Es sencillo: Israel no quiere la paz
Hay que seguir escribiendo y denunciando. Denunciando no sólo a Israel sino a quienes permiten que continúe actuando impunemente, por ejemplo la Unión Europea y los Estados Unidos. ¿Y España? ¿Y el PSOE? El partido socialista -que debería haber considerado la humillante situación de los palestinos una causa moral de nuestro tiempo y colaborar activamente a su reparación- ¿ha emitido, al menos, un duro comunicado de condena?
En una semana Israel ha matado a más de 200 palestinos, herido a 1.500 y destruido 1.300 casas. De los muertos, el 80% eran civiles y más del 20% niños. Los últimos cuatro estaban jugando al fútbol en la playa y recibieron varios misiles de un buque israelí frente a la costa. No bastó un misil. Cuando los niños salieron huyendo dispararon varios más. ¿Por qué? Las autoridades israelíes "no se lo explican" y han prometido abrir una investigación. Sin embargo, durante la ocupación israelí se han producido numerosas barbaridades como ésta y siempre se ha dicho que se abriría una investigación... sin conclusiones.
Es la tercera vez en cinco años que el ejército de Israel -el cuarto más poderoso del planeta- lanza contra Gaza, en la práctica un campo de concentración de millón y medio de personas, un violento, cruel y bárbaro ataque. En mi opinión, bastaría lo que he relatado para que no tuviera necesidad de seguir escribiendo. El horror y crueldad de los hechos bastarían para que Israel fuera no sólo obligado a detener la matanza de inmediato, sino a terminar con la ocupación y permitir el establecimiento de un Estado palestino que coexistiría con el vecino Israel. Conviene de paso recordar que el primero estaría constituido tan sólo por el 22% del territorio de la Palestina histórica, mucho menos de lo que la ONU había previsto al proclamar la partición en 1947.
Lamentablemente, se trata de una vana ilusión por mi parte. Hay que seguir escribiendo y denunciando. Denunciando no sólo a Israel sino a quienes permiten que continúe actuando impunemente, por ejemplo la Unión Europea y los Estados Unidos. La UE -reunidos todos sus jefes de gobierno en Bruselas para, infructuosamente, ponerse de acuerdo para designar a los más importantes cargos ejecutivos, al mismo tiempo que cuatro niños palestinos eran vilmente asesinados en una playa- ha sido incapaz no ya de hacer nada práctico, sino ni siquiera de emitir un duro comunicado de condena.
¿Y España? ¿Y el PSOE? El partido socialista -que debería haber considerado la humillante situación de los palestinos una causa moral de nuestro tiempo y colaborar activamente a su reparación- ¿ha emitido, al menos, un duro comunicado de condena? ¿No lo han difundido los medios? ¿Y el nuevo líder, Pedro Sánchez -tan raudo en ordenar a sus eurodiputados que votaran contra Juncker, a pesar de que el compromiso democrático-electoral asumido en la campaña de los comicios europeos obligaba a ser coherentes- ha realizado una contundente declaración contra la barbarie que está teniendo lugar en Gaza? ¿Ha movilizado a su equipo para que se ocupe de este asunto, que denigra y degrada la condición humana, individual y colectiva, y prepare una estrategia de futuro? ¿O es que sólo importa que las primarias vayan o no a ser en noviembre? Por cierto, la delegación socialista en el Parlamento Europeo -que ha hecho un conspicuo ridículo ante sus correligionarios al oponerse a Juncker- ¿se está ocupando de este asunto?
¿Qué decir de los Estados Unidos, otros que hacen el ridículo? Lo hacen porque, una vez más, el gobierno de Israel ha tomado el pelo a Obama y a su secretario de Estado, Kerry, que se dieron un plazo de un año (concluido el pasado 30 de abril) para lograr un "acuerdo de paz", manida expresión que Israel acepta únicamente si los palestinos se convierten en súbditos sin Estado. Tras un año entero viajando a la zona, a Kerry se le cayó el pelo y a muchos palestinos la vida. Y ahora a Obama se le ocurre decir que se ofrece como "mediador" en el conflicto. Como si quien es juez y parte (de Israel) pudiera mediar. Buena muestra es su declaración: "Ningún país toleraría que una lluvia de misiles cayera sobre sus ciudadanos". ¿Creen ustedes que se refiere a la lluvia de los tecnológicamente sofisticados misiles israelíes que en una semana han matado a centenares de palestinos, muchos de ellos niños? No. Alude a los cohetes artesanales que lanza Hamas y que al día de hoy han producido... una baja israelí. Vergüenza de Obama. Y de muchos medios de comunicación, que hablan de "fuego cruzado" y de "intercambio de cohetes", como si se tratara de dos ejércitos igualados que combaten en una guerra. Ni siquiera hay dos Estados en guerra. Hay un Estado ocupante y una comunidad sin Estado ocupada que se defiende. Como hacían los resistentes franceses, belgas, holandeses, polacos, checos y otros, durante la guerra mundial, contra el ocupante nazi.
Me gustaría cerrar este post con una declaración de intenciones. No soy ni antijudío ni antiisraelí. Sí me opongo a los gobiernos israelíes que ocupan territorios que no les pertenecen y que causan matanzas para perpetuar su ocupación. Soy tan antijudío como la Asociación Independiente de Voces Judías, que publica en el Financial Times lo siguiente: "El bombardeo de Gaza ha causado no solamente un elevado número de muertos y heridos civiles, sino también un severo trauma psicológico. ¿Cómo podemos esperar que los niños que han sufrido la muerte violenta de sus familiares y amigos y la destrucción de sus casas perdonen no sólo a sus vecinos israelíes sino también a las potencias mundiales que no han hecho nada para defenderlos? En cuanto judíos, estamos horrorizados por las acciones de un gobierno que falsamente pregona que actúa en nombre de todos nosotros. Es hora de insistir en la detención inmediata de la expansión de las colonias que facilite el inicio de un proceso que ponga fin al bloqueo y a la ocupación".
Me declaro tan antijudío como ellos.