14 pensamientos tóxicos que hay que desterrar si quieres ser más feliz
Estas frases negativas suelen ser automáticas, pero tienen la capacidad de destruir tu salud mental.
Así que te has prometido ser más sano este año, lo cual suele ser sinónimo de menos comida rápida y más ejercicio. Pero, ¿y qué hay de tu salud mental?
Los expertos afirman que una buena forma de empezar es abordar tus pensamientos tóxicos. Cada día nos recorren la cabeza miles de pensamientos, y muchos de ellos, los negativos, van en detrimento de nuestro bienestar. De hecho, algunas investigaciones han llegado a sugerir que los pensamientos negativos pueden estar asociados a problemas físicos como enfermedades del corazón.
Inclinar la balanza para tener más pensamientos positivos en el día a día puede sentar muy bien a tu mente y a tu salud en general. A continuación se enumeran 14 pensamientos tóxicos que, según los expertos, deberías apartar de tu cabeza si quieres ser más feliz.
Ponerte al día con tu serie favorita de Netflix quizás te parece la opción más atractiva cuando tienes algo de tiempo libre, pero si postergas algo que deberías estar haciendo probablemente te producirá más estrés.
Crear motivación y añadir estructura a tus rutinas te puede ayudar a evitar la procrastinación, señala el psicoterapeuta Lucas D. Saiter.
Las listas de cosas que hacer (y que tachar) son muy eficaces para motivar a la persona y hay investigaciones que lo demuestran: "Ponte objetivos alcanzables, anótalos y dedícate a conseguirlos".
Una cosa mala no siempre lleva a otra. Pero cuando algo no va como querías, es fácil que la mente se ponga a pensar en el lado oscuro.
"Si pensamos que las cosas son peores de lo que son, o damos por hecho que porque ocurra algo malo ocurrirán más cosas malas, puede generar mucho trastorno emocional", afirma la psicoterapeuta Robyn Gold.
Gold cita el siguiente ejemplo como un proceso de pensamiento catastrófico que rápidamente puede hacernos perder el control: "Suspendí un examen en clase. Eso significa que suspenderé toda la asignatura, y que nunca me graduaré. Nunca conseguiré un trabajo y viviré en casa de mis padres el resto de mi vida".
Para combatir este tipo de pensamientos, Gold propone preguntarse a uno mismo cuáles son los posibles resultados, entre ellos los positivos. "Por ejemplo, en esta situación podrías retomar el control diciéndote que tienes el poder de hacerlo mejor la próxima vez y utilizar ese proceso de pensamiento para motivarte para lograrlo", dice.
Este tipo de pensamiento puede alterar tu capacidad de éxito en el lugar de trabajo y en tus relaciones personales. Lynn Whitbeck, fundadora de la web petite2queen.com para apoyar la carrera de las mujeres, ha desarrollado el acrónimo YASS (por sus siglas en inglés) para ayudar a sus clientes a superar esos momentos en lo que no se sienten lo suficiente.
Un asistente de vuelo siempre te dirá que te pongas tu propia máscara de oxígeno antes de ayudar a alguien. Esto debería ser una metáfora para la vida, según Shainna Ali, asesora de salud mental.
No obstante, a veces nos sentimos culpables si ponemos nuestras necesidades por delante de cosas que nos sentimos obligados a hacer. Esto puede tener consecuencias negativas: no sólo te agotas, sino que tampoco tienes energía para gastarla con las personas que te preocupan.
"Cuidar de uno mismo es una inversión que te viene bien a ti, pero también a tus seres queridos, colegas y vecinos", señala Ali. "No pasa nada por decir 'no' a un compromiso vecinal si, en su lugar, piensas disfrutar de un buen baño de burbujas en casa".
Es fácil ponerse a mirar Instagram y dar por hecho que todo el mundo lleva una vida mucho mejor que la tuya. No obstante, muchas veces esto no tiene nada que ver con la realidad, según Ree Langham, psicóloga y escritora en ParentingPod.com.
"Lo que ves es sólo la cáscara exterior de lo que puede estar ocurriendo dentro. En otras palabras: la gente saca lo que los demás quieren ver", resume Langham.
"Quizá piensas que tu vida es un asco porque alguien tiene un coche caro, un par de niños, un buen trabajo, una pareja genial, un perro mono y una casa espectacular con jardín, pero no sabes qué ocurre detrás de sus paredes", añade Langham. "Esa persona que crees que tiene una vida mejor puede estar muy, muy triste cuando la gente no está mirando".
Vincular tu felicidad a un logro en el futuro —como perder 7 kilos, enamorarse o conseguir un ascenso— es un juego peligroso. La psicóloga Nicole Issa recomienda cambiar tu patrón de pensamiento para no estar siempre deseando que cambien tus circunstancias.
"En su lugar, piensa en lo que imaginas que será diferente cuando te mudes, pierdas peso, encuentres el amor, etcétera, y qué te hará feliz entonces, e intenta cultivar algunas de esas cosas ahora", dice.
Issa te anima a tener en cuenta que puedes ser feliz ahora si intentas trabajar en esas cosas con pequeños cambios, y que tendrás mayor probabilidad de llegar a donde quieres llegar si eres feliz. Da el primer paso comiendo sano o descargándote una aplicación para ligar. Disfruta de esos pequeños pasos, que pueden ir creciendo rápidamente.
"Juzgarte a ti mismo por tus emociones es como juzgarte por tu temperatura corporal. Está fuera de tu control", ilustra Tina Gilbertson, psicoterapeuta y autora de Constructive Wallowing: How to Beat Bad Feelings by Letting Yourself Have Them. "Es habitual creer que podemos escoger nuestras emociones, pero si lo piensas bien, no tiene sentido. Si pudiéramos elegir nuestros sentimientos, ¿por qué no iba a estar feliz todo el tiempo todo el mundo?".
