A la espera del próximo “susto” que nos dé la pandemia
Mientras Europa es la única región del mundo que registra un aumento de casos, España se mantiene en una especie de isla epidemiológica. ¿Es sostenible?
España se encuentra en una situación epidemiológica envidiable: con un 90% de su población diana vacunada, las comunidades han ido relajando restricciones y, aun así, la incidencia acumulada de covid sigue por debajo de 50 casos por 100.000 habitantes en 14 días. La cifra contrasta fuertemente con los más de 900 positivos por 100.000 de Reino Unido y Rumanía, los 500 de Bélgica y Austria, los 300 de República Checa y Países Bajos, o los 200 de Alemania.
Dice el refrán que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. ¿Es esto lo que debería hacer ahora España, pese a su buena situación? “Siempre hay que estar vigilando”, concede el epidemiólogo Pedro Gullón.
El debate epidemiológico en España tiende a ser catastrofista, más cuando se empiezan a descubrir los primeros casos de la variante Delta Plus, y cuando parece que el descenso de la incidencia se ha estancado y se observa algún repunte. Los epidemiólogos consultados por El HuffPost no compran teorías apocalípticas, pero sí llaman a la cautela e instan a los gobiernos a no desmantelar los refuerzos en sanidad y salud pública que se hicieron por el covid, pues la pandemia no ha terminado.
Los escenarios hacia los que “no queremos ir”
“Debemos ser muy cautelosos”, “el riesgo no ha desaparecido”, afirma contundente Daniel López Acuña, especialista en Salud Pública y exdirectivo de la OMS. Al epidemiólogo le “preocupa mucho” observar, sobre todo, la tendencia de la curva de contagios en los países de Europa del Este, donde la vacunación a veces no llega al 30% de la población. La Organización Mundial de la Salud alertó la semana pasada de que Europa era la única región del mundo donde crecían los casos, con un incremento del 7% en todo el continente, porcentaje que alcanzaba el 15% en Reino Unido y Rusia.
“Tenemos el caso de algunos países bálticos, como Letonia, con la incidencia más alta de Europa [1.200 por 100.000], que han tenido que recurrir al confinamiento para reducir los contagios; tenemos países con tasas de vacunación muy bajas, como Rumanía y Bulgaria, que ya están teniendo altas incidencias; o el caso de Rusia, que ha tenido que decretar una semana de vacaciones forzosas por los contagios”, enumera López Acuña.
Porcentaje de población vacunada frente al covid en los distintos países:
Dejemos de “mirarnos todo el rato el ombligo”
Conviene recordar que la pandemia es global y que a veces hay que “dejar de mirarse el ombligo todo el rato”, propone Pedro Gullón, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva. “Toca entender que en otros países lo están pasando muy mal, y que esto [la pandemia] no acabará realmente hasta que no termine en todo el mundo”, explica el epidemiólogo, que admite que “tenemos un problema con el crecimiento que está habiendo en Europa”.
Gullón explica que “casi todos los países tienen políticas mucho más aperturistas que hace unos meses”, y que “ahora se hace mucho más difícil implementar medidas no farmacológicas”, como cierres y confinamientos. “Si la campaña de vacunación de un país no es especialmente fuerte y, a la vez, no se está complementando con nada, se producen incrementos altos”, resume.
El caso más dramático es quizás el de Rusia, que esta semana bate récords de hospitalizaciones y muertes por covid, con más de 1.100 fallecimientos registrados en sólo 24 horas. Apenas un tercio de su población está completamente vacunada, con lo cual hay muchas más personas “susceptibles de sufrir enfermedad severa”, recuerda López Acuña.
Pero también está el caso “paradigmático” de Reino Unido, cuya política de cero restricciones implantada en julio ha propiciado que el país supere los 900 casos por 100.000 habitantes, pese a tener dos tercios de su población vacunada. He ahí “un escenario hacia el cual no debemos ir”, advierte el exdirectivo de la OMS.
¿En España también se pueden descontrolar las cosas?
