Qué fue del 15-M

Qué fue del 15-M

Políticos y personalidades describen aquellos días, lo que supuso el movimiento y lo que queda por hacer.

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“Que no, que no, que no nos representan”, “PP y PSOE, la misma mierda es”, “No es una crisis, es el sistema”, “Ya tenemos Sol, ¡ahora la Luna!”, “Sin casa, sin curro, sin pensión, sin miedo”, “Democracia real ya”, “Sí se puede”... Hace justo diez años estos gritos y lemas se extendían desde Madrid hasta muchas calles y plazas de toda España. Miles de ciudadanos, especialmente jóvenes hartos de la crisis económica y del sistema bipartidista, salían para decirle al mundo entero lo que sentían.

Era una España asolada por la crisis económica, con miles de despidos al día, con desahucios dramáticos, con la prima de riesgo en niveles históricos, con recortes impuestos por los hombres de negro de Bruselas. El sistema se caía, se rompía el sueño de la España rica que había asombrado al mundo en las últimas décadas con sus Juegos Olímpicos y su Expo’92. Una nación también sacudida por los casos de corrupción de políticos y banqueros. Con un bipartidismo eterno que no sabía cómo actualizarse. Y bajo las amenazas de los agresivos mercados anglosajones y aquella fatídica portada de The Economist con la que comenzó la crisis: The party’s over. 

En el 15-M explosionaron todos esos sentimientos. Cambió el país, trajo a los nuevos partidos, creó una nueva cultura política, puso bajo la lupa la corrupción. Muchas ilusiones llegaron para quedarse, pero también muchas decepciones. Una década después de aquello, políticos y personalidades hacen balance para El HuffPost sobre cómo fueron aquellos días, el legado que queda y lo que se ha dejado por el camino.

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Recuerdo aquellos días como una primavera democrática maravillosa. Y aquí ‘democrática’ no es una palabra de protocolo, un adorno. Significa que fueron unos días de ilusión protagonizados por la gente anónima, por la irrupción pública de los cualquiera como protagonistas de la política española”, explica Íñigo Errejón, actual líder de Más Madrid y uno de los fundadores de Podemos.

Hace esta descripción: “Eran días de incredulidad, de alegría y de esperanza. De no poder parar de hablar, de no poder quedarse en casa, de emocionarse en colectivo y de discutirlo todo. De asombro por el enorme poder de un actor que no suele entrar en escena pero que las pocas veces que lo hace lo cambia todo: eso que llamamos el pueblo. Porque en las plazas había decenas de miles, pero lo que allí se decía era el sentido común de una nueva mayoría más allá de las etiquetas tradicionales”. Para reflexionar al hilo: “El 15-M no puede convertirse en un objeto de melancolía. No se trata de congelar una fecha como si fuese una pieza de museo. El 15-M fue una irrupción democrática inesperada e incluso mirada con soberbia por las élites”.

El 15-M no puede convertirse en un objeto de melancolía, no se trata de congelar una fecha como si fuese una pieza de museo
Íñigo Errejón

“El 15-M fue un gran empuje para profundizar la democracia española y evitar el secuestro oligárquico de nuestras instituciones . Señaló las tareas para reconstruir el contrato social en España, roto por arriba”, señala Errejón. ¿Y qué falta por hacer? “La gran mayoría de esas tareas siguen pendientes. Eso no significa que no sirviese, significa que los cambios funcionan como las mareas. Aquella subió y luego bajó. Dejó un sentido común diferente en España, un clima social y cultural nuevo y muchos aprendizajes. Vendrán otras y servirán para llevar las cosas más lejos: por un país más justo, más democrático y más verde”, disecciona.

Remata Errejón en este sentido: “El espíritu del 15-M quizás no celebraría este aniversario. No habrá otro 15-M, pero sin duda las razones del país real encontrarán cauces para ser oídas en el país oficial. Esa tensión, esa capacidad del pueblo para cambiarlo todo, es el núcleo de lo que llamamos democracia”.

