15 momentos en los que Trump ha demostrado ser un presidente de otro planeta
Desde sus apretones de mano hasta sus salidas de tono en Twitter pasando a cómo atraganta a carpas japonesas... Y sólo lleva un año en el poder.
Han sido sólo 365 días, pero a muchos les ha parecido toda una vida. Donald Trump, el presidente número 45 de EEUU, no es un líder al uso, en ninguno de los sentidos. Ni siquiera en la valoración de sus propios conciudadanos. Trump es el único presidente, junto a Harry Truman (1945-1953), que, tras un año en el poder, es más rechazado que aceptado.
¿Y qué dice él de esto? Se la refanfinfla. Como de costumbre, se dedica a ensalzar su gestión y esta semana, que le ha pillado en Asia, se dedica a proclamar su repulsión hacia Corea del Norte y a atragantar carpas japonesas. Literalmente. Sí, el presidente de EEUU, no es un presidente cualquiera...
Estas son las pruebas.
1. Sí, atraganta carpas
Tal y como habían hecho antes otros líderes mundiales, Trump tenía que dar de comer a las carpas koi antes del almuerzo con el primer ministro japonés Shinzo Abe. Todo iba muy bien, el presidente estadounidense, conocido por su escasa paciencia, fue dándoles comida poco a poco... Hasta que se cansó de hacerlo y soltó, de golpe, el resto de comida que le quedaba.
2. "Ayuda" a los damnificados por un huracán a lo Michael Jordan
Las imágenes dieron la vuelta al mundo: el presidente de EEUU visitando el pasado mes de septiembre a las víctimas del huracán María en Puerto Rico y tirándoles rollos de papel como si las víctimas fueran canastas. No, no es broma.
Sus inmediatos predecesores en el cargo demostraron tener un corazón mucho más grande...
3. Se inventa países. Con un par
¿Conoces Nambia? No, no es un país pequeño perdido imposible de localizar. Bueno, sí es imposible de localizar, pero básicamente porque no existe. En la cabeza de Trump sí. En un almuerzo de trabajo en Nueva York le costó pronunciar correctamente "Namibia" y lo dejó en Nambia. Para qué añadir más.
4. "Golpea" a la CNN
Sucedió en julio: en sus recurrentes ataques a los medios de comunicación, el presidente de EEUU se enfiló otra vez con la CNN, pero cruzó una línea muy peligrosa. A través de su cuenta de Twitter, colgó un vídeo manipulado en el que él mismo golpea al luchador cuyo rostro aparece escondido bajo el logo de la cadena junto a los hastags #FraudnewsCNN #FNN.
5. Hablando de "golpes"...
A Trump también le hacen gracia los montajes en los que "golpea" virtualmente a su rival Hillary Clinton. Retuiteó uno de ellos en el que se le ve dándole a una pelota de golf que acaba impactando en la espalda de la demócrata y derribándola.
Todo muy serio y normal.
6. ...Y de ataques a los medios
Los periodistas de la MSNBC Joe Scarborough y Mika Brzezinski han sido objeto de los ataques más duros del presidente, obsesionado con la prensa. Contra ellos cargó por ser periodistas y en el caso de Brzezinski... por ser mujer. A él le llama "psicópata" por su continuos ataques en antena contra su persona y de ella no duda en decir que está "loca" y que tiene un "bajo coeficiente de inteligencia". "No lo vean más [el programa]", aconsejó a sus seguidores en Twitter tras ridiculizarlos con dureza. "Ella se desangraba por un estiramiento de la cara", llegó a decir.
Muy propio del presidente del país más poderoso del planeta...
7. El burro delante para que no se espante
En este apartado sólo apuntaremos cuándo sucedió: tras la toma de posesión del 20 de enero. Lo demás lo dicen las imágenes.
8. A mí, plin, Serafín
Durante la tradicional búsqueda de huevos de Pascua en la Casa Blanca, comenzó a sonar el himno de Estados Unidos. Y Trump se olvidó de cumplir con el ritual patriótico de ese momento: colocarse la mano derecha en el corazón.
A su lado, la primera dama, Melania Trump, y su hijo, Barron, cumplieron a rajatabla con el protocolo. Pero, mientras, el presidente de Estados Unidos miraba al infinito con cara de satisfacción. Melania se dio cuenta y dio un golpe en el brazo a su marido, que de inmediato se puso la mano en el corazón.
