La negociadora
Para leer este texto... ¡ponte muy alto temazos de AC/DC! Adriana Lastra es devota de este grupo, sus canciones le han acompañado durante toda su vida. Y ahora tiene el encargo más heavy de su carrera: lograr los votos para que España tenga su primer Gobierno de coalición en esta etapa democrática. It’s a long way to the top if you wanna rock ‘n’ roll!
La noche del pasado domingo lo tuvieron claro en Ferraz. Los números eran los que eran, ahora sí tocaba intentar ese Ejecutivo de coalición progresista con Unidas Podemos. Y en menos de 48 horas se cerraba el acuerdo. Primero en La Moncloa, con un café de cerca de una hora entre Sánchez y Pablo Iglesias el lunes, y al día siguiente finiquitaron el documento Irene Montero y Adriana Lastra -en coordinación con Iván Redondo-.
Una firma histórica en el comedor de gala del Congreso el martes a mediodía. Y muy emocionada en primera fila, la asturiana Lastra. La dirigente del PSOE que más había apostado por esa coalición en el mes de julio. Pero esta historia no acaba aquí, el presidente del Gobierno le ha encomendado en exclusiva conseguir los apoyos parlamentarios. Sólo reporta directamente al líder socialista.
“Hace encaje de bolillos, saca adelante todo”
Manos a la obra con la intención de que antes de Navidad ya esté funcionando ese Ejecutivo. Lastra descolgaba el teléfono y empezaban las reuniones esta semana. Frente a frente ya ha estado con Aitor Esteban (PNV), Íñigo Errejón (Más País), Gabriel Rufián (ERC), Tomás Guitarte (Teruel Existe) y Joan Baldoví (Compromís).
El modelo de negociación es totalmente distinto al de hace unos meses. Entonces, el equipo negociador del PSOE estaba liderado por la vicepresidenta. Carmen Calvo, junto a Lastra y la titular de Hacienda, María Jesús Montero, mientras que, por parte de UP, la cabeza visible era Pablo Echenique.
¿Y por qué ahora solo Lastra? “Es de la máxima confianza de Sánchez y ha demostrado que ha sabido negociar teniendo 84 diputados con todos los grupos. Hizo encaje de bolillos, sacó adelante todo”, aprecian fuentes de Ferraz. Y, a diferencia de lo que pasó en julio, la máxima que se sigue ahora es la de “máxima discreción”.
El PSOE guarda absoluto silencio sobre lo que pasa dentro de esas reuniones. Pero uno de los interlocutores que ha estado con Lastra da su opinión a El HuffPost tras verse con ella: “Es una buena negociadora. A mí me gusta especialmente. Habla claro e intenta ponerse en el lugar del otro. Siempre que hablo con ella hay buen ambiente, y eso es importante, aunque no salga satisfecho”.
“Muy de izquierdas, muy de partido”
Sin Lastra no se entendería el ‘sanchismo’. Es la número dos del partido desde que ganaron aquellas tortuosas primarias frente a Susana Díaz. Un proceso muy doloroso, con el momento cumbre de aquel cainita Comité Federal del 1 de octubre de 2017.
Aquello le supuso la ruptura total con su ‘padre político’, el expresidente asturiano Javier Fernández (que se hizo cargo de la gestora). La vida da muchas vueltas… y más en política… y más en el PSOE. Lastra desembarcó en Ferraz en la dirección de Sánchez en 2014, cuando ganó el madrileño las primarias a Eduardo Madina. La ‘niña de Javier’, como la llamaban muchos aquellos días, se convirtió en la responsable de Política Municipal y fue labrándose una amistad y una relación de confianza con Sánchez.
Pero los barones tenían preparados los cuchillos y guardaban en el cajón un plan para entronizar a Susana Díaz. Con todo el dolor, Lastra rompió con Fernández y se decantó por Sánchez. Era el modelo de partido que quería. “Es una mujer muy de izquierdas”, dice una persona que trabaja codo con codo con ella. “Quiere un partido participativo, feminista”, agrega, antes de señalar: “Es muy de partido, la quieren mucho en los territorios”.
