Hace una semana no sabíamos qué era ómicron. Esto es lo que se sabe hoy
De momento, la delta sigue siendo la variante dominante en Europa.
La variante ómicron se convirtió la semana pasada en una preocupación global, cuando los expertos confirmaron que el coronavirus había vuelto a mutar.
El problema es que todavía hay mucho que no sabemos sobre esta nueva variante. Esto es lo que sí sabemos.
Ómicron es una “variante de preocupación” detectada por primera vez en Sudáfrica y denominada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Todavía no se ha confirmado la letalidad de esta variante en comparación con la de las variantes alfa y delta, pero ya está presente en al menos 38 países. En España ya se han detectado 12 casos, pero se espera que esta cifra aumente en gran medida en los próximos días.
Esta variante se secuenció por primera vez en Sudáfrica y aún se desconoce dónde y cómo surgió; una de las cosas que se están discutiendo es si esta apareció en alguien cuyo sistema inmunitario esta debilitado.
Carlos del Río, de la división de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory (Estados Unidos), detalla que una de las teorías es que la evolución se produjo en una persona con VIH, con una grave inmunosupresión y que estuvo infectada de covid durante un período prolongado de tiempo, tal vez más de 300 días.
Al no poder eliminar el virus, este se multiplica y muta continuamente en ese entorno; eso podría haber desembocado en esta variante, dice Del Río, quien apunta que pacientes inmunocomprometidos también son, entre otros, los receptores de trasplantes. De ahí la importancia de vacunar a todos ellos.
Lauring pide en este sentido no estigmatizar a estas personas: “creo que tenemos que ser muy cuidadosos al hablar de las variantes en estos huéspedes y de lo que hay que hacer al respecto”.
Una de las cosas que ha llamado la atención a la comunidad científica de esta variante es el gran número de mutaciones -unas 35- en la proteína de la espícula -proteína S-, la utilizada por el coronavirus para entrar en la célula humana.
“Con tantas mutaciones en la espícula está claro que ha habido mucha evolución y adaptación en esa proteína”, opina Adam Lauring, de la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Michigan, en EEUU, para quien hay dos hipótesis principales sobre el origen de ómicron.
Además de la del huésped inmunocomprometido, la otra, a la que se ha prestado menos atención -dice-, es la posibilidad de lo que se llama zoonosis inversa, según la cual el SARS-CoV-2 ha pasado a otros animales con el tiempo.
“La idea es que evolucionaría de forma distinta en un huésped animal que en una persona y entonces podría volver a entrar en la población humana como un coronavirus diferente”.
Según Lauring, ahora mismo no se sabe cuál de las dos opciones es más probable, pero sí que ha habido mucha evolución en ómicron.
Las personas que han dado positivo en esta variante de coronavirus han presentado los siguientes síntomas:
Cansancio extremo
Dolores musculares leves
Fiebre
Sudores fríos por la noche
Garganta irritada
Tos seca
A diferencia de lo que sucedía con las variantes anteriores, los pacientes con ómicron no han perdido el olfato ni el gusto. Tampoco se ha detectado reducción del nivel de oxígeno entre los infectados.
El domingo 28, la OMS dijo: “No tenemos ninguna información que sugiera que los síntomas asociados a ómicron sean distintos de los de otras variantes”.
Los síntomas hasta ahora se han dado en un continuum de leves a graves, según la OMS, por lo que es difícil definir lo peligrosa que es realmente la variante ómicron.
La doctora Maria von Kerkhove, de la OMS, indica que ómicron puede ser más transmisible que las variantes previas, teniendo en cuenta el incremento de casos en Sudáfrica, su origen.
La buena noticia es que “si ómicron fuera más peligrosa, deberíamos haber empezado a ver un incremento en el número de muertos, pero no lo hemos visto”, ha señalado el doctor Nigel Kellow, un intensivista formado en las universidades de Cambridge y Oxford.
Los científicos todavía están estudiando lo eficaces que son las vacunas contra esta nueva variante, ya que todas fueron diseñadas concretamente para la variante delta.
Aunque los expertos de AstraZeneca y de Pfizer sugieren que las vacunas siguen siendo eficaces contra la enfermedad, el CEO de Moderna, Stephane Bancel, no está de acuerdo.
Bancel señala que las mutaciones de la variante ómicron se han producido en la proteína de espiga, que es la que aprovechan las vacunas para proteger el sistema inmune.
Según declaró Bancel en el Financial Times, eso implica que se producirá un “descenso palpable” en la eficacia de la vacuna.
“Creo que no existe ningún escenario en el que la eficacia [de las vacunas contra ómicron] sea la misma que teníamos contra delta”.
Pese a todo y contra las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aboga por acelerar la vacunación en países emergentes, ya son varios los países ricos que han aprobado la dosis de refuerzo para determinados grupos de población.
Aunque la eficacia exacta de las vacunas actuales contra la variante ómicron sigue siendo una incógnita, muchos expertos aseguran que seguirán previniendo muchas hospitalizaciones y muertes, aunque no eviten la transmisión.
El director de la oficina europea de la OMS ha hecho hincapié en que, de momento, delta sigue siendo la variante dominante en Europa. Más allá de que ómicron “preocupe” a las autoridades sanitarias, las herramientas para combatir a esta nueva variante son las mismas que ante mutaciones previas. Y hay que seguir empleándolas.
Aunque desde la OMS siguen recalcando que hay que seguir investigando para confirmar las sospechas, por ahora han adelantado que ómicron parece ser más transmisible que delta, pero también más leve.
La OMS ha reprendido en repetidas ocasiones a los países ricos por priorizar las dosis de refuerzo en su territorio y no la distribución de las vacunas sobrantes a los países emergentes, donde las bajas tasas de vacunación favorecen el surgimiento de nuevas variantes.
Y, según insisten, la vacunación obligatoria debería ser el último recurso.
Los expertos sostienen que sabrán cada vez más sobre ómicron “en cuestión de días, no semanas”.
“Se necesita un tiempo para hacer bien estos análisis y, además, hay que examinar cuidadosamente los datos y controlar todo tipo de sesgos y factores de confusión en los estudios observacionales; llevará un tiempo averiguarlo”, señala Adam Lauring, de la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Michigan, en EEUU, informa Efe.
El investigador sospecha que los anticuerpos que circulan probablemente no neutralizarán a ómicron tan bien como lo hicieron con el coronavirus SARS-CoV-2 original, pero “es pura predicción y especulación”, apunta, y “no me sorprendería que hubiera alguna erosión en la efectividad de las vacunas contra la infección”.
“Soy mucho más optimista en cuanto a que la efectividad de la vacuna se mantendrá contra la enfermedad grave”, agrega.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido y adaptado del inglés por Daniel Templeman Sauco.