1.027 nombres
Imagínense que les duele mucho una parte del cuerpo y acuden a un hospital para tratar su dolencia. En la consulta, explican con detalle los síntomas que padecen y la persona que les atiende les receta paracetamol para aliviar el dolor y les envía de vuelta a casa. El problema no sólo no cesa, sino que empeora y está empezando a afectar a todas las áreas de su vida. Regresa al hospital con la intención de que le realicen pruebas específicas y encontrar así las causas del problema y le dicen que eso no son más que tonterías, que no existen los problemas específicos sino “dolor en general”. ¿Lo considerarían una broma o una falta grave de conocimiento? Pues eso es precisamente lo que hace VOX cuando se empeña en negar la violencia de género.
Hay muchas personas que padecen las llamadas “enfermedades raras”. Algunas incluso mueren sin encontrar una cura a su mal, porque lo que les ocurre no está estudiado ni tipificado. Estas personas saben bien lo importante que es destinar fondos a estudiar casos como los suyos, no sólo para curarlas a ellas sino para evitar que sufran más personas en el futuro. También saben lo importante que es el conocimiento porque sin él no es posible saber qué les está ocurriendo. Dentro de la medicina en general hay especialistas que se dedican a estudiar las características específicas de cada parte del cuerpo y gracias a estas personas podemos detectar y poner remedio a lo que funciona mal.
La violencia de género es un tipo de violencia específico que afecta a las mujeres por su condición de género, por el hecho de ser mujeres. No tiene que ver con el lugar donde se ejerce (espacio doméstico o familia) porque también lo sufren en el trabajo, en la vía pública, en los medios de comunicación… No puede tratarse como un tipo de violencia general ni tampoco definirse como “violencia intrafamiliar” que es la que sucede dentro de la familia y que puede afectar a todos sus miembros independientemente de su género.
La violencia de género no es un mal que afecte sólo a unas cuantas personas: es algo que padece la mitad de la población en el mundo entero. Es un mal sistémico con el que convivimos desde que nacemos. De tanto sufrirlo llegamos a normalizarlo, lo olvidamos. Pero negarlo, o simplemente ignorarlo, es abocar a la mitad de la población a tener una peor calidad de vida, y en muchos casos a dejar de vivir. Existen muchos tipos de violencia y es necesario combatirlos todos, pero englobar la violencia de género en un término genérico impide llegar a la raíz, conocer las causas que la provocan y, por lo tanto, impide que podamos eliminarla.
Este año el Ayuntamiento de Madrid no emitirá ninguna declaración institucional contra la violencia de género el día 25 de noviembre, Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres, porque VOX (respaldado por PP, Ciudadanos y quienes les han votado) se ha negado. Es la primera vez en 14 años que nuestro Ayuntamiento silencia e invisibiliza a todas las mujeres que han sido asesinadas por violencia machista. Lo que no se nombra no existe, y con este gesto la capital de nuestro país impide que se pueda solucionar uno de los mayores problemas sociales que nos aquejan en este momento. La estrategia de los partidos de derecha, lejos de ser una reacción valiente y adulta (asumir el problema y mirarlo de frente para erradicarlo) demuestra una actitud cobarde e infantil. Su propuesta es taparse los ojos e intentar tapárnoslos a todos. Será porque todos esos nombres les molestan, les interpelan y por eso no quieren que se vean.
Como repulsa ante esta postura (que también ha sido tomada por otros ayuntamientos) el próximo día 25 de noviembre a las 12 horas vamos a acudir a la puerta del Ayuntamiento de Madrid con los nombres de las 1.027 mujeres que han sido asesinadas por su parejas o exparejas desde 2003. Es una convocatoria abierta a la que pueden acudir todas las personas que quieran. Nos encontraremos a las 12 del medio día en la Calle Montalbán 1 y allí se repartirán los carteles con los nombres impresos de las mujeres. No podemos no hacer nada. No podemos no movernos. Puede que los asesinos de esas 1.027 mujeres les arrancaran la vida y la voz… pero no vamos a permitir que también borren su recuerdo.