  15-M, en SolGTRES

Otro de los primeros rostros de Podemos fue Pablo Echenique, ahora portavoz en el Congreso. Reconstruye así aquellos días: “Con mucha ilusión. Se respiraba un ambiente de cambio de época en las calles. Recuerdo estar en la plaza del Pilar en Zaragoza, que fue donde se produjeron las acampadas principales en mi ciudad, y alucinar con que tanta gente tuviera tan claro cómo funcionaba el poder contra los intereses de la mayoría. Pero también tuvo para mí un puntito de frustración. Recuerdo hablar con la gente y decirles: Todo esto que se está planteando aquí es correcto pero, ¿dentro de unos días tú que vas a votar?”.

“Cuando la mayoría me decían que no iban a votar a nadie, yo no entendía nada y les contestaba que entonces va a ganar el PP, que representa lo peor que estamos combatiendo. Y a los siete días del 15-M el PP arrasó en las elecciones autonómicas. Afortunadamente, tres años después, eso cambió”, indica Echenique.

Supuso la condición de posibilidad del fin del bipartidismo y todos los cambios que hemos vivido en esta década
Pablo Echenique

Tiene claro el legado del 15-M: “Supuso la condición de posibilidad del fin del bipartidismo y todos los cambios que hemos vivido en esta década. Cantábamos lo de no somos mercancía en manos de políticos y banqueros. Entonces, la corrupta Esperanza Aguirre nos animó a votar y, un par de años después, María Dolores de Cospedal nos retó a presentarnos a las elecciones. Pues bien, nos presentamos a las elecciones, votamos, les echamos de la Moncloa y ahora estamos en el Gobierno de España”.

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Eran días de agotamiento del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Era entonces portavoz del Ejecutivo, José Blanco, que analiza la situación: “El 15-M fue un movimiento de reflexión, de reivindicación y de respeto. Una movilización social sin precedentes en nuestra joven democracia que nació como consecuencia de la fuerte crisis económica y social que vivía España y gran parte del mundo en aquel momento”. “Lo recuerdo, por tanto, desde una perspectiva de preocupación por la situación de nuestro país, pero consciente de la coyuntura histórica que estábamos viviendo al ser testigo del nacimiento de un movimiento que tuvo eco en todo el mundo”, concreta.

Sobre sus consecuencias, relata Blanco: “El 15-M provocó la irrupción de nuevos partidos que prometían la regeneración de la política española y que supuso el inicio del fin del bipartidismo. Sin embargo, estas formaciones políticas, lejos de contribuir a mejorar el sistema, han defraudado las expectativas que muchos ciudadanos depositaron en ellas. Los mensajes populistas y cortoplacistas han derivado en frustración. Algunos de aquellos mensajes del 15-M calaron fuertemente en una sociedad muy castigada por las consecuencias económicas y sociales de una crisis internacional inédita”.

“Realmente, las reivindicaciones que se hacían en aquel momento siguen estando en la agenda política tanto a nivel nacional como europeo, más aún tras la crisis derivada de la COVID-19”, proclama el exministro de Fomento.

Los nuevos partidos han defraudado las expectativas que muchos ciudadanos depositaron en ellos
José Blanco

A los pocos meses en noviembre arrasaría el PP de Mariano Rajoy, que nombraría como hombre fuerte de la diplomacia a José Manuel García-Margallo. El exministro de Exteriores rememora: “Me puse unas gafas de sol y me acerqué a la Puerta del Sol a ver los tenderetes en los que cada uno se acercaba a pedir la carta de los Reyes Magos. Uno quería la nacionalización de la banca, otro quería la abolición de la monarquía…”

“Lo que sí fui consciente es que respondía a la ilusión de un movimiento que se había ido gestando desde hacía tiempo. Lo que se produjo, que por cierto no era un movimiento original, había habido uno en Francia de los indignados, era una reacción a la crisis de Lehman Brothers de 2010, la primera gran crisis de la globalización”. “En España eso se une a una crisis de los dos grandes partidos institucionales, que nos habíamos alternado desde la Transición, surgen movimientos dispersos”, relata Margallo, que prosigue: “No nos representan’ era la expresión clásica, que luego cristaliza en las europeas de 2014. Cuando fueron en 2014, ni siquiera se habían constituido como partido, era algo absolutamente inédito Y nace también Cs, que había tenido sólo presencia en Cataluña. Luego aparecerá Vox, revienta el mapa de la Transición”.