Abby Thompson, terapeuta familiar y de matrimonio, coincide, y añade que los sentimientos pueden actuar como barómetro de lo que nos ocurre por dentro.
"Todos nos sentimos mucho mejor si dejamos que se produzcan", asegura.
"Muchas veces cuando se te avería el coche, acabas en una cola que no avanza, se te pierde la maleta, te retrasan el vuelo o recibes un artículo que viene roto, tu primer impulso es quejarte porque siempre te pasan a ti esas cosas. ¿En serio? ¿Siempre?", se pregunta la psicoterapeuta Toni Coleman.
Coleman opina que se debería prohibir este tipo de pensamiento porque pinta a un individuo como víctima de circunstancias injustas, que sólo refuerza una actitud negativa sobre cómo le trata el mundo.
Cuando surgen este tipo de pensamientos, Coleman propone pararte en mitad de ese pensamiento y sustituirlo por algo como: "Mierda, hoy voy a llegar un poco tarde, pero es casualidad y tampoco me afecta tanto al esquema de cosas".
"Sustitúyelo por cualquier pensamiento positivo —si es de humor, mejor— y sigue adelante", aconseja Coleman.
Es fácil hojear una revista y envidiar el cuerpo de tu artista favorita. Pero en esta práctica no hay nada sano ni beneficioso para tu felicidad, critica Thompson.
"Aunque el ejercicio y una alimentación nutritiva siempre son buena idea, desear que tu cuerpo tenga una apariencia radicalmente distinta suele ser una forma de procrastinar en la vida", dice. "Si decidimos vivir plenamente ahora, independientemente de cuánto pesemos, las cosas serían maravillosas, ¿no?".
Es parte de la naturaleza humana ser crítico con nuestra apariencia física, pero la autocompasión puede ayudar.
"A nuestra mente le gusta lanzarnos muchos pensamientos a la vez y muchos no son de ayuda", apunta Thompson. "Una forma de responder es reconocerlo y decir a ese pensamiento: 'Gracias, pero estoy decidiendo pensar en esto de forma diferente este año".
"Me gustaría enviar esas palabras a la luna en una nave espacial y quitarlas del vocabulario de cualquier persona", sostiene Jennifer Hunt, jefa de Patología en la Universidad de Arkansas de Ciencias Médicas y fundadora de un programa de desarrollo de liderazgo para mujeres.
"Debería haber" crea más toxicidad que casi cualquier otra frase, afirma.
"Casi cualquier cosa que vaya detrás de 'debería haber' refleja una decepción, una oportunidad perdida, una comparación poco sana entre un ideal y una realidad, y una mirada constante por el espejo retrovisor", señala Hunt.
Hunt explica que estas "declaraciones de 'debería" pueden acabar siendo tóxicas y consumir la confianza en uno mismo.
Los pensamientos autocríticos pueden influir en tu autoestima y en la confianza en ti mismo, constata Karen Donzaldson, experta en comunicación y lenguaje corporal.
"Con el tiempo, te conviertes en tu mayor crítico, dejas de entrar en acción, empiezas a poner excusas cuando la gente te habla como tú te hablas a ti mismo, dejas de intervenir y empiezas a vivir como si no fueras lo suficiente", describe.
Intenta sustituir un pensamiento autocrítico por algo más alentador. Donaldson sugiere elaborar una lista de tres cosas que hagas realmente bien y tres cosas que te gusten de ti.
"Cada vez que surge un pensamiento autocrítico, reemplázalo por una de estas seis cosas", recomienda.
Utilizar la palabra "intentar" nos da una red de seguridad para fracasar y no comunica un total compromiso con nosotros mismos o con otros, apunta la coachMelissa Wolak.
"Los pensamientos y las palabras son poderosos y afectan a nuestras acciones y nuestra energía a la hora de completar tareas y abordar retos", sostiene Wolak. En vez de usar la palabra "intentar", Wolak sugiere emplear "lo haré", "lo haré lo mejor que pueda" o "puedo hacerlo".
Si sólo haces cosas que crees que puedes hacer a la perfección, nunca terminarás nada, señala Jude Treder-Wolff, trabajadora social y psicoterapeuta.
Treder-Wolff explica que este tipo de pensamiento es dañino porque elimina esa fase esencial de aprendizaje de un nuevo rol o capacidad "cuando debemos ser libres para dar vueltas y tropezar mientras damos en la tecla". Reconocer este pensamiento como tóxico es un paso importante, como lo es reemplazarlo con pensamientos nuevos y saludables. Prueba a decir: "Todo lo que merece la pena hacer requiere libertad para dar vueltas y tropezar", "todo lo que requiere esfuerzo resultará en el aprendizaje de hacer algo cada vez mejor" o "todo lo que requiere esfuerzo cambia mi cerebro".
El secreto para empezar una tarea aparentemente imposible consiste en centrarse en lo que sabes hacer en ese momento, ir avanzando paso a paso y aprender en el camino.
"Cuando te obsesionas con conocer los pasos del 1 al 50, te adelantas demasiado y esto te impide hacer progresos", destaca la coachSumayya Essack. "Los grandes hitos, como cambiar de trabajo o fundar un negocio, no siguen fórmulas simples, así que es imposible conocer todos los pasos".
Si te sientes estancado, Essack sugiere decirte a ti mismo: "Averiguaré cuál es el siguiente paso y lo daré".
"Piensa sólo en cuál es el siguiente paso posible y factible que puedes dar", dice. "Dalo y continúa a partir de ahí. Irás descubriendo el camino a medida que avanzas".
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' EEUU y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano