El paro desestacionalizado y un enero "normal" ahuyentan la idea de una debacle en el empleo
Los expertos encajan la subida del desempleo en los parámetros habituales y en la desaceleración, y señalan algunos aspectos que apuntan a un segundo semestre más benigno.
El empleo abre el año con un resbalón después de cerrar un 2022 positivo. El paro subió en 70.744 personas en enero tras el fin de la campaña de Navidad y las rebajas, lo que explica que sea precisamente el sector servicios el que acapara la inmensa mayoría de ese crecimiento. ¿Es un mal dato? Todos los expertos consultados por El HuffPost coinciden en que sí. ¿Se avecina una catástrofe en el mercado laboral? No hay indicios que apunten a tal escenario.
A pesar de que la realidad es que se ha destruido empleo, Monica Melle, profesora de Economía de la Universidad Complutense de Madrid, no califica los datos como malos: "El mes de enero siempre es un mes en el que se destruye empleo porque acaba la campaña de Navidad". Si se miran los datos de los años anteriores, de hecho, la bajada de 2023 confirma esa dinámica.
Para José Manuel Corrales, doctor en Economía y profesor universitario, a excepción de 2022, en el que el empleo solo bajó en 17.173 personas, lo que atribuye a que el año pasado fue "extraordinario", el dato del pasado mes no se distancia del de 2021 (+76.216), 2020 (+90.248) o 2019 (83.464).
Cabe destacar, por otra parte, que el paro se incrementó en enero en ambos sexos, aunque perjudicó sobre todo a las mujeres. Ellas son 49.937 más, mientras que el repunte del paro masculino es menos de la mitad, con 20.807 varones. Con la subida, la cifra total de parados asciende a los 2.908.397.
Valentín Bote es director del centro de estudios especializado en el mercado de trabajo Randstat Research, y coincide en que estos datos, en comparación con "los últimos diez eneros", se encuentra en la línea normal de lo que ha venido sucediendo, siendo este el "peor mes del año" con diferencia.
"Hay que poner todo en su contexto", afirma Bote, y prosigue: "Hemos tenido 215.000 afiliados menos y eso suena muy escandaloso, pero enero siempre es el peor mes del año para la afiliación, ¿entonces es una caída muy llamativa? No es un dato inusitadamente malo, está más o menos en lo que cabría esperarse, quizás un poquito peor, pero muy acorde con la normaldiad".
Para Cristina Blasco Rasero, profesora de Derecho Laboral y experta en Seguridad Social de la Universidad Pablo de Olavide, no pueden precipitarse análisis catastrofistas, ya que el mercado de trabajo sube y baja de manera constante y permanente, y conviene mirar los datos en perspectiva.
Sobre ese aspecto incide también Corrales, que apunta a que después de un 2022 tan positivo en términos globales, es difícil mantener un ritmo semejante durante mucho tiempo. Lo que ocurre es lo "previsible", apunta Melle, que afirma que la economía española mantiene el pulso, y recuerda que a pesar de los coletazos de la pandemia y de la guerra en Ucrania, el PIB creció un 5,5% en 2022.
Habría que tener en cuenta, opina Bote, que existe un "dopaje" en los datos, debido al aumento de los fijos discontinuos, que no son contabilizados en el paro, aunque sí causan baja en la Seguridad Social. El problema es, para el director, que las cifras reales de personas que no estén trabajando podrían ser superiores, y que desde Randstat estiman que rondarían las 600.000.
Por contra, no existe actualmente un conteo segregado de estos trabajadores, algo que algunos expertos consultados por El HuffPost definieron como una cuestión a mejorar por parte del Ministerio de Trabajo, para poder analizar y tener más certezas con respecto a la situación del mercado laboral.
Pero si sube el paro, ¿dónde está lo positivo?
Para empezar, la realidad es que se ha destruido empleo, y eso no hay que perderlo de vista, aclara Melle. Sin embargo, hay factores como el empleo desestacionalizado, que ahuyentan la idea de que estos datos puedan marcar una tendencia a futuro. El paro desestacionalizado bajó en enero en 12.462 personas.