9. Que sí, que el burro delante
Uno de esos momentos protagonizados por el matrimonio Trump que ha dejado a más de uno si palabras fue el que tuvo lugar cuando la Primera Dama se encargaba de presentar a su esposo en la base militar Andrews en Maryland antes de dar un discurso, el pasado mes de octubre. Después de que Melania terminara su introducción, el presidente caminó lentamente hacia ella y le estrechó la mano. Tras el apretón, le dijo que "fuera a sentarse" (vamos, un "que te pires" en toda regla) empujándola fuera del escenario.
10. Si hay que insultar, se insulta
Aunque sea el líder del país más poderoso del mundo, a Trump no le importa perder las formas. El pasado septiembre llamó "hijos de puta" a los jugadores de rugby por protestar contra el racismo y deseó que acabaran en prisión los responsables de la liga profesional de ese deporte, el fútbol americano, llamada NFL. Por si todo esto fuera poco, también retiró la invitación a la Casa Blanca a Stephen Curry, el jugador estrella de los Golden State Warriors y bicampeón de la NBA.
"Acudir a la Casa Blanca se considera un gran honor para un equipo campeón. Stephen Curry está dudando, así que le retiro la invitación", tuiteó. La tradición estipula que el presidente recibe en la Casa Blanca a los equipos ganadores de cada competición deportiva en señal de reconocimiento. Curry, estrella de los Warriors que ganaron el título el pasado julio, dijo que él votaría en contra de que su equipo acudiera a la conmemoración en Washington. Grandes estrellas de la NBA salieron en su defensa, como LeBron James, quien escribió en Twitter: "Ir a la Casa Blanca era un honor hasta que tú llegaste".
¿Os imagináis un conflicto así generado por algún otro presidente?
11. Insistimos: el burro delante
Lo importante es figurar en primera línea. Y Trump lo sabe. De ahí que en su primera gira europea, quisiera coger un buen puesto para la instantánea junto al resto de líderes. En su camino hacia ese ansiado buen puesto se interponía el primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, así que le dio un empujón y se puso en su lugar. Objetivo conseguido.
12. Y de la empatía ni hablamos
De polémica en polémica y tiro porque me toca. Algo así debe de pensar Trump cada día, porque, si no, es imposible de entender su capacidad para generar conflictos continuamente. El último: cómo le dio el pésame (por llamarlo de alguna manera) a la viuda de un soldado muerto en servicio en Mali.
Trump ni sabía cómo se llamaba el soldado muerto y le dijo a su viuda que "sabía a lo que se exponía" al ejercer ese trabajo.
Él, como siempre, lo negó todo alegando que había tenido una conversación "muy respetuosa" con Johnson, y que recordaba perfectamente el nombre de su marido.
13. Con su "saludito" deja claro quién es
En este año, Trump también ha marcado tendencia: nunca se había visto a alguien estrechar la mano con tantísima intensidad. Es su manera de decir "aquí estoy yo", "aquí el que manda soy yo" y de intimidar al otro.
De ahí que hayan sido muchos los que han llegado a sus encuentros con el presidente de EEUU preparados para no "perder" en esta batalla, como el líder francés, Emmanuel Macron —su apretón duró 28 segundos—, o el primer ministro canadiense, Justin Trudeau (que hasta se sirvió de su otra mano para aguantar el tipo).
14. ¿El típico... amargado?
A los niños los trata como adultos y los usa para seguir con sus ataques contra sus enemigos. Prueba de ello fueron sus palabras en la Casa Blanca, donde recibió a los más pequeños con motivo de la celebración de Halloween. "No puedo creer que la prensa haya producido unos niños tan preciosos. ¿Cómo han hecho esto?", se cuestionó el presidente con humor. Haciendo comentarios a los pequeños, el presidente ironizó preguntándoles: "¿A vosotros cómo os trata la prensa? Seguro que mejor que a nadie". "Enhorabuena señores, han hecho un trabajo fantástico aquí", les dijo a los periodistas sobre sus hijos. "No diría lo mismo sobre cómo lo han hecho conmigo", volvió a bromear Trump.
Por cierto, que de esta celebración también se puede sacar otra conclusión: o no le gustan los dinosaurios o los niños le cansan. Y, como con las carpas, en un momento dado se cansa de actuar... Vean, vean...
15. Y sobre todo, sobre todo, su ADICCIÓN a Twitter
Eso, desde luego, lo habíamos visto pocas veces en un presidente... Trump se levanta y tuitea, se enfada y tuitea, le gusta algo y tuitea, tiene que anunciar algo y lo tuitea, crea crisis diplomáticas tuiteando... Vamos, que lo hace todo vía Twitter.