Cómo se adiestra a perros para que puedan oler el coronavirus
“Analizar rápidamente a muchas personas, incluso sin síntomas, nos ayudaría a recuperar cierta normalidad”.
Storm, Star, Jasper, Digby, Norman, Asher, Kyp y Bramble.
Lo más seguro es que estos nombres no te suenen de nada, pero son más importantes de lo que parecen, ya que pertenecen a ocho perros adiestrados para detectar el coronavirus a través del olfato.
La idea es que en el futuro estos perros (y más compañeros perrunos) trabajen en lugares públicos, como aeropuertos y estadios de fútbol, para identificar a personas infectadas de covid-19, incluidos los asintomáticos.
Históricamente, los perros han sido adiestrados para detectar diversas enfermedades a través del olfato: cáncer, párkinson, infecciones de orina, malaria, etc. En la actualidad, se sabe que también son capaces de detectar el coronavirus. Esa es la premisa en la que se basan en el centro de adiestramiento británico Medical Detection Dogs HQ. Esta asombrosa capacidad de los perros se debe a la gran cantidad de receptores olfativos que poseen y al porcentaje de su cerebro dedicado a analizar olores, 40 veces mayor que en el cerebro de los humanos.
Estos perros iniciaron su adiestramiento acostumbrándose a sus entrenadores, a la sala de entrenamiento y al sistema de palas empleado. Entretanto, los investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres siguen recogiendo muestras de hospitales británicos para distribuirlas a este centro de adiestramiento.
Cuando estas muestras lleguen al centro, los perros deberían estar preparados para detectar el olor específico del virus. En la sala de entrenamiento, han aprendido a oler distintas palas e indicar en cuáles hay coronavirus sentándose frente a ellas o meneando el rabo.
El adiestramiento se basa en un sistema de recompensas: cada vez que aciertan, reciben una chuche o juegan con sus entrenadores para que no se cansen de seguir oliendo muestras.
Los perros reclutados hasta el momento para esta iniciativa son spaniels y labradores y hay un motivo muy concreto para su elección. “Todas las razas de perros pueden detectar el cáncer, otras enfermedades y problemas mentales en los humanos”, comenta Claire West, cofundadora de esta organización benéfica, “pero como nuestros perros tienen que aprender a oler muestras en una especie de carrusel, seleccionamos razas con un gran instinto de caza, la clase de perros a los que les lanzas la pelota 100 veces y no se aburren ni se cansan. Los elegimos según sus capacidades. Es importante que tengan buen olfato y que les encante seguir rastros y cazar juguetes”.
Una vez que los perros hayan aprendido a identificar las muestras de coronavirus, el siguiente paso será asegurarse de que también lo saben detectar en el olor corporal de voluntarios.
Cuesta entre seis y ocho meses que un perro alcance un “buen” nivel como biodetector, explica Guest. Estos ocho perros ya han superado esa fase.
“El tiempo que se tarda en adiestrar a un perro para que trabaje de biodetector depende de diversos factores, como la clase de olor que debe identificar, la clase de muestras empleadas en el adiestramiento y el propio perro. Al igual que las personas, cada perro aprende a un ritmo diferente”, añade.
Una vez que lleguen las muestras, tardarán entre seis y ocho semanas en familiarizarse con el olor del coronavirus. Para entonces, el centro ya conocerá el grado de precisión con la que los perros son capaces de detectarlo.
El objetivo final es que estos perros sean capaces de identificar, sin contacto, a cualquier persona que tenga el coronavirus, incluidos los asintomáticos. Llegado el caso, las personas que sean identificadas tendrán que someterse a un test para confirmar las sospechas del perro. Según se cree, cada perro será capaz de analizar hasta a 250 personas por hora.
De funcionar esta iniciativa, las autoridades contarían con un nuevo método de control efectivo y nada invasivo para destinar los test de laboratorio donde son más necesarios.
Estos perros también podrían ayudar a evaluar la prevalencia de la enfermedad entre los viajeros de determinados lugares clasificados como zonas de alto riesgo, según el profesor James Logan, director del departamento de control de enfermedades de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
“Por ejemplo, utilizar a estos perros detectores en un aeropuerto podría ayudar a detectar que el 50% de los pasajeros del destino A tienen el coronavirus frente a solo el 5% de los pasajeros del destino B. Sería una fuente de información rápida para saber de dónde viene el peligro y la probabilidad de una propagación rápida”, explica.
Hay muchas esperanzas puestas en estos perros para que dentro de seis meses comience su servicio público, de un modo similar al de los perros detectores de drogas. De hecho, ya han surgido réplicas de esta iniciativa más allá del Reino Unido: Francia, Alemania, Finlandia, Bélgica, Brasil, Chile, Estados Unidos y Emiratos Árabes son solo algunos de los países de una creciente lista que tratan de replicar el proyecto. En España también surgió hace poco el proyecto K-nary, impulsado por el exjefe de los Mossos d’Esquadra Josep Peris, que pretende adiestrar a 400 perros rescatados para detectar el coronavirus.
Si el olfato de estos perros funciona como se espera, supondrá una gran revolución en el diagnóstico precoz de la enfermedad. “Analizar rápidamente a muchas personas, incluso sin síntomas, nos ayudaría a recuperar cierta normalidad”, asegura Logan.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.