Pero, ¿qué es el paro desestacionalizado? Es aquel que se analiza eliminando factores como el empleo estacional, como el que se crea únicamente en las campañas de verano o en las de Navidad y rebajas. Melle explica que es una manera de analizar más profundamente el mercado de trabajo y sus dinámicas.
El contexto es fundamental para el análisis, prosigue la economista, si tenemos en cuenta que el dato de empleo es similar al de otros años, que el paro desestacionalizado sí ha bajado y que este enero entran en liza algunas variables, como la guerra o la inflación, que no estaban presentes otros años, podemos decir que "el mercado laboral se sigue comportando bien" en la línea de 2022, aunque con menos fuerza. Corrales coincide con Melle y señala que este aspecto muestra que se sigue por una "senda positiva" a pesar de la desaceleración.
Por su parte, sin dejar de aclarar que los datos se adscriben "más o menos lo que podría esperarse", Bote es más cauto y cree que tampoco son unos resultados que inviten a dar una interpretación excesivamente positiva.
Contratación indefinida disparada
En cuanto a contratación, sin novedad en el frente, la dinámica es la misma que se viene dando desde que se aprobara la reforma laboral. Los contratos indefinidos se mantienen en cotas a las que España ya se va acostumbrando con el paso de los meses, pero que suenan a fábula si se miran los datos anteriores a 2022.
En enero se firmaron 530.306 contratos de carácter indefinido, mientras que hace un año fueron 238.672, más del doble. Por otra parte, la firma de contratos temporales se hunde a plomo, de los 1.357.660 a los 670.463.
Sin embargo, Corrales prevé que esta tendencia se irá relajando conforme vayan pasando los meses. "Iremos viendo datos cada vez menos extraordinarios, también porque conforme se firman más contratos indefinidos, hay menos margen para convertir a más trabajadores a esa modalidad", sostiene el profesor.
Este aumento de la contratación indefinida, que ya supone el 44,1% del total. Este amarre del empleo a unas condiciones de estabilidad, en detrimento de la temporalidad, ha dejado una caída en la contratación del 24,8% en términos globales. Por otra parte, cabe resaltar que los contratos indefinidos incluyen a los fijos discontinuos que mencionaba Bote más arriba, por lo que no todos los contratos firmados en el último año implican una linealidad en su actividad, aunque sí en la relación laboral de estos trabajadores con las empresas.
¿Qué pasará a partir de ahora?
No se esperan novedades en el frente hasta la primavera. Melle asegura que los próximos meses estarán marcados por la ralentización de la creación de empleo que ya se notó en los últimos dos trimestres del 2022. "La pérdida de dinamismo es coherente con la situación económica general, las familias han reducido su consumo a causa de la inflación y es probable que la situación del primer trimestre sea muy similar a los últimos del año pasado", reflexiona Melle.
Para contrarrestar la desaceleración y la pérdida de poder adquisitivo de las familias, Melle opina que la reciente subida del salario mínimo interprofesional a 1.080 euros contribuirá a mantener la capacidad de gasto y consumo de "cerca de 2,2 millones de empleados", lo que podría dar un balón de oxígeno en un trimestre que se espera más complicado.
Sin embargo, el segundo trimestre y semestre del año serán otro cantar. "En el segundo semestre del año quizás nos demos algunas sorpresas, aunque todo depende de como evolucionen los precios. Pero no creo que el empleo vaya a ir mal", asegura la profesora.
Desde Randstat afirman que el trimestre probablemente "será malo", pero también es posible que "marque un punto de inflexión". "Tengo la sensación de que vamos a ver como sigue la desaceleración un par de meses y quizá lleguemos a un suelo, y a partir de ahí repuntaremos", opina Bote.
Corrales, aunque también cree plausible ver una "destrucción de empleo, sobre todo en el primer trimestre", tira de previsiones: "Si se cumplen las previsiones de crecimiento de los organismos internacionales, que lo sitúan en un 1,1%, o las del Gobierno, en un 2%, en el mejor escenario podríamos crear la mitad de empleo que en 2022, es decir, alrededor de 200.000". Por contra, el economista advierte de que todo dependerá de cómo se den las cosas en el contexto internacional, que nadie pulse el botón nuclear.