5 señales de que tienes una relación tóxica con tus padres aun siendo adulto
Ni las relaciones más sanas se libran de periodos de tensión, y la relación con tus padres no es una excepción, tengas la edad que tengas.
Cuando creces con unos padres tóxicos, puedes tardar años o incluso décadas en darte cuenta de lo disfuncional que es realmente vuestra relación.
Esto puede deberse a que has normalizado su mal comportamiento con el tiempo o a que tenías la esperanza de que tus padres cambiarían y la relación mejoraría, explica Peg Streep, autora de Daughter Detox.
Es importante tener en cuenta que ni las relaciones más sanas se libran de periodos de tensión, y la relación con tus padres no es una excepción, tengas la edad que tengas.
“Los hijos adultos toman decisiones diferentes a las de sus padres en todos los ámbitos de la vida, y es inevitable que surja algún conflicto”, asegura Streep. “Lo que diferencia la tensión de la toxicidad es cómo se resuelven los conflictos y los desacuerdos”.
Estas dinámicas tóxicas entre padres e hijos no surgen de la noche a la mañana. Muchas veces los comportamientos egocéntricos y controladores vienen desde la infancia.
Es cierto que puede haber problemas específicos que provoquen una ruptura en una relación razonablemente sana, pero “las relaciones tóxicas entre padres e hijos adultos no surgen de la nada”, advierte Streep.
“Los padres controladores seguirán comportándose igual que siempre aunque el niño se haga adulto”, añade.
Presta atencion a algunas de las señales que indican que puedes estar tratando con unos padres tóxicos.
Incluso de adultos, buscamos el amor y la aprobación de nuestros padres. Unos padres tóxicos se aprovecharán de ello para conseguir lo que quieren.
“Aunque tomes decisiones correctas para ti, unos padres tóxicos te harán sentir que tus decisiones les perjudican y te amenazarán con retirarte el cariño o el contacto si vas en contra de lo que ellos quieren que hagas”, explica la asesora de salud mental Justine Carino, especializada en relaciones familiares disfuncionales.
Si te niegas a ceder, las amenazas continuarán. “Como castigarte sin jugar ya no es una opción, los padres pueden recurrir a amenazas como alejarse de ti o dejarte sin herencia”, avisa Streep.
Cuando intentas expresar tu dolor o tu decepción por una situación, un padre tóxico descarta o minimiza tus sentimientos, lo que te hace cuestionarte tus propias percepciones. En otras palabras, te hacen luz de gas.
“A menudo te sientes invalidado emocionalmente y te entran dudas cuando hablas con ellos”, dice Carino.
Uno de los clientes del psicólogo clínico Craig Malkin creció con un padre que, cada vez que mostraba sus emociones, le reprendía diciéndole: “deberías tener la piel más gruesa”. Esto le llevó a sentir mucha vergüenza y confusión por sus emociones, una lucha que le acompañó hasta la edad adulta.
Este cliente, ya de adulto, “limitó el contacto con su padre, pero cualquier conversación reavivaba los malos sentimientos de que era demasiado sensible, exigente o indeciso”, explica Malkin, autor de Rethinking Narcissism. “Dudaba de sí mismo a un nivel aún más profundo que cuando era niño”.
“A mi manera o carretera”. No hay lugar para discusiones sanas. Incluso siendo adulto, tu opinión parece no tener peso.
“El padre que adopta un estilo autoritario de educación a la vieja usanza cree que solo hay una opinión correcta, y es la suya”, dice Streep. “La falta de conversación hace que solo quede una opción: la rendición. Y sí, eso es abusivo”.
Muchos padres tienen la mala costumbre de entrometerse y dar opiniones sin que se la pidas sobre cualquier cosa: tu ropa, tu trabajo, tu casa, tu pareja, tus hábitos... Esos comentarios resultan frustrantes y cansinos, pero eso no significa que sean necesariamente tóxicos.
Los padres tóxicos no solo critican lo que haces, sino también lo que eres.
“En lugar de señalar la acción o la decisión concreta que no les gusta, los padres tóxicos se centran en lo que está mal en ti: que eres demasiado sensible, demasiado ingenuo o cualquier otra cosa que se les ocurra”, explica Streep. “Su objetivo es menospreciarte, hacer que dudes de ti mismo o que te culpes”.
Una de las clientas de Malkin era una mujer de 30 años cuya madre no dudaba en enumerar todos los errores que, en su opinión, cometía su hija.
“Era demasiado exigente con los hombres, demasiado descuidada con los gastos, demasiado preocupada por su aspecto o, a veces, no lo suficiente”, resume Malkin. “El problema era siempre el mismo: la sabiduría de su madre era incuestionable y la hija, por ser hija, no tenía ni idea”.
La clienta “a menudo salía de estas conversaciones convencida de que nunca dejaría de cuestionarse a sí misma”, explica Malkin.
Los padres tóxicos te hacen sentir que, hagas lo que hagas, no eres lo suficientemente bueno o no has “cumplido con sus expectativas”, añade Carino.
En vez de asumir sus errores y disculparse por ellos, los padres tóxicos te echarán la culpa a ti. Te dirán que sus problemas, de algún modo, son culpa tuya.
Incluso sus emociones negativas se convierten en tu responsabilidad. Argumentarán que si no hubieras hecho algo, no se habrían enfadado tanto.
“Unos padres tóxicos te dicen algo hiriente, a ti te molesta y te responden: ‘Si no fueras tan sensible, no habrías montado todo este drama’”, comenta Streep. “O te gritan: ‘Si me hubieras escuchado desde el principio, no tendría que estar chillando’”.
“Date cuenta de que la única persona a la que puedes cambiar eres tú”, señala Streep. Los expertos proponen algunos consejos para aprender a lidiar con unos padres tóxicos.
Establece límites
Reflexiona sobre los límites que te gustaría establecer y luego explícaselos a tus padres. No es fácil de hacer, pero con el tiempo se vuelve más cómodo, sostiene Carino.
“Lo más recomendable es hablar de estos límites cuando el ambiente esté tranquilo”, añade. “Luego, ser firme y coherente es esencial para mantener los límites”.
Limita el contacto con tus padres si es necesario
Si no respetan tus límites, valora la posibilidad de limitar el contacto con tus padres. Eso puede implicar pasar una temporada hablando solamente por teléfono o por mensajes.
“Los padres no dejan de ser tóxicos de repente”, advierte la psicóloga Chivonna Childs. “Es posible que tengas que distanciarte de ellos para recuperarte, por duro que resulte”.
Lo que digan o hagan tus padres no es porque tú hayas hecho algo mal
“La gente a veces ataca, critica e ignora no porque estemos haciendo algo mal, sino porque les molesta que estemos haciendo algo bien”, señala Malkin.
Parte de la toxicidad de estos padres surge a partir de unos rasgos narcisistas. Las personas narcisistas tienen tanta necesidad de sentirse especiales que envidian el talento y la perspicacia de los demás.
“Por eso mismo atacarán, ignorarán o descartarán tus ideas y acciones sin importar lo buenas que sean”, afirma Malkin. “De hecho, es probable que intenten minimizar tus éxitos”.
Habla con un psicólogo
La mejor estrategia para moverse en este complicado terreno, comenta Streep, es trabajar con un buen psicólogo.
Carino subraya la importancia de recibir ayuda profesional para encontrar formas saludables de lidiar con un padre tóxico.
“No solo te puede ayudar en la relación con tus padres, sino también a la hora de entender y prevenir ciertos patrones de comportamiento que reproduces en tus relaciones de pareja y de amistad por influencia de tus padres”, asegura.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.