Cristalizó en las europeas de 2014, revienta el mapa de la Transición
José Manuel García-Margallo

“Fue una reacción de alerta de que las fórmulas que se habían utilizado desde hace cuarenta años ya no funcionaban. Inmediatamente después llegaron las elecciones del 20-N, que la ganamos con 186 escaños el PP, y Rubalcaba, a pesar de tener un pésimo resultado, tuvo 110. No se les prestó excesiva atención hasta 2014, que emergen en las europeas como fuerzas que se van a quedar. Ahora hay gente que discute si Podemos va a desaparecer o no. Es posible que Podemos desaparezca, pero hay unos movimientos sociales que cristalizarán de una manera u otra en fuerzas a la izquierda del PSOE”, reflexiona.

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España entera seguía al minuto lo que pasaba en las plazas y calles. El escritor Javier Cercas opina: “Hubo una reacción colectiva ante la crisis. Había gente que estaba preocupada y que salió a la calle. A mí en un principio, sinceramente me pareció fantástico. Me pareció que había gente joven que estaba en la calle, que la gente lo estaba pasando mal, y que era una protesta justísima, aunque fuera desorganizada”

“¿Ha traído cosas malas? Cómo las élites han usado eso para sus propios propósitos. El procés es una consecuencia del 15-M. Encontraron un medio de canalizar las protestas: los responsables no somos nosotros, es Madrid. Y al cabo de dos días se había acabado el 15-M en Cataluña y se había convertido en el procés. Las élites dijeron: “¿Cómo vamos a orientar la furia? Para nuestros propósitos”. Y aquí algunos lo han usado para llegar al poder”, subraya el escritor.

En un principio, sinceramente me pareció fantástico
Javier Cercas

“La democracia es una cosa que hay que tomarse en serio y significa que cada día hay que pelearla. En el momento en el que la das por hecho ya estás poniéndola en peligro”, añade Cercas.

Hace diez años Ada Colau no pensaba que llegaría a ser la alcaldesa de Barcelona. Ahora hace balance: “El 15-M fue un movimiento de empoderamiento colectivo, de expresión democrática frente a una crisis financiera que rescataba a los responsables y abandonaba a la mayoría de la gente”. “Una grandísima parte de la población dijo basta, hasta aquí hemos llegado”, traslada.

El 15-M, afirma, se transformó luego en muchas iniciativas sociales, cooperativas y asambleas de barrio, además algunos de los protagonistas pasaron a las instituciones. “Muchas de las cosas que estamos haciendo serían muy difíciles si no hubiera existido el 15-M, cambió la agenda política”, dibuja. Cita, por ejemplo, la creación de una unidad antidesahucios en el Ayuntamiento de Barcelona, los cambios en normas urbanísticas y la creación de una eléctrica municipal.

“Nos presentamos y ganamos, llevamos seis años en la Alcaldía de Barcelona haciendo cosas que nos decían que eran imposibles”, subraya la que fuera portavoz de la PAH, que añade: “Por supuesto queda muchísimo por hacer”. Ella se siente la misma persona, pero con una responsabilidad distinta.

Muchas de las cosas que estamos haciendo serían muy difíciles si no hubiera existido el 15-M
Ada Colau

Una etapa, además, que pasará a los libros de texto. El historiador Ángel Viñas comenta que el 15-M “fue una respuesta desesperada a una situación política insostenible”, pero que no sólo se produjo en España, también en otros países. 

“En España, quizá, con más virulencia. La política española había estado duopolizada por el PSOE y el PP con la incrustación de vascos y catalanes”, manifiesta Viñas, que agrega: “Pero realmente la política española estaba muy plegada a la política que imponía la Unión Europea, todo hay que decirlo, y tenía costes sociales muy elevados. Los sigue teniendo. Ahora, cada vez menos, pero los tenía. Y claro, fuera de España habían surgido en Grecia, en Francia, en otros países movimientos contestatarios… y esa fue la versión española con alineamientos latinoamericanos. Ahí el PP hizo una política económica a lo bestia, de austeridad brutal. Con pocas salvaguardias sociales y eso crispó a la juventud. A mucha gente. Y se explica por eso, en gran medida”. 

Mirando al presente, dice Viñas: “Ahora tenemos el caso de la pandemia, pero la UE está dando un giro importante. Potencialmente muy relevante. Puedo equivocarme, pero se han hundido ciertos dogmas que ya no son dogmas de fe y creo que España está en buena posición para seguir esos cambios y contribuir a ellos”.

