Alberto Caballero, el director de La que se avecina, la popular serie de Telecinco, ha mostrado en su cuenta de Instagram la curiosa situación que está viviendo la ficción a la hora de grabar el final de la segunda parte de la temporada 12.
Tras las emocionantes despedidas de los actores al plató en el que han trabajado durante 13 años, la serie ha cambiado a de decorado. La ficción se ha traslado al búnker que compró Antonio Recio para rodar las últimas escenas.
Curiosamente, está situado en el plató número 2, que es donde se ubicó el portal de Aquí no hay quien viva, tal y como ha descrito el propio Caballero.
“Estos días vamos a terminar de grabar la temporada en este decorado, en el plató 2. Está colocado exactamente en el mismo lugar en que en su momento estuvo el portal de Aquí no hay quien viva. Ironías místicas de la vida”, ha escrito.
No está hecha para estar encerrada. De hecho, se pasó toda la serie huyendo, al estilo de Cadena Perpetua. Eso sí, si compartir celda con ella era sinónimo de acabar en la enfermería o algo peor... en casa, sin...
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Desestabilizaría al resto. Aunque fuera solo por divertirse, provocaría el caos. Berlín aburrido es peligroso.
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El que mejor lo llevaría. Es el que menos necesidades sociales tiene, con leer un libro o planear un atraco, algo muy normal, sería suficiente para él. Como el que se monta un lego en casa.
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La irresponsable que no sigue las normas. Se montaría la fiesta por su cuenta. O descubriría "esto que estamos empezando a hacer todos, lo de tomarse unas copas por videollamada".
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El que lo llevaría peor de la familia Alcántara, porque es un hombre que cree ser un tío de acción. Estaría como un tigre (o como un Milano) en una jaula.
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En el terreno más dramático, obviamente Herminia lo estaría pasando peor por la edad. "¡Ay, señor!".
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No está hecha para estar encerrada. De hecho, se pasó toda la serie huyendo, al estilo de Cadena Perpetua. Eso sí, si compartir celda con ella era sinónimo de acabar en la enfermería o algo peor... en casa, sin...