima Servián.
Alcohorexia, ebriorexia o drunkorexia. Tres términos que se refieren a lo mismo: “La combinación de los síntomas de la anorexia con los de la compulsión por ingerir alcohol, que se convierte en el ‘alimento’ principal”, explica la psicóloga Fátima Servián Franco, profesora de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), a El HuffPost. Se trata de un nuevo trastorno de la conducta alimentaria, conocidos como TCA, que se ha detectado en los últimos años.
Según un estudio reciente de la European Health Interview Survey (EHIS), España es el segundo país de la Unión Europea en el que se bebe con más frecuencia. Para ser exactos, un 13% de la población consume alcohol a diario.
Mujeres jóvenes, las más afectadas
La alcohorexia afecta principalmente a mujeres universitarias de entre 18 y 24 años, especialmente si viven en un colegio mayor, residencia universitaria o piso de alquiler y tienen riesgo de trastorno psiquiátrico.
“El confinamiento alteró nuestra rutina diaria, fue algo novedoso y, como tal, conllevó un grado de estrés alto. Las personas con un trastorno de conducta alimentaria reforzaron sus síntomas psicosociales, como el aislamiento y el distanciamiento”, añade la experta en psicología, nutrición y salud.
Por ello, revela, “la pandemia ha tenido un aumento de casos de anorexia, pero no tenemos datos de la incidencia de la alcohorexia. Lo que sí sabemos, y es preocupante, es el modo en el que los jóvenes están consumiendo alcohol en este periodo y, sobre todo, en el último año”.
Un TCA ‘no especificado’
El diccionario de la Real Academia Española no recoge este término reciente pero, ¿los médicos lo admiten como un TCA? Según Fátima Servián, “lo encuadran dentro del trastorno de conducta alimentaria no especificado” porque “no cumplen los criterios diagnósticos de anorexia nerviosa o bulimia, por ejemplo”. Sin embargo, si lo encuadran en los ‘no especificados’ es precisamente porque “influyen en el disfuncionamiento de la persona que sí padece esas enfermedades”.
Al final, para “los psicólogos más puristas no deja de ser una anorexia, pero en la que se consumen calorías por medio del alcohol”, añade. Aunque, si la anorexia se caracteriza principalmente por no ingerir calorías, ¿no es esto una contradicción? Según la profesional de la VIU, no, aunque pueda parecerlo.
“La bulimia es todo lo contrario, rutinas llenas de restricciones y atracones tremendos en los que se toman muchas calorías. Los puristas de los TCA siguen diciendo que es una anorexia con otros síntomas, porque siguen los mismo patrones, pero quienes la padecen no se alimentan para poder tomar ese alcohol”, declara.
Las secuelas
Las consecuencias también son similares a los de la anorexia nerviosa, pero con añadidos evidentes: vello facial, la retirada precoz de la regla, la malnutrición... Y a ello se suman esas calorías vacías, el efecto de la intoxicación aumentada, el temor irracional sobre la excesiva ingesta de calorías y el aumento de peso, así como la problemática del consumo excesivo de alcohol para el estómago, el esófago o los vómitos. Sin olvidar “todo lo que estas prácticas conllevan a nivel emocional y conductual”, aclara.
Eso sí, no hay que confundir alcohorexia con un trastorno que incluya “el alcoholismo como tal”. Como detalla la psicóloga, “son consumos de alcohol muy altos, pero puntuales. Se puede decir que es otro tipo de alcoholismo, el que se ha denominado ‘de fin de semana’. No llegan a desarrollar por la alcohorexia el alcoholismo, son como los primeros estadios, por así decirlo”.
En relación a cualquier TCA, “cuanto antes se diagnostique, mejor será el curso de la evolución. La problemática de estos trastornos, sobre todo en en el caso de la anorexia, es que es una enfermedad mental con una alta mortalidad por inanición, problemas de bradicardia, incluso suicidio”, manifiesta Fátima Servián.