  Manifestación en MadridGTRES

Echa la vista atrás también Adriana Lastra, actual vicesecretaria general y portavoz del PSOE en el Congreso:  “Se tiende a simplificar el 15-M únicamente con imágenes de la Puerta del Sol, pero lo cierto es que tuvo repercusión en muchas más ciudades y pueblos de nuestra geografía. Es justo reconocerlo así”. “Cuando la ciudadanía sale a la calle de forma tan clara para expresar sus anhelos, sus miedos y sus preocupaciones, como representantes públicos tenemos la obligación de escuchar. Aquel movimiento era un grito de rabia de un grupo de jóvenes, y no tan jóvenes, descontentos con la situación, preocupados y afectados por una grave crisis económica mundial, que pusieron sobre la mesa propuestas e iniciativas para cambiar el rumbo. Había, sobre todo, una característica que es fundamental en el papel de la sociedad civil en una democracia consolidada: la intención de mejorar nuestro país”.

¿Y qué supuso para la política española? Lastra responde: “Creo que la consecuencia más clara que se puede extraer del 15-M es el comienzo de un ciclo que transforma el sistema de partidos en nuestro país. Surgen nuevos partidos políticos que consiguen ganarse la confianza de una parte de la población y obtienen representación en las Cortes, las asambleas de las comunidades autónomas y los municipios. Este cambio en el sistema da pie a nuevas fórmulas de gobernanza, propiciando que los gobiernos de coalición pasen de ser anécdota a ser la norma”.

Es el comienzo de un ciclo que transforma el sistema de partidos en nuestro país
Adriana Lastra

“Quedan cosas por hacer, es evidente. No podemos olvidar que desde finales de 2011 hasta junio de 2018 gobernó el Partido Popular, que hizo oídos sordos a cualquier reivindicación social surgida de las plazas”, indica sobre el legado una década después, para concluir: “La tarea de este Gobierno no es otra que revertir esta tendencia ofreciendo a los ciudadanos condiciones de vida dignas para que puedan llevar a cabo sus proyectos vitales. Al margen del ruido que otros quieren generar, la realidad es que el PSOE ha impulsado en este año y medio de legislatura muchas de las propuestas que se reclamaban y se siguen reclamando. Nos quedan otros dos años para seguir transformando nuestro país y la salida de esta crisis será muy distinta de la de aquella crisis. Para eso hacemos política, para resolver los conflictos y responder a las demandas que reivindica la sociedad”.

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Lanza también su reflexión el escritor y ensayista Santiago Alba Rico: “El éxito del primer Podemos es que recogió, sin duda, el espíritu del 15-M. Recordemos lo que pasó: un 84% de la población estaba de acuerdo con las protestas del 15-M y, un mes después, ganó las elecciones el PP de Rajoy con mayoría absoluta. Eso quiere decir que no había ningún partido que representase al 15-M al que esa voluntad transversal de refundar el país diera satisfacción”. 

“En ese sentido, Podemos entendió muy bien que el 15-M en las próximas elecciones tenía que tener alguien a quien votar, una fuerza política en la que el 15-M, con toda su transversalidad, se sintiera representado”, argumenta. “Pero, de alguna manera, a día de hoy la derrota del proyecto de Podemos ha hecho que el propio Podemos forme parte de un régimen muy erosionado, como estamos viendo en las protestas de estos días de los jóvenes (en Cataluña, Linares,,,). A lo mejor esos jóvenes tenían diez años, o incluso cinco, en 2011, y hoy, diez años después, esta nueva generación tiene tan poco futuro como la que participó en el 15-M y está probablemente más desesperada porque las consecuencias de la crisis económica han erosionado su vida: las posibilidades de encontrar un trabajo, de marcharse de casa… Estamos en la misma situación de hace diez años, pero con una nueva generación que ha visto más incumplidas las promesas de la anterior generación”, describe Alba Rico.

