Al límite de unas nuevas elecciones: las claves del bloqueo político en Cataluña
Los ‘comunes’ presionan a ERC, que se ha olvidado de Junts, para formar un Gobierno de izquierdas que aleje la independencia.
Cataluña se asoma cada día más al precipicio de una repetición electoral por la falta de acuerdo entre las fuerzas independentistas. Mientras, los ‘comunes’ presionan a ERC para formar un Gobierno de izquierdas. El plazo para que los partidos con representación en el Parlament que surgió el 14 de febrero invistan a un presidente termina el 26 de mayo, fecha marcada en rojo en el calendario de los republicanos.
ERC, que vio cómo fracasó hace casi dos meses el intento de investidura de su candidato, Pere Aragonès, es el partido clave para deshacer el nudo que bloquea la Generalitat. Los de Oriol Junqueras no tienen muy claro qué pasos dar. De momento han cortado con Junts porque se sienten “estafados” por cómo han ido las negociaciones con los posconvergentes para armar una nueva coalición independentista y quieren gobernar en solitario. Pero este martes se están sucediendo los reproches y las presiones. El tiempo apremia.
La raíz del problema para ERC está en cómo articular el proyecto independentista. Los republicanos dicen que Junts quiere imponerles “tutelas” a través del Consejo por la República, el órgano que se encargaría de coordinar la acción del secesionismo. Pero no están por la labor: “ERC no es criada de nadie, ni se le tutela”, ha dicho este martes el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián.
Por su parte, Junts ha trasladado este martes por la tarde a ERC que no cederán sus votos para investir a Pere Aragonès si pretende liderar un Govern en solitario.
¿Cuál es el problema?
La realidad es que ERC y Junts siguen peleándose por el poder pese a que los primeros superaron en votos y escaños a los segundos: “Cuando se gana a gente que ha ganado tanto y que se cree que el país es suyo es cuando empiezan los problemas”, ha remachado este martes el propio Gabriel Rufián (ERC) en la Cámara Baja.
Los posconvergentes, sin embargo, niegan querer implantar su vía hacia la república como único camino, pero advierten de que todas las voces independentistas tendrán que decidir por consenso en el Consejo por la República, el auténtico frente de división entre exsocios. Además, los de Carles Puigdemont han reavivado la campaña de acoso contra ERC, a la que piden que no negocie “migajas” con Moncloa y que explique los verdaderos motivos por los que se han levantado de la mesa de negociación para cerrar un nuevo bipartito en la Generalitat.
Lo cierto es que Junts teme una maniobra de Moncloa y ERC para que el Gobierno de Pedro Sánchez pueda seguir apoyándose en los republicanos en el Congreso a cambio de ciertas contrapartidas. Los posconvergentes ya han apremiado a ERC a elegir: o un Gobierno independentista con ellos y la CUP o uno con los ‘comunes’ y el PSC, una opción que Junts vería como una “estafa” a los catalanes y al mandato del 1 de octubre.
¿Qué pasa en la izquierda catalana?
Los ‘comunes’ presionan para entrar en un hipotético Govern de ERC. Quieren ser la garantía de que las políticas de Junts no entran en el Diario Oficial de la Generalitat porque consideran que el modelo económico de Junts es más parecido al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid que a las salidas progresistas que defienden.
Por eso, En Comú Podem ha pedido ya al PSC de Salvador Illa —ganador de las elecciones— que facilite la conformación de un gobierno de izquierdas en Cataluña. Además, los de Albiach achacan “voluntad de entendimiento” a ERC.
El problema es que Illa no está dispuesto a relegar el protagonismo de los esfuerzos de la izquierda para apartar a la coalición independentista del poder. El exministro socialista de Sanidad ha replicado a los ‘comunes’ que le toca a él, por peso en el Parlament, articular esa mayoría de izquierdas: “Un Govern de izquierdas solo se puede articular reconociendo que el PSC es el que lidera”. Illa defiende su candidatura y espera a que la presidenta de la Cámara autonómica, Laura Borràs (Junts), convoque una nueva ronda de consultas para postularse.
La CUP sigue apoyando a Aragonès, pero solo si está dispuesto a embestir al Estado
El rompecabezas catalán también está supeditado a la CUP. La formación independentista de izquierda radical, la única que apoyó a Aragonès en marzo, mantiene su respaldo al vicepresidente y candidato republicano, pero solo si éste respeta el acuerdo que ambas formaciones cerraron tras el 14F y que, según la CUP, supone que esta legislatura sea la de “un nuevo embate con el Estado” para lograr la independencia por la vía unilateral, algo que ERC descarta tras una década de pulsión soberanista y confrontación.
Para echar más leña al fuego, la CUP también sospecha que ERC está negociando con Moncloa un Govern alternativo a la coalición independentista. Ese es el motivo por el que ha considerado “enormemente preocupante” que Gabriel Rufián dijera tras su encuentro este lunes con la ministra de Trabajo y líder in pectore de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, que era el momento de “normalizar” las relaciones con el Estado.
ERC insiste en que su objetivo sigue siendo la independencia
Los republicanos siguen siendo sensibles cuando ponen en duda su compromiso independentista. Este mismo martes, el portavoz de los ‘comunes’ en el Congreso, Jaume Asens, ha dicho que espera cerrar un acuerdo de Gobierno con ERC en el que Aragonès deje la independencia en un segundo plano para ponerse a gestionar el fin de la pandemia y la recuperación en clave de izquierdas. Poco después, Rufián ha acusado a los ‘comunes’ de mentir si cuestionan su compromiso por hacer de Cataluña una república.