El Loco y el Clásico
La cuerda en Bilbao se ha seguido tensando y está a punto de romperse: el equipo está en puestos de descenso, Bielsa y Llorente, que hoy por hoy, sigue siendo la principal estrella del equipo, están enfrentados. El hincha se empieza a impacientar.
Siempre he dicho que los clubes están por encima de los jugadores. Por muy buenos que sean, muy emblemáticos o muy campeones del mundo. Pero aunque esta frase viene muy a cuento cuando hablamos del Athletic Club de Bilbao y Fernando Llorente, que este verano quiso mostrar su intención de irse, cabe matizarla con otra: los clubes están por encima de los entrenadores (de todos. Sí, de éste también).
Este lunes, Marcelo el Loco Bielsa, entrenador del equipo bilbaíno, tuvo un serio enfrentamiento con Llorente, al que expulsó del entrenamiento. Llorente, desde su frustrado órdago veraniego, ha sido carne de banquillo, pero casi siempre Bielsa acababa recurriendo a él, con buen resultado.
Pero la cuerda en Bilbao se ha seguido tensando y está a punto de romperse: el equipo está en puestos de descenso, Bielsa y Llorente, que hoy por hoy, sigue siendo la principal estrella del equipo, están enfrentados. El juego del equipo no mueve al optimismo. Y el hincha se empieza a impacientar.
Hace ya más de un año, con la llegada de Josu Urrutia al puesto de presidente del club, se aplaudió mucho la contratación de un técnico controvertido como Marcelo Bielsa. A mí no me gustó esa decisión. Pensaba entonces, y pienso ahora, que las excentricidades del entrenador de Rosario no iban a casar bien con un equipo de tan rancio abolengo como el vizcaíno. Muchos sectores de la prensa deportiva aplaudieron la contratación de Bielsa. Es un tipo con gusto por el fútbol bonito, un menottista 2.0, un apasionado del balompié. Conforme avanzó la temporada, los resultados y el fútbol parecían quitarme la razón y dársela a los bielsistas. A mí seguía sin convencerme, porque nos guste o no, a los entrenadores se les juzga a final de temporada.
Lo de Bielsa es extraño. Lleva 22 años entrenando. Su palmarés cuenta con un oro olímpico y dos Trofeos Clausura como grandes logros. Todo en o con Argentina. A pesar este palmarés, para muchos es uno de los mejores entrenadores del mundo. No gana muchos títulos, pero hace jugar bien a los equipos. No me gusta que me llamen resultadista, pero el perfil de Bielsa, en mi opinión, no es el adecuado para un equipo como el Athletic Club, que lleva 28 años sin sacar la gabarra. Siempre y cuando, claro, sea éste el objetivo de Urrutia.
Algunos me diréis que estuvo cerca. El año pasado, el Athletic de Bielsa fue subcampeón de la Europa League y de la Copa del Rey. Dos finales en un año. Recuerdo que ante la final de la antigua UEFA, los aficionados españoles daban por favorito al equipo vasco (pese a que las casas de apuestas, que siempre suelen ser muy certeras porque sus predicciones se hacen en función de gente que se juega su dinero, decían lo contrario), imbuidos en el bielsismo de la prensa deportiva. La final de la Europa League duró 6 minutos, los que tardó Falcao en hacer el primero. Y en la Copa del Rey, menos aún: los 3 que necesitó Messi para abrir la tarta. El bielsismo se definió muy bien en la final de la UEFA en Bucarest. En el minuto 34, quiso Fernando Amorebieta salir con el balón jugado desde atrás. Perdió la pelota y Falcao marcó el 2-0. Es muy bonito querer sacar la jugada desde atrás, pero Amorebieta, que es muy bravo, no es Beckenbauer. Y eso lo tenía que saber Bielsa.
El año pasado, el Athletic tenía a Llorente, a Javi Martínez, a Muniain, a Ander Herrera, a Oscar de Marcos, todos en un momento de forma extraordinario... Este año a Martínez ya no lo tiene y a Llorente, como hemos visto antes, como si no lo tuviera. No sé si dará para llegar a finales, como el año pasado. No lo parece. La polémica de las obras en Lezama, cómo está gestionando el tema Llorente (mi opinión es que si se queda, que se quede como uno más, no como un proscrito) y por supuesto los resultados están socavando el puesto de un técnico que parece desbordado. Los 114 años de vida del Athletic no están para aguantar cosas así. Por mucho que mole tener a un menottista 2.0 en el banquillo.
Y sí, este fin de semana se juega el Clásico (por cierto, ¿desde cuándo se llama así? ¿O es una importación argentina, como la horrorosa expresión "se viene" que utilizan últimamente algunos periodistas deportivos queriendo decir que algo "llega"?). No me extenderé mucho hablando de ello. Solo esperar que, como en los últimos que se han disputado, reine la cordura y queden cada vez más lejanos los vergonzosos hechos de temporadas anteriores. Y que gane el mejor, claro.