2018, cuando el secreto profesional se convirtió en un arma contra la prensa
"Soplan malos vientos para la libertad de prensa en el mundo, porque soplan malos vientos para la libertad", dice el presidente de RSF en España, Alfonso Armada, en la presentación de su informe anual.
2018 ha sido un año "controvertido" para la libertad de expresión en España, donde a los periodistas se les ha atribuido el deber, que no les corresponde, de custodiar casos bajo secreto sumarial y se ha usado la revelación de secretos como "arma arrojadiza" contra ellos, denuncia Reporteros sin Fronteras (RSF).
"Especialmente llamativo" ha resultado para la organización la actuación del juez del caso Cursach, que requisó los teléfonos de periodistas del Diario de Mallorca y Europa Press e investigó un año las llamadas de la delegación de la Agencia Efe en Baleares y de una redactora que cubría información de tribunales.
Esta es una de las conclusiones del Informe Anual 2018 elaborado por la sección española de RSF que se ha dado a conocer este miércoles en un acto en el que su presidente, Alfonso Armada, ha lamentado que "vuelva a ser muy poco halagüeño".
El balance que deja 2018 de la situación en el mundo de la libertad de información es de 65 periodistas asesinados y 13 internautas y 5 colaboradores muertos, mientras que 171 periodistas permanecen encarcelados y 148 internautas y 16 colaboradores están presos. Además, 60 periodistas permanecen secuestrados y 3 desaparecidos.
"Es un mapamundi de la lucha de un bien precioso: la libertad de prensa. No permitamos que llegue un día en que lo añoremos porque con él habríamos perdido la democracia. Ni el periodismo ni los periodistas somos enemigos del pueblo, lo son lo contrario del periodismo, la mentira y la manipulación, por eso también tenemos que ser impecables en nuestro trabajo", ha considerado Armada.
Y ha apostado por recuperar la confianza de la gente "tratando de hacer un periodismo mejor", aunque ha dado un tirón de orejas a los ciudadanos, "que tienen que hacérselo mirar", porque deben darse cuenta de "lo importante que es tener una prensa independiente, crítica y solvente".
Respecto al caso concreto de España, Reporteros sin Fronteras lamenta además el "exceso" de condenas que se dictaron el pasado año amparadas en delitos como enaltecimiento del terrorismo, ofensa a los sentimientos religiosos o injurias a la Corona, lo que ha generado "un clima con demasiadas rigideces" para el libre ejercicio de la expresión y la información.
No con el mismo nivel de crispación que en 2017, pero Cataluña volvió a ser testigo durante 2018 de un "clima de hostilidad" con los periodistas al trasladarse la "polarización extrema" que vive la política catalana a los medios, cuyos profesionales acaban siendo "las principales víctimas de las tensiones para informar".
Unos ataques que, según advierte RSF, "están lejos de haber terminado" por lo que hace un llamamiento a que la situación se normalice y a que los medios colaboren para ello.
El informe analiza la evolución de la libertad de información en un centenar de países. Un considerable deterioro de la libertad de prensa ha experimentado Venezuela, donde los periodistas trabajan en un clima muy tenso, sobre todo desde la crisis política y económica que comenzó en 2016, y son un "constante blanco" de la policía y de los servicios de inteligencia del país. "Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, se empeña en hacer callar a la prensa independiente y sigue controlando la información", denuncia la organización.
La semana pasada un equipo de la Agencia Efe, integrado por tres periodistas y su conductor, fue detenido en Venezuela durante 24 horas por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
RSF alerta de que en el mundo se mantienen "preocupantes" tendencias hacia la prensa heredadas de años anteriores, "mientras se acentúan otras", como la violencia de la población hacia los informadores. Países como Turquía, China o Irán son las mayores cárceles de periodistas del mundo, mientras que Siria o Yemen se han convertido en "auténticos agujeros negros" informativos.
Asia continúa siendo el continente con más asesinatos de periodistas y en India o Bangladés se ha visto "la cara más virulenta" del extremismo religioso de la población hacia los periodistas. La intimidación y acoso a los profesionales locales también ha sido una realidad creciente en Oriente Medio.
Una "ligera mejoría" se constata en América, donde el año pasado murieron 19 informadores, 9 de ellos en México, que sigue siendo el país en paz donde más periodistas son asesinados.
Armada también ha lamentado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, esté "entre los animadores de la violencia o el desprecio a los periodistas". "Soplan malos vientos para la libertad de prensa en el mundo, porque soplan malos vientos para la libertad", ha concluido.