Si durante todo el invierno mantuviéramos nuestros hogares tan calientes como nos gustaría, la factura de la luz (o del gas, o similar) se dispararía. Aunque puede resultar tentador tener la calefacción al máximo, puede salirte bastante caro. Pero estás de suerte, porque existen muchas formas baratas y naturales para calentar tu casa.
Desde forrar las ventanas con papel de burbujas hasta cambiar la dirección de giro del ventilador del techo, echa un vistazo a estos trucos para sobrevivir al invierno:
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1. Prueba a sellar los marcos de las ventanas
Aplica masilla para sellar los huecos de las ventanas; este material no es caro y puede ayudarte a ahorrar un buen dineral en la factura.
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2. Si hace sol, abre las cortinas
La luz del sol puede darnos calor natural en un día de mucho frío.
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3. Cuando se ponga el sol, cierra las cortinas.
Sin la luz solar, el calor se va igual que vino: a través de las ventanas. Emplea cortinas térmicas para que el calor no se escape de la casa. Si hace mucho frío se pueden colgar toallas en las cortinas, se crea una doble capa que ayuda a aislar.
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4. Pon alfombras de felpa en el suelo.
Las alfombras ayudan a que el calor no se escape a través del suelo. También resulta más acogedor caminar sobre una alfombra en invierno que sobre el parqué o las baldosas.
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5. Dúchate con la puerta abierta.
Si dejas la puerta abierta mientras te estás duchando, el vapor se extenderá por el resto de tu casa.
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6. Tapa el hueco de la chimenea para impedir que se escape el aire caliente por el conducto.
Hasta un 20% del aire caliente que hay en la casa puede irse a través de la chimenea. Puedes probar con uno de estos.
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7. Usa aislamiento térmico.
Si vives en una casa más antigua, plantéate usar aislante térmico en las paredes y en el ático. Sí, es una inversión, pero acaba mereciendo la pena con lo que te ahorras en las facturas.
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8. Duerme con una bolsa de agua caliente en la parte inferior de la cama.
Sí, este tipo de cosas funcionan. Llena una bolsa de agua hirviendo y métela por debajo de la manta en la parte inferior de la cama. Tendrás los pies calentitos toda la noche.
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9. Cuando hayas terminado de hornear algo, deja abierta la puerta del horno para que la cocina esté caliente.
Cuando hayas terminado con el horno, apágalo y deja la puerta abierta. Ese maravilloso aire caliente se extenderá por toda la cocina, conviertiéndola en un lugar muy acogedor.
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10. Evita que se cuele aire frío por debajo de la puerta usando un aislante.
Rellena el hueco entre la puerta y el suelo con uno de estos. También puedes hacerlo tú mismo.
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11. Aísla las ventanas con papel de burbujas.
Si pones papel de burbujas en las ventanas conseguirás conservar hasta la mitad de calor que hay. No es la opción más estética, pero ayudará a ahorrar.
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12. Cierra la puerta de las habitaciones que no estés usando.
Cuanto mayor es la casa, más dinero cuesta calentarla. Si tienes una habitación de invitados vacía o un espacio de almacenamiento, cierra la puerta. De este modo no gastarás dinero calentando un cuarto que no empleas.
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13. Cambia la dirección del ventilador del techo.
Este tipo de ventiladores giran en sentido contrario a las agujas del reloj y llevan el aire hacia abajo. En invierno, cambia la dirección de giro para que el aire frío suba y se mezcle con el calor. Esa mezcla de aire se extenderá hacia abajo y hará que tu cuarto esté más caliente.
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14. Tápate con mantas de franela.
Mantente a salvo del frío durante las noches de invierno con sábanas de franela y un edredón grueso.
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15. Invierte en un termostato programable.
Puedes ahorrar hasta un 10% al año en calefacción si usas un termostato programable y bajas la temperatura durante las horas que vas a estar fuera de casa.
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16. Si no funciona nada de lo anterior... ¡abrígate!
Lana, mucha lana.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.