Desgrana acto seguido: “El 15-M fue la protesta de una generación sin memoria histórica que vivía como un incumplimiento de promesa el régimen del 78, con su política económica, con su corrupción, etcétera. Lo que reprochaban al régimen del 78 era que no había cumplido su contrato social. Eran jóvenes cada vez mejor preparados que no tenían trabajo y que no se podían marchar de casa, que no podían acceder a la mayoría de edad”. A lo que añade: “Diez años después, la generación que formó parte del 15-M y que se ha dedicado a la política también ha incumplido sus promesas, o al menos así lo perciben los jóvenes muy jóvenes que salen ahora a protestar. Y que lo hacen con más desesperanza, porque ya no es el régimen del 78 el que les ha fallado, sino también los que empezaron a hacer política por las promesas incumplidas del régimen del 78. Esto es quizás lo más preocupante”.

Fue uno de los reclamos que hizo meterme en política
Mónica García

Ese movimiento hizo que muchas personas quisieran entrar en política por primera vez. Este fue el caso de la médica Mónica García, de Más País, la opción progresista más votada en las pasadas elecciones madrileñas. Así lo explica: “Fue un vuelco del panorama político sociológico indudable. De allí salió un concepto, y que hemos integrado en el ADN de Más Madrid, de otra manera de hacer política. Lo perjudicial es cuando los políticos se alejan de la sociedad. Esta pandemia nos ha demostrado que ese acercamiento ha vuelto a hacer el efecto acordeón y que la política ha estado bastante alejada de la realidad. A mí en concreto, el 15-M, como anestesista, fue uno de los reclamos que me hizo meterme en política”.

  Manifestación de Democracia Real YaGTRES

Un movimiento que resonó en cada esquina. Las impresiones del coreógrafo Nacho Duato son las siguientes: “Ha traído más bueno que malo. Desde que entró Podemos se dice ellos y ellas, chicos y chicas, profesores y profesoras... Parece una tontería, pero no lo es. Ha habido muchos avances sociales, siempre pasa, con la izquierda se avanza socialmente. Desgraciadamente la derecha siempre va a remolque en cuanto a derechos humanos y en cuanto al progreso. Siempre están en contra del divorcio, de la ley del matrimonio homosexual, de la eutanasia, y luego se enganchan”.

“Creo que el movimiento del 15-M ha sido muy importante para las mujeres, para la igualdad, para decir muchas cosas que antes estaban ocultas y que ahora están saliendo a la luz y para decir las cosas como son. Hay gente que todavía dice que los de Vox son extremistas pero que también lo es Podemos desde la izquierda. Yo no creo que sea lo mismo por la izquierda que por la derecha. No es lo mismo decir las animaladas que dice Vox con lo que se puede pasar de vez en cuando un extremista de izquierda y no es lo mismo pactar con Vox que pactar con Bildu, por mucho que quieran igualarlo”, remata Duato.

Ha sido muy importante para las mujeres, para la igualdad, para decir muchas cosas que antes estaban ocultas y que ahora están saliendo a la luz
Nacho Duato

Se adentra en lo que sucedió también Carolina Bescansa, la socióloga y fundadora de Podemos, de la siguiente manera: “El 15-M supuso la primera transformación del gran cambio que se iniciaba con la crisis del 2008. Sin embargo, gracias al 15-M, en 2011 pudimos aprender que las grandes movilizaciones sociales no desembocaban directamente en cambio político, puesto que la enorme movilización y la gran demanda de cambio que supuso la ocupación de las plazas y calles fue antesala, en términos electorales y de sistema de partidos, de la mayor victoria electoral del PP”.

“Después de las elecciones de noviembre de ese año, todos entendimos que no era suficiente con una enorme movilización, por muy potente y masiva que fuera, para cambiar la política de nuestro país. Era necesario crear herramientas que sirvieran. Esa es la principal enseñanza del 15-M”, teoriza. Apunta dos grandes transformaciones. La primera: un cambio del sistema de partidos en 2015, “que ha llegado para quedarse”, y que supone la ruptura de la dinámica PP-PSOE.

Por primera vez los corruptos se sintieron perseguidos y censurados
Carolina Bescansa

“El segundo gran cambio tiene que ver con el fin de la impunidad de la corrupción política. No logró acabar con la corrupción política, pero sí con la impunidad. No sólo se creó un marco jurídico distinto, sino otro cultural y político distinto en el cual los corruptos comenzaron a comportarse de forma bien diferente. Por primera vez se sintieron perseguidos, mal vistos, censurados, y empezaron a entender que las dinámicas de cara dura y desfachatez que habían llevado a cabo en los últimos cuarenta años no eran sostenibles”, recalca Bescansa, ahora ya fuera de la política activa. “A mi juicio, la moción de censura no hubiera sido posible sin esa transformación del clima político en el país que supuso el 15-M en lo tocante a la corrupción y la intolerancia”, pone como ejemplo.

