Al cine con Alice Guy-Blaché
Me gusta el cine, es una obviedad. A él dedico mi profesión, mi tiempo de ocio y todo mi entusiasmo. Dado que, de una manera intelectual, el cine nutre y jamás devora, es de lo más enriquecedor. Hace años establecí mi límite diario de películas en una cifra escandalosa y, más allá del agotamiento ocular o la saturación mental, podría disfrutar de más cintas sin freno ni terminación. "El cine es mejor que la vida", decía Truffaut, y quién soy yo para contradecirle.
"Las películas tocan nuestro corazón, despiertan nuestra visión y cambian el modo en que vemos las cosas", señaló en cierta ocasión Martin Scorsese, otro ardoroso entusiasta del cine cuya obra es de por sí elocuente acerca de su pasión. Pero la suya es una efusión bien vehiculada, canalizada del modo en que todos cuantos amamos el cine deberíamos hacerlo. Entusiasta del séptimo arte desde niño, cuando consolidó su carrera cinematográfica puso en marcha The Film Foundation, una institución que vela por la búsqueda, conservación y restauración del mejor cine. Ímproba tarea.
Gracias a Scorsese y The Film Foundation, durante los Premios Princesa de Asturias pudimos visionar en pantalla grande tres piezas mudas de valor incalculable: Les Fromages Automobiles (1907) de George Méliès; Charlot en el balneario (1917) de Charles Chaplin y Tramp Strategy (1911) de Alice Guy Blaché. Los cortometrajes, acompañados por interpretación musical en directo, alcanzaban cotas de genialidad, máxime teniendo en cuenta que se trata de producciones inéditas, que solo han podido ser recuperadas del olvido gracias al tesón restaurador de decenas de amantes del cine.
Especial relevancia tiene Tramp Strategy*, de la francesa Alice Guy-Blaché (1873-1968), directora, productora y guionista de más de seiscientas películas mudas y ciento cincuenta sonoras. En total, se sabe que la directora participó en más de mil películas, una cifra récord para una cineasta de la que nadie, o casi nadie, había oído hablar hasta hace unos años. La propia cinta que nos ocupa estuvo registrada, durante décadas, como obra de otra persona, y su nombre no figura en ningún volumen o estudio historiográfico del séptimo arte. Salvo alguna monografía reciente, siempre al margen de la historia universal, Alice Guy-Blaché no encontró cabida en una industria de la que fue pionera.
Hace una semana, la BBC publicó un revelador artículo titulado Why are Women directors excluded from Cinema History? en el que su autora, Ana María Bahiana, aseveraba una verdad manifiesta: "La escasez conduce a la invisibilidad y la invisibilidad conduce a una mayor escasez". Imposible no estar de acuerdo. Dificultar el acceso a las mujeres ha llevado a una menor presencia en el mundo del cine, lo que a la postre se traduce en una "menor huella" de la mujer en su historia, tal como afirma una portavoz del Geena Davis Institute.
Por ello no puedo sino conmoverme ante la actitud de grandes autores como Martin Scorsese, quien sin necesidad de publicidad ni panegíricos, ataja el conflicto desde la raíz, haciendo justicia donde raramente la ha habido. Rescatar la obra de los pioneros y reinvindicar la figura de Alice Guy-Blaché se presenta, en este punto, fundamental. Lógico que instituciones como el UCLA Film & Television Archive, el EYE Filmmuseum de los Países Bajos, The Women's Film Preservation Fund (WFPF) y The Film Foundation hayan colaborado para sacar adelante la recuperación de este título. Incluso el Dutch Film Museum de Amsterdam conserva dos películas de Alice Guy-Blaché todavía sin restaurar, lo cual abre camino a que nuevos títulos de la directora puedan ser recuperados para los espectadores contemporáneos.
Para quien quiera profundizar en la vida y obra de Alice Guy-Blaché, el pasado mes de mayo se estrenó fuera de concurso en Cannes el documental Be Natural: The Untold Story of Alice Guy-Blaché, dirigido por Pamela B. Green, un repaso en el que acompañamos a la narradora, Jodie Foster, y a más de noventa participantes (entre ellos Agnès Varda, Michel Hazanavicius, Diablo Cody, Ben Kingsley o Julie Delpy) en un viaje hacia la figura de una directora ineludible.
No lo duden, si tienen oportunidad de adéntrense en el universo de los pioneros del cine y ampliar su conocimiento respecto las figuras más relevantes, aprovechen la ocasión. Visualizar los títulos de Méliès, Chaplin, los Lumière, Porter, Guy-Blanché o nuestros Gelabert, Florián Rey y Segundo de Chomón será una experiencia que jamás podrán olvidar.
* Es debido a los esfuerzos del equipo de Be Natural que se restauró la película de Alice Guy-Blaché Tramp Strategy; que se pueso en contacto con NYWIFT y la Fundación de Scorsese para pedirles que pagaran la restauración.