La pregunta ahora es: ¿es que acaso podría España llegar a ese punto, con el 90% de su población diana inmunizada y, actualmente, en riesgo bajo? “Sería difícil que pasase, pero nunca es descartable”, responde Gullón. “Aunque en España la situación sigue siendo buena, se empieza a ver un estancamiento de la incidencia, e incluso un pequeñísimo repunte, y no sabemos a dónde llegará. Siempre hay que estar vigilando”, sostiene.
López Acuña coincide: “Quizás no con la misma magnitud, pero esto también puede producirse en España”. “Recordemos que la vacuna no es esterilizante, no impide el contagio ni la infección; así que por más que tengamos al 100% de la población vacunada, podremos seguir teniendo contagios”, apunta el epidemiólogo. “Riesgo bajo no es riesgo nulo”, dice.
Ojo con el desmantelamiento del sistema sanitario
El “desafío”, sostiene Acuña, está en hacer lo posible para “no entrar en esa espiral de repunte de casos” que se observa en otros países de Europa, y así garantizar que la temporada invernal —con otros virus respiratorios pululando, especialmente el de la gripe— sea “un poco más manejable”. Para el epidemiólogo, es fundamental blindar el sistema sanitario y de salud pública ahora que la situación es favorable, y no esperar a que se descontrole o a que sus profesionales no den abasto para pensar en reforzarlo.
“Lo que ahora se producen son brotes, y tenemos que tener la capacidad de diagnosticarlos y de aislarlos”, recuerda López Acuña. “Y eso implica no hacer lo que se está empezando a hacer, que es desmantelar los aparatos de rastreadores, de salud pública, los refuerzos de la Atención Primaria”, cita. Según los cálculos realizados por El País con información de las comunidades, al menos 21.000 sanitarios que fueron contratados en España por la pandemia van a ser despedidos. Para López Acuña, esto es un error. “Tenemos que dar la lucha intensamente; no sólo cuando están saturadas las UCI y los hospitales, sino cuando hay que controlar los brotes”, señala.
La pandemia “no es estática”
Pedro Gullón insiste en recordar que la situación de la pandemia “no es estática”, y que “el virus tiene sus ciclos”, que se repiten “aproximadamente cada dos meses”. De este modo, es fácil que las tornas cambien, y que la curva descendente de una región vaya en sentido contrario en cuestión de semanas, y viceversa. Lógicamente, las vacunas ayudan mucho —sobre todo para evitar los casos graves—, pero no se puede descartar que volvamos a ver “picos”.
De nuevo, España está en una situación privilegiada con respecto a otros países, pero Gullón advierte de que “aquí también acabaremos teniendo un aumento de incidencia”. “Habrá una séptima ola y, seguramente, una octava, pero cómo serán y qué impacto tendrán dependerá mucho de la población, de si hay fluctuación de nuevas variantes…”, señala el salubrista. La variante Delta Plus, de la que se sospecha que podría ser más transmisible, ya ha llegado al país, y los expertos animan a vigilarla con cautela.
“Aumento habrá, y nos puede dar un pequeño susto”
Por lo pronto, la tasa de incidencia acumulada a siete días, en casi 24 casos por 100.000, es tres puntos mayor que hace diez días —lo cual no es un aumento “espectacular” pero sí considerable—, y hay cinco comunidades (Aragón, Baleares, Cantabria, Cataluña y País Vasco) por encima de los 50 casos por 100.000 en 14 días.
“Puede que el aumento de la incidencia sea pequeño y no tenga mucho impacto gracias a las vacunas, pero aumento habrá, y nos puede dar algún pequeño susto”, advierte Pedro Gullón. “El peor error sería pensar que por la excelente vacunación que tenemos, no vamos a ver un incremento de casos”, coincide López Acuña. A la espera de ese próximo “susto”, las comunidades ya han empezado a recortar. El sindicato CSIF calcula que 50.000 sanitarios perderán su ‘contrato covid’ al finalizar el año.