  Errejón. Monedero, Iglesias, Alegre y BescansaGTRES

En esa Puerta del Sol estaba también Isa Serra, de Unidas Podemos. “Fueron días emocionantes y días de asombro. Parecía un sueño, o una alucinación... ver a tanta gente por la calle de pronto. Recuerdo siempre mirar el reloj de Sol y, aunque seguía funcionando, pensar que se ha parado el tiempo, por fin, para que podamos debatir de todo lo importante y con ello cambiar las cosas”. “Yo estaba en Roma viviendo y cuando vi lo que estaba pasando, me cogí un avión y me planté en la Puerta del Sol. Por ese entonces era de Juventud Sin Futuro. Desplegamos una pancarta enorme que decía “abajo el régimen” y estábamos todo el día reuniéndonos para sacar adelante propuestas, campañas, y llamar a mucha más gente a participar de ese movimiento”.

¿Qué queda diez años después? Contesta Serra: “Queda una cultura popular, un imaginario, un pensamiento que es expresión de una época histórica que nace en el 15-M y que sigue siendo referencia para una generación. Es una experiencia que ha cambiado por completo nuestro modo de entender el país, las instituciones, la política... Comienza un ciclo nuevo”. Para ella, “nunca nada será ya como antes del estallido del movimiento”. “Sin el 15-M no habría existido Unidas Podemos, ni por tanto Pedro Sánchez, ni la descomposición del PP, ni el Gobierno de coalición, ni seguramente el movimiento feminista así como lo hemos vivido”, ahonda.

Fueron días emocionantes y de asombro, parecía un sueño
Isa Serra

Cuando se le pregunta que qué falta por acabar, Serra reflexiona: “Queda por hacer todo y más. Porque la crisis institucional que se evidenció en ese momento continúa. De hecho se ha hecho más profunda en algunas instituciones y con situaciones que han surgido posteriormente. La crisis del Estado del Bienestar, tras los sucesivos recortes y políticas neoliberales, con la pandemia se ha mostrado más cruda aún, la crisis de la monarquía es más grave, la Justicia muestra cada día más que es un poder que se resistió a los avances y democratización de la Transición... Y a esa respuesta solidaria, para proteger derechos, inclusiva, avanzada, justa... se ha sumado el avance de la extrema derecha que no es más que la otra salida a la crisis del neoliberalismo, pero en términos excluyentes, y que fomenta el odio”.

  Manifestación en SolGETTY

Fue una música nueva para los oídos de los españoles. Marwán lo recuerda: “Estuve a tope desde el principio. Me pareció un soplo de aire fresco supernecesario para la sociedad que, desde luego, después trajo cambios a nivel político. Me gustaría que ese ambiente o ese espíritu siguiera permanentemente y los jóvenes siguiéramos pidiendo cosas porque, la verdad, se han conseguido algunas cosas, pero los poderes no han permitido que se consiguieran muchas más. Me encantaría que hubiera muchos más cambios”.

“Lo bueno que trajo es que aparecieron nuevos políticos con ideas frescas, rompió con el bipartidismo… Lo malo es que aunque se rompiera con el bipartidismo es un bipartidismo múltiple, hay una polarización muy grande. Hemos acabado con una reacción muy virulenta por parte de la derecha, porque toda acción tiene reacción. Siento que el país está más fracturado que hace diez años y me da mucha pena porque me encantaría que nos entendiésemos”, confiesa el músico.

Repolitizó a toda una generación de españoles
Pablo Simón

También se sumerge en sus recuerdos el politólogo Pablo Simón: “El 15-M lo pasé en Barcelona, estuve por allí cuando se montó la acampada en Plaza Catalunya. Estaba empezando mis estudios de Doctorado, di charlas en diferentes asambleas para los indignados, tanto de barrio como allí. Tenía la universidad al lado, en el Parque de la Ciudadela, vi todo el jaleo del asedio al Parlament. Para los millennials es un periodo de socialización política importante”.