Entonces se embarcó en aquellas primarias y logró que la federación asturiana, una de las de más peso y con una carga simbólica sobre el resto, se decantara por Sánchez. Ella organizó uno de los actos más emocionantes y que crearon la leyenda de ave Fénix del hoy presidente: su reaparición en El Entrego. “Lo flipamos”, dicen en el equipo del socialista recordando ahora ese día. “Ella rompió con todo, con el entonces presidente Fernández”, agregan. Y se apoyó mucho durante esos días en María Luisa Carcedo, su ‘madre’ política y hoy ministra de Sanidad en funciones.
“Con carácter, muy recia, del norte”
Era un reto casi imposible, pero no se amilanó. Highway to Hell! “Es una mujer de carácter, muy recia, del norte. Una tía muy clara”, la describe una persona que trata con ella a diario. Y hoy dirige la vida del partido y del grupo parlamentario con ese estilo, nunca lo hubiera imaginado aquella adolescente que se afilió a Juventudes Socialistas después de la victoria de José María Aznar en 1996.
Una mujer de partido, algo que ensalzan sus partidarios y que le critican sus detractores. También tiene enemigos internos, especialmente aquellos que pivotaron en torno al ‘susanismo’. Uno de ellos, que prefiere que no se dé su nombre y que la conoce desde hace muchos años, hace esta radiografía: “Una mujer de extremos, no tiene término medio. Si eres de los suyos y te aprecia, te va a defender y apoyar siempre. En el caso contrario, pues prepárate. Muy amiga de sus amigos y demasiado sectaria con todo aquel que no opina como ella”.
Y añade: “En lo político, es el típico perfil que siempre ha estado en la fontanería del partido y no ha hecho otra cosa ni trabajó de nada más en su vida. En ganar congresos no es que tenga un máster, tiene un doctorado. Pero de ahí a ser la ‘número dos’ y portavoz es cuanto menos sorprendente”.
Sobre esto, comenta un parlamentario que remó mucho a favor de la causa del sanchismo: “Es una persona muy rápida, inteligente y lista. Es curioso que la ataquen por ahí, como si tener carrera o no significara algo para medir eso”. Y hace esta reflexión: “Es la clase de gente con la que agradeces estar cuando la carretera se empina. Era el hombro para desahogarse para mucha gente porque siempre está al otro lado del teléfono. A veces creo que tiene un papel ingrato. Ella nunca se pone de perfil”.
Un carácter que se veía desde pequeña, tercera de cinco hermanas e hija de un taxista y una peluquera. Esa Asturias que lleva siempre, y donde intenta también desconectar cuando no está haciendo política. Allí también está uno de sus mejores amigos, el actual presidente del Principado, Adrián Barbón.
La ‘pandilla’ de Lastra
En la ‘pandilla’ de amigos socialistas de Lastra también están los otros portavoces: Ander Gil (Senado) e Iratxe García (Parlamento Europeo). En Ferraz se valora mucho esa sintonía precisamente entre los ‘número uno’ en las Cámaras. Y es muy amiga de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, con quien comparte muchas conversaciones y desayunos. Las dos conectaron durante las primarias del PSOE: “se apoyan mucho la una en la otra”, dicen en su entorno. Buen feeling asimismo hay con las otras dos personas que mandan más en Ferraz: José Luis Ábalos y Santos Cerdán. También con el eurodiputado Iban García del Blanco.
Y Lastra, valoran los suyos, también ha sabido precisamente hacer un ejercicio en el grupo parlamentario de integración: sus personas de confianza en la bancada son Rafael Simancas (que apoyó a Patxi López) y el jienense Felipe Sicilia (que estuvo en el bando de Díaz). Además, mantiene buena sintonía con sus futuros socios de UP. La relación con Irene Montero es muy buena, según revelan tanto fuentes socialistas como ‘moradas’.
¿La veremos en el Gobierno? Fuentes socialistas dicen que ella está muy cómoda en el Congreso, que le gusta. “Ella podría ser lo que quisiera dentro del partido”, comentan, “pero ella no quiere ser ministra, se ve una persona joven”. Ha ejercido de portavoz desde la moción de censura -Margarita Robles dio el salto al Ministerio de Defensa-. “Se merece cuatro años de protagonismo, brillar con luz propia, no se ha podido ver a Lastra en plenitud, tiene mucho que dar”, añaden las fuentes.
Por el momento tiene la misión más importante: conseguir los votos para que España tenga en diciembre su primer Gobierno de coalición. Let there be rock!