¿Son eficaces las medidas del BCE? Las subidas de tipos no logran aplacar el alza de los precios
Tras seis incrementos consecutivos aplicados por el organismo que preside Christine Lagarde, la inflación subyacente continúa disparada, alcanzando este mes de marzo el 5,7%, su nuevo máximo histórico.
El Banco Central Europeo (BCE) continúa con su estrategia de seguir subiendo los tipos de interés para intentar frenar la inflación. Un plan de acción que ni los temores a una crisis bancaria han frenado, pese a que los resultados no estén siendo del todo satisfactorios.
Un plan de acción que arrancó el pasado mes de julio. El preocupante crecimiento de las facturas energéticas, derivado de la invasión rusa en Ucrania, cambió, por completo, la inflación en la eurozona. La situación empeoró de tal forma que el precio del dinero pasó del 5,9% de febrero de 2022 al 8,9%. Algo que encendió las alarmas en todo el mundo y obligó al regidor de los bancos europeos y a la Reserva Federal de EEUU a adoptar la primera gran decisión para intentar frenar la escalada.
Cuatro meses después del inicio del conflicto bélico, el BCE anunció la mayor subida de tipos de interés en 22 años. "El Consejo de Gobierno ha dado un paso adelante, clave para asegurar que la inflación vuelve al objetivo del 2% en el medio plazo", señaló la presidenta del organismo, Christine Lagarde.
"¿Se avecina una tormenta? Por supuesto que sí". Las palabras que Lagarde mencionó en aquella conferencia de prensa de julio de 2022, bien podrían servir como resumen de las medidas que el Consejo de Gobierno que preside ha ido aplicando durante los últimos 9 meses.
El pasado 16 de marzo, la dirigente del organismo bancario no rectificó y, pese a los miedos a los problemas financieros derivados de la bancarrota del Silicon Valley Bank y la situación del Credit Suisse, volvió a incrementar el precio del dinero, situándolo en el 3,5%, tras los seis aumentos consecutivos desde el pasado mes de julio de 2022.
El plan del BCE
A esa escalada del precio del dinero le han acompañado otros cinco, dos del 0,75% y tres del 0,5%. Dejando, actualmente, los tipos en el 3,5%. Algo que, entre otras cosas, ha disparado los costes de créditos e hipotecas.
Unas subidas que para el doctor Javier Rodríguez Luengo, profesor en la Facultad de Empresa y Comunicación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), tienen "un claro efecto negativo en la inversión y en la demanda agregada".
"Es lo que efectivamente se pretende, para ajustar la demanda con la oferta y reducir así la inflación. Existe porque la demanda es mayor que la oferta. Si la demanda es mayor que la oferta, aumentan los precios. O bien, porque la oferta es incapaz de satisfacer la demanda, como ocurre en nuestro caso", detalla.
José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, defiende una opinión algo distinta a la de Rodríguez Luengo y aunque considera que todavía es "complicado saber la magnitud de la eficacia de las medidas del BCE", sí que cree que "vamos por buen camino".
"Al ser una inflación en gran medida de tipo oferta, la manera correcta de reducirla debería ser mediante un aumento de la productividad. Cosa que no depende directamente de los bancos centrales", señala.
Un objetivo, todavía lejano
El objetivo parece claro, fijar la inflación en el 2%. Algo que no parece tan cercano en el tiempo, teniendo en cuenta la breve bajada que se ha producido desde que el BCE comenzó a subir los tipos de interés. A eso hay que añadirle incremento en los datos de la subyacente, que miden los precios, descontando los alimentos frescos y la energía, y ha alcanzado niveles históricos.
En los datos de la eurozona del mes de agosto de 2022, la inflación estaba en el 9,1%. Una escalada de los precios que sería la antesala al 9,9% registrado en septiembre y el punto máximo, el 10,6% del mes de octubre.
Desde entonces, es cierto que la tendencia ha ido cayendo hasta el 6,9%, la gran bajada, perteneciente al mes de marzo. Una cifra alcanzada por el llamado efecto escalón, pero que no evita que, tal y como señala la inflación subyacente, los precios continúen siendo altos.
Cuando Lagarde anunció que el BCE subiría los tipos de interés en 50 puntos básicos, la subyacente era de un 4% en la eurozona. Un dato que ha ido empeorando mes a mes, hasta registrar un nuevo máximo histórico del 5,7%.
Una inflación "provocada" por la oferta
Los dos expertos consultados por El HuffPost coinciden en que la inflación se ha provocado "por una oferta que es incapaz de satisfacer a la demanda". "El problema que estamos viviendo no es fruto del calentamiento de la economía y por ende de una demanda que no deja de subir, sino más bien de una oferta que por diversas razones es incapaz de satisfacer la demanda", asegura Rodríguez Luengo.
El profesor en la Facultad de Empresa y Comunicación de la UNIR considera que, en el caso de que se aumentase la oferta, con la demanda actual que hay, "los precios recuperarían niveles razonables".
Pese al alza de los precios, Rodríguez Luengo justifica que la inflación "de este tenor es positiva y deseable", porque lo contrario sería "la deflación, la caída de precios". "Pondría de manifiesto que en la economía no hay demanda y por ende no hay crecimiento ni prosperidad", añade.
José Manuel Corrales también razona que el principal detonante fue "la oferta", aunque recuerda que "veníamos de políticas expansivas del BCE que generan inflación de demanda". "Tipos de interés en cero y aumento de base monetaria", expone.
"La inflación de oferta va de la mano de una reducción de la producción real, una recesión. Sin embargo, gracias a lo comentado anteriormente y a unos niveles elevados de consumo y empleo llevamos meses retrasando esa recesión, que, a día de hoy, parece inevitable", vaticina.
Aunque cree que la recesión es inevitable, el profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europa insiste en que "el BCE no debería de salirse de su senda establecida", pero sí "plantearse el rebajar la intensidad con la que se están subiendo los tipos para no incurrir en una posible crisis de deuda".
El fin de las subidas
Parece difícil presagiar el momento en el que el BCE detendrá el incremento del precio del dinero y, tras los temores a una crisis bancaria derivada de la situación del Silicon Valley Bank y Credit Suisse, los expertos recomiendan a Lagarde "replantearse la magnitud" de su plan de acción.
"Es posible que veamos más lejos el fin de las subidas. Además, factores como el conflicto ruso-ucraniano son tan impredecibles que hacen imposible saber cómo reaccionarán los mercados y por tanto la política del BCE en cuanto a tipos puede ser cambiante", resalta Manuel Corrales.
Un final que no parece cercano para Rodríguez Luengo, que defiende que el regulador de los bancos europeos parará su política monetaria cuando "haya conseguido controlar la inflación".
"Habría que poner en práctica otros instrumentos, como la política fiscal, a través de la bajada de tipos de gravamen del IVA, que es un tributo muy inflacionista, en el ámbito del consumo general y sobre todo haciendo hincapié en aquellos consumos específicos, que están experimentando importantes subidas de precios", apunta.