“¿Qué supuso? Como movimiento social, los resultados que deja son dos. Primero: una serie de temas en la agenda que fueron apadrinados por todos los partidos, tanto nuevos como viejos. Desde hacer primarias hasta despolitizar la política, lucha contra la corrupción, los desahucios, los bancos…”, sostiene Simón, que completa: “Deja otro elemento, es un evento de socialización política importantísimo que disparó el interés por la política de los españoles, que tenía un apoyo bastante transversal, hasta un 70% de apoyo a sus demandas en las encuestas de la época”. Plantó una “semilla” que acabaría germinando en los nuevos partidos, induce Simón, que lanza: “No tiene mucho sentido cuando la gente dice que cuando se van Pablo Iglesias o Albert Rivera a su casa supone cerrar el ciclo del 15-M. No, en absoluto. Si se miran ahora las tasas de interés por la política en España, siguen siendo más altas que antes del 15-M porque repolitizó a toda una generación de españoles”.

  Manifestación del 15-MGTRES

En cambio, estaba en la dirección del PP entonces Esteban González Pons: “Recuerdo que el 15-M irrumpió en una campaña electoral. Y que se convirtió en el tema de la campaña. Yo tuve que multiplicarme para defender la democracia representativa ante la opinión pública y la Constitución ante mis hijos, que estaban en el 15-M.”.

“Vuelvo la cabeza y lo contemplo con tristeza, porque fue un intento sano e ingenuo de mejorar cuanto no funcionaba bien, pero que no consiguió que nada mejorase. Ninguno de los líderes del 15-M puede hoy decir que sigue creyendo en el 15-M”, advierte el hoy vicepresidente del Grupo Popular Europeo.

El 15-M fue una ilusión que pasó y es una pena
Esteban González Pons

Según él, “el 15-M tiene mucho de mito, de recuerdo romántico”. “Es más lo que nuestra nostalgia de mayo del 68 quiere que sea que lo que en realidad fue. Todo lo que ocurrió después en España (multipartidismo, redes sociales, populismo de derecha e izquierda, derrumbe de partidos históricos, nuevos liderazgos...) ocurrió igual en el resto de Europa sin necesidad de ningún 15-M, lo que quiere decir que existía una tendencia general que en todo caso nos habría abocado a lo mismo. El 15-M fue una ilusión que pasó y es una pena porque muchas de las reformas que se plantearon siguen ahí, abandonadas y sin nadie que se atreva a impulsarlas”, comenta.

Para concluir: “Al espíritu del 15-M lo mató que Podemos lo patrimonializara porque ni todos los jóvenes que protestaban eran comunistas ni pretendían llegar al comunismo. El 15-M no fue chavismo pero sus herederos legales sí lo son”.

Sin el 15-M no se entendería nada, dejó un país irreconocible
Eduardo Rubiño
 

En ese movimiento también nació políticamente Eduardo Rubiño, de Más Madrid y parte del grupo de Juventud sin futuro. “Sin el 15-M no se entendería nada de lo que ha sucedido en los últimos diez años en nuestro país. Cambió por completo el sistema de partidos, dejó un país irreconocible y, en ese sentido, sirvió. Otra cosa es que como todos los movimientos tuviera sus aciertos, sus errores y que se topara con sus propios límites”, dice.

“En ese sentido nuestra generación y todo lo que representó el movimiento apuntó muy alto y se ha topado con cuestiones que no se han logrado y que quedan por conseguir. Y en eso vamos a seguir. También tendrán que venir nuevas generaciones a volver a agitar las cosas, pero afortunadamente el 15-M agitó muchas y devolvió la esperanza a mucha gente que había perdido el contacto con la política. Además lo hizo poniendo en el centro los derechos sociales, la limpieza de las instituciones, acabar con la corrupción y con los privilegios de la clase política… Creo que son mensajes que están plenamente vigentes y que tendremos que seguir mirándonos en ese espejo durante mucho tiempo”, aposenta Rubiño.

Mirando también dentro: “Yo lo viví como un momento que cambió mi vida. Si no hubiera pasado eso, no estaríamos en esta aventura. Para nosotros fue no sólo una escuela política, sino un momento en el que una generación que parecía no tener capacidad para influir en la política sintió que podía tomar las riendas de la historia de su propio país. Esa sensación es irrepetible y creo que nos abrimos paso aquellos meses y en ese sentido supuso